48.

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Pasamos unas vacaciones tremendas, no hubo un solo día que me salvara del dolor de panza por tanto reírme, además de divertido se sumaba a todas mis locuras y planes que hice para ambos, tenía una paciencia infinita y admirable. Me preocupé tanto de llevarle regalos a Rufina que jamás me acordé del resto, pero él sí lo hizo, volví a casa diez veces más enamorada de lo que me fui.

—¿Crees que Bella se enoje conmigo por el sombrero de Rufina? —dije mirando el sombrero de mariachi

—¿Por? —dijo sin entender— Aaaah porque es de Eiza? —agregó con una sonrisa— Bueno, dile que me lo encargó a mí, así no te hace problema, no se enojará conmigo —dijo con una sonrisa mirando el celular— Además es algo para Rufina, si fuera para la China te creo ¿A que hora llegan todos? ​​—dijo mirando el reloj— no tengo ganas de volver a trabajar, podría decir que necesito vacaciones de mis vacaciones, lo bien que lo pasamos —me tomó de la cintura para llevarme hacía él— Gracias.

—A ti mi amor —lo acaricié con una sonrisa— por toda la paciencia que tuviste y por todas las locuras que hiciste hacer, por favor no le digas a nadie que me fumé un porro, mancharía mi reputación intachable

—¿Qué? pero se van a perder la mejor parte del viaje —dijo reclamando— fuck, ok.

Nos tocaron la puerta y se trataba de Andrés con Cande, luego llegó el chino acompañado de Ursi y Eiza, de las últimas Eugenia, Bella y Rufina que se mostró más emocionada que ninguna al verme, se me colgó como un koala, me llenó de besos, sin parar y me pedía que por favor le muestre todas las fotos que saqué

—Gané nuevamente —celebró Bella con una sonrisa mientras abria una cerveza— apostamos si ibas a llegar bronceada o con el mismo color, me alegra mucho que hayas visto el sol, los chicos apostaron a que no salías del hotel —miré a Rufina que estaba jugando lejos con Peter— No voy a cobrar el dinero, ya me aburrí de ganarles

—Dejen de apostar sobre mi vida privada —dije de brazos cruzados— pero la verdad es que tomé sol los últimos días o iban a molestarme demasiado —me sumé la broma y todos rieron— Estuvieron increíbles, tenías razón —miré a Eiza— es un lugar hermoso, me encantó. Volvería mil veces, la pasé increíble, gracias por la recomendación, te luciste

—Tos tos tos —dijo Bella y todos rieron— Es broma, hemos tenido una conversación de adultas y no vamos a comer nunca más del plato de la otra, no? —Eiza asintió y levantó la cerveza, por suerte Eugenia estaba fuera también— no bromeen con Euge sobre esto, no la está pasando muy bien —bajó la voz— Por favor

—¿Qué le pasó? —dije sorprendida y la moví al pasillo para que me cuente.

—Empezamos terapia y la primera sesión fue super dura, porque nos dijo "sean sinceras con la otra" nos dijimos un montón de cosas de todo lo que pasamos durante estos meses, Euge se quedó muy mal después de ese día, ya estaba bajón y ahora mucho más, pero la terapeuta dice que es normal que es un proceso, lo vamos a lograr —me dijo con una sonrisa— Osea, yo quiero estar con ella, Euge quiere estar conmigo y nos amamos, el resto tiene solución

—Todo tiene solución, menos la muerte —levanté la cejas y la abracé— te apoyo en todo lo que sea y si necesitas que cuide a Rufina para que pasen unos días a solas, ya sabes que acá estoy —me abrazó nuevamente.

—¿A qué hora van a repartir los regalos? —preguntó Úrsula— Si me trajiste un llavero te juro que no te hablo nunca más hijo de puta —le gritó a Peter que se reía desde el balcón.

—Voy a decirles que mi novia y yo, gastamos el dinero celebrando el amor, lo que trajimos es simplemente lo que pudimos, ahora soy un tipo ordenado con mis finanzas, no puedo sobregirar la tarjeta, lo siento —todos sus amigos se rieron, mi Lanzani madurando, me emocionaba— Pero todos tienen un recuerdito, qué es lo más importante —nos sentamos a comer las pizzas que había pedido— Por cierto, dejen la cuota de la comida porque vamos a llegar muy justos a fin de mes —bromeó, yo negué para que los chicos no lo hicieran

Dos ExtrañosWhere stories live. Discover now