☆ sᴇɪs

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Minho caminaba a paso apurado

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Minho caminaba a paso apurado. Los chillidos de los pájaros sonaban como si estuviesen dentro de sus tímpanos y no a metros de altura, lo que suponía que medía el árbol por el que acababa de pasar.

Podría estar en la práctica de fútbol, viendo alguna serie comiendo pizza o simplemente durmiendo hasta que el fin del mundo llegase, pero ahí estaba: yendo hacía la casa de Han Jisung.

Ese niño había salido corriendo tan rápido que no podía creer que eso fuera real, sus piernas eran cortas. Pero lo que más le sorprendió fue cuando ni siquiera volteó para juntar aquel estúpido broche que llevaba en la cabeza. Siempre lo veía con cosas espantosas en su cabeza, aún más esas pegatinas que se ponía en la cara. ¿No tenía un espejo? ¿Padres, acaso?

MoonBin tenía razon: un par de tetas y era una puta.

Aunque, con semejantes notas, quizá los rumores eran ciertos; quizá Han sí se acostó con el director. Sonrió al pensar aquello y se colocó la capucha en su cabeza, ya que una gota había caído desde el cielo, iba a llover. Detuvo su camino al encontrar la dirección que tenía en mente y tocó la puerta con delicadeza.

Un rubio todo lagrimoso y con un pañuelo entre manos se deja ver. Por primera vez se mostraba desarreglado ante ojos que no eran de su madre o sus dos mejores amigos. Podría cerrarle la puerta en la cara, pero la mano de Lee apoyada en esta no se lo facilitaba, además de que estaba muy cansado para arreglarse para un idiota.

—¿Qué hace aquí, hyung? —su voz chillona sonó un poco grave para Minho, ronca.

—Tenemos un trabajo pendiente, ¿se te ha olvidado? 

La lluvia comenzó a intensificarse en una llovizna, pero a Han eso no le importó.

—Le dije que lo haré yo, no me gusta juntarme con gente a la que no le agrado —bajó la cabeza apenado por eso.

Él quería agradarle a todos.

—¿A la que no le agradas? ¿Y a ti te cae bien todo el mundo o qué?

—Sí... o al menos eso trato —una lágrima cayo directo a su zapatilla.

—¿Estás mal por lo que dijo MoonBin o te gusta llorar?

—No le importa en lo absoluto por qué estoy llorando. Ahora vayase, yo haré el trabajo y usted no tendrá que juntarse con alguien que necesita dos tetas para parecer una chica —espetó, mirándolo a los ojos, Minho rió.

—Lo sabía. Escúchame bien: no voy a disculparme por algo que no dije, pero si fuera tú, ignoraria los comentarios de los demás y no lloraría por eso. Ahora sécate esos mocos y haremos el trabajo, sabes por qué. La señorita Taeyeon me lo advirtió.

—¿E-En serio, hyung? —los ojitos hinchados de Han se abrieron como platos—. Pues no hubiese faltado ese dia a la biblioteca y hubiese terminado su parte, ¡ahora jódase!

Al escuchar sus propias palabras, Jisung tapó su boca con sus manitos, notando la sonrisa de Minho. Pero esta enseguida se borró, pues entró con ímpetu a la casa y lo tomó de la cintura para estamparlo contra la pared más cercana.

—¿Qué has dicho?

—Que se joda —movió los labios lentamente para que Minho entienda.

Iba a decir algo relacionado a aquello, odiaba cuando uno de sus menores le faltaba el respeto de esta manera, sin embargo, la lluvia impactando contra el techo sonaba como un diluvio, a pesar de que faltase mucho para llegar a eso.

—Tendré que quedarme, niño, no traje dinero para un taxi.

Sus manos apretaban en un puño la ropa del menor, delineando su estrecha cintura. Las pequeñas manitos que tambien estaban en forma de puño, estaban sobre el pecho de Lee, tratando de alejarlo, pero era imposible.

—H-Hyung... —la mirada entre ellos dos se había vuelto algo intensa, algo que Sunggie no podia aguantar—. Por favor, alejese.

—¿Y si no quiero qué, niño? ¿Qué me vas a hacer?

Las mejillas del menor ardieron en enojo y lo empujó con todas sus fuerzas.

—¡Tengo un nombre y no es niño! —gritó—. Si quiere hacer el trabajo, al menos llámeme por mi nombre.

—No puedo.

Jisung se quedó mirándolo con ojos argumentativos. Quería preguntarle quién se creía para llamarle niño, y mucho más quién se creía para comer de su cereal.

Pero se concentró en la forma que sus manos agarraron su cintura y la necesidad de quererlas allí de nuevo.

Pero se concentró en la forma que sus manos agarraron su cintura y la necesidad de quererlas allí de nuevo

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━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora