☆ ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ sɪᴇᴛᴇ

17.1K 1.9K 1K
                                    

Dejó su computadora en el medio, así los tres podían ver la película. Cómo no lo pensó antes, ésto de estar abajo de las estrellas era tan magnífico, lástima que no estaba tan feliz, claro, trataba de sonreir, pero sabía que sus amigos se daban cuenta de cuan triste estaba, solo que no decían nada, y se los agradecía, con cada pedazo de su corazoncito.

Al idear el plan de su cumpleaños, primero pensó en pasar esa noche junto a Minho, pero no sabía cómo iba a reaccionar, quizás lo mandaba al diablo al decirle sobre ver una pelicula bajo las estrellas, así que solo pensó en una merienda y que se vaya a la hora que quisiera. ¿Por qué nada podía salir bien? En verdad quería que Minho esté ahí. No le importaba que no sean nada más que amigos, incluso conocidos, porque lo quería, ¡lo quería tanto que hizo una invitación súper personalizada para él! El pequeño dibujo que le hizo, le llevó horas terminarlo. Con todos los colores perfectos, los detalles, ¡absolutamente todo!

Pero Minho decidió tirarlo al suelo, sin siquiera avisarle.

¿Por qué existen personas tan malas? ¿Por qué éstas se colocan en la vida de otras que no tienen otras intenciones que hacerlo reir? Porque, a pesar de que eran pocos los momentos en los que Lee largaba una carcajada, o siquiera una sonrisa, Jisung se prometió a sí mismo hacerlo reir más seguido, quizás así el mayor se podía animar a ser feliz, sin miedo a nada.

Pero falló. Minho no tenía remedio, y no iba a dejar los pedazos de su corazón en las manos ajenas para que se rompa aún más.

Pero lo hizo. Se dijo a sí mismo, una vez más. Quizás, en el día de mañana, venga de sorpresa y te diga cuánto le gustas. Se emocionó, sin pensar que la maldad se podía apoderar de la situación y salir lastimado.

Porque así lo fue, Minho fue malo, incluso más que eso. Fue despiadado; tomó lentamente su corazoncito y lo estrujó entre sus manos, sabiendo qué era lo que tenía, sabiendo qué era con lo que estaba jugando. Pero no podía culparlo de todo, El tenia la culpa también: creyó en una inocencia falsa. En una carencia de amor. En una fingida calidez. En una inexperiencia en dejarse amar. Creyó que le podía dar todo, con tan solo una mirada, una sonrisa, incluso alguna acción linda.

Creyó que Lee podía salir de su monotonía, que solo estaba siendo necio, pero no. Él era malo, era alguien realmente malo que no se merecía ni la más mínima pizca de su persona.

—JiJi, no llores —susurró Felix a su lado.

Se apoyó en el pecho de Jisung y comenzó a hacerle caricias en su pancita. Sabía que no tenía dolor de estómago, pero al menos esperaba poder quitarle un poco del dolor en su corazón, sabiendo que sería inútil.

—¿Quieres que cambiemos la película? Podemos poner una comedia o una de fantasia.

—N-No es la pelicula... n-no dejo de pensar en Minho hyung.

—Sunggie, ¿quieres que abramos los regalos? Hasta mi abuela te dió uno y quiero ver que es, aunque conociéndola, tal vez sea un gorro tejido al crochet... —habló Jeongin, logrando que su hermano y su amigo rían.

—Vamos, así nos preparamos para dormir —dijo, si fuese sido en otras circunstancias, la idea de abrir los regalos le hubiera emocionado demasiado.

Luego de haber sacado todas las mantas, las colocaron arriba de los colchones que estaban esparcidos en la sala, cerca de la chimenea. Prendió la televisión y puso la misma película de amor. Los tres fueron a buscar los regalos y se sorprendieron al ver una caja azul pastel, era más grande que las demás y Jisung no sabía de donde venía.

Se sentaron en los colchones, pasando la película a segundo plano. Abrieron todos los paquetes en cuestión de segundos: había dulces, dinero, brochecitos y diademas, además de ropa y un gorro tejido al crochet. Dejaron la más interesante para lo último, la caja azul tenía una tarjeta, sin embargo, no estaba escrita.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora