☆ ɴᴏᴠᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇs

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Eran las tres de la mañana y por más que pasara un paño con agua, aquello no solucionaba nada. Trató de destaparlo un poco cuando notaba su cabello húmedo por la transpiración, pero eso hacia que el menor temblara, entonces volvia a cubrirlo.

Media la fiebre cada treinta minutos y no notaba diferencia alguna. Un poco frustrado, salió de la habitación para buscar un poco de agua para Jisung, asustandose de ver a Changbin en la cocina.

—¿La fiebre no baja? —murmuró, a lo que Lee negó.

—Hay que llevarlo a que nade en agua helada para que baje. Nada funciona.

Seo rió y vertió el jugo de manzana en el vaso. Hasta que conectó puntos, del por qué tardó tanto en el supermercado y por qué trajo tantas bolsas.

—¿Recuerdas cuando dije de dividirnos los gastos? —Minho asintió, quitandole el vaso de jugo para beber un poco—. Las botellas de jugo, las cantidades de leche y el chocolate en polvo, la harina, los huevos, el té... ¿es para que Jisung esté cómodo aquí y que no sienta la necesidad de volver a su casa, ¿verdad?

Minho miraba a un punto fijo mientras escuchaba como su amigo lo había atrapado, asintió, pensó que tardaría en darse cuenta.

—Sí, es para él... Para todos, en realidad. Solo quiero que se sienta cómodo aquí y que no se altere por no tener las cosas que necesite. También le traje por si quería hacer galletas, o pastel de chocolate.

—Ah, con razón encontré una forma de dinosaurio y otra de un oso en el cajón de los cubiertos.

—Si... Estaban en oferta y compré... Todas las formas que pensé que le gustaban.

Seo sonrió, enternecido y palmeó la espalda del mayor. Enternecido y orgulloso.

—¿Por que sonríes así?

—Nada solo... Solo que me gusta verte así, no eres el mismo Minho malhumorado de antes. Pero... No me malinterpretes, siempre pensé que el Lee Minho que veo ahora, siempre estuvo, solo que esperabas a alguien que despertara esa parte de ti, y me alegra que haya sido con alguien como Jisung.

Lee sonrió y se permitió creer aquellas palabras. Al fin y al cabo, estaba de acuerdo y a él también le gustaba ser así con Jisung.

—Volveré con Jisung -murmuró, aún sonriendo como un tonto.

—Vaya, Romeo.

El mayor solo rodó los ojos y se dirigió con la botella en mano hacia la habitación. La luz de la televisión iluminaba todo, incluso como Jisung se levantaba lentamente, tratando de observar como su hyun entraba.

—¿Me trae agüita?

—Sí, pensé que ibas a querer en cualquier momento —le tendió la botella de agua y vió como la agarraba tiernamente con sus dos manitos—. ¿Te sientes bien?

Minho se metió debajo de las mantas, esperando a que Jisung terminara de tomar para abrazarlo y así poder dormir. Pero fue el rubio quién lo abrazó primero, colocandose sobre su pecho.

—Algo mareado, pero estoy bien. Oh, hyungcito... —murmuró, acariciando una parte del pecho ajeno—. Me acabo de acordar que... Olvidé la lucecita... Podria ponerla y que alumbre, así no tengo miedo al dormir, pero no pensé en eso... La televisión me ayuda, pero no a ti, Min. Te distrae y no puede dormir... —Minho frunció su ceño y pasó uno de sus brazos por detrás de la cabeza, mientras que con su mano libre, dejaba tiernas caricias en la cabellera rubia—. Así que puede apagarla, para que ya no lo distraiga y que el sueñito venga... tienes que dormir. Por favor, cierre los ojitos e intente.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora