☆ ɴᴏᴠᴇɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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El corazoncito de Jisung se rompió en dos.

¿Entonces el golpecito en su cabeza hizo que se olvidara de él?

Sus manos temblaron, al igual que todo su cuerpo, no podia controlar aquello. Y  a pesar de estar roto, este palpitaba con miedo. El aire comenzó a faltarle, pero pudo controlarlo.

No sabía qué significaba lo que escuchó, si es que era grave, o no, si tenía que llamar a un médico, o no. Solo se quedó allí, viendo a Minho con esa expresión de confusión, mientras que la suya, era una de desesperación, mezclada con miedo.

—H-hyungcito... ¿cómo que no me co-conoce? —los ojos de Minho no hicieron alguna expresión y negó—. Soy yo, Jisung... Su niño... A veces me llama enano. ¡Mire! Traje a Gruñosito para que pueda dormir mejor —le dejó el peluche al costado de su cuerpo, logrando que Lee pudiera tomarlo para observarlo—. Usted me lo regaló en el parque. Había dicho que otro niño lo llamó tramposo y yo lo defendí... O eso creo.

Jisung se sumió en sus recuerdos y decía todo con una sonrisa inocente, ignorando todo el riesgo de la situación.
Esto nunca lo vio en una serie, no sabía qué hacer exactamente para que la memoria de su hyungcito vuelva.

Jisung, al saber que no podia hacer nada, se cubrió el rostro, para no dejar en evidencia que estaba llorando. ¿Qué debia decirle? ¿Cómo se conocieron, como se pelearon o como se arreglaron? ¿Cómo él se aprendió su rutina y lo ayudaba con los horarios? ¿O que disfrutaban de ver los ositos cariñositos y que se ponia celoso de Song Kang? ¿Debía mencionar que le decía Kango?

—¿Y qué pasó luego de haberme defendido?

—Me llevó a un rincón para darme el osito. Le dije que no debía pelear con un niño, pero me dijo que yo era su único niño, porque no le importó haber peleado con otro —largó un sollozo. Sacó las manos del rostro, para poder limpiar las lágrimas, y de paso, tomar un poco de aire. No le importó estar hecho un desastre, así que miró a Minho fijamente y habló—. Desde ese dia, no suelto a Gruñosito, duermo con él todas las noches, y cuando pasa algo malo, siempre lo tengo conmigo, porque me recuerda a usted. Min, eres mi lugar seguro, ¿eso cambiará?

—Claro que no bebé, mira si un golpe me hará olvidarme de cuanto te amo. Enano, lo siento...

Minho salió de la camilla como pudo, estaba mareado aún, pero no le importó, debía ir a abrazar a su niño, que por nada en el mundo, se olvidaría de él.

—¿Qué? —preguntó, no podia procesar todo.

Las palabras que había dicho para que Minho recuperara la memoria, su corazoncito roto palpitando por cada recuerdo, y cada lágrima derramada por querer volver atrás y decirle a su hyungcito que no se vaya de su casa, que allí iba a estar a salvo. Y ahora, el abrazo de Minho.

No entendía, no podia.

—Era una broma bebé, perdóname.

—¿Qué? ¿Minho, si me recuerdas?

—No podria soportar la idea de perderte, mucho menos, la de olvidarte.

Jisung se alejó y lo vió con ojos que destellaban más que dolor y tristeza, pero Minho podia notar que atrás de todo eso, había una pizca de felicidad.

—¿Entonces por qué lo hiciste? ¡Eres malo, malo, malo! —le dió un golpe en el pecho, uno que dolió bastante.

—Tengo una explicación, no te pongas así.

—¡Eres malo!

—Ya, bebé. Escúchame —tomó su mano y lo condujo a la camilla. Él se sentó, pero dejó al menor en frente suyo, mientras tomaba ambas manos—. No hay mucha iluminación y estoy algo mareado, a penas te vi entrar, pensé que eras Changbin. Ambos son enanos, supongo que lo asocié con eso, además, no tenía pensado verte aquí, pensé que mi madre llamaría a Changbin, porque con él vivo y sabe que es mi mejor amigo, también pensé en Hyunjin. Jamás asocié la idea de que te llamara a ti primero. Por eso, la broma era para Changbin, no para ti.

—¿Cómo no supo que era yo si le dije hyungcito?

—No tuve tiempo de pensar, solo largué las palabras. Lo siento, bebé, lo siento. No quería hacerte llorar.

—Sigo pensando que eres malo, muy malo.

—Bromita —hizo un pucherito y ladeó su cabeza.

Sin embargo, Jisung llevó las manos para colocarlas en el rostro ajeno y volver a una postura derecha.

—Deje quieta su cabecita, no la mueva.

—¿Me vas a cuidar?

—¡Claro! —sonrió—. Le daré muchos besitos —Minho sonrió igualmente, emocionado por la idea—. El mes que viene.

Entonces, aquella sonrisa se desmoronó.

—¿Qué?

—Sí, cómo castigo.

—No morí por el golpe, morí por la falta de tus besitos —dijo y se tiró en la cama, fingiendo que estaba muerto.

Jisung largó una risa, pegó aún así, recuperó su postura, no cedería.

—Lo hubiese pensado antes. Ahora acomódese bien, va a dormir toda la noche, ¿entendió, hyuncito? —preguntó, señalándolo.

—Entendido enfermero.

—¿Tiene agüita ahí?

Minho asintió y de la nada, tomó a gruñosito y lo abrazó con fuerza. Sabía que Jisung lo usaba para dormir, así que paracticamente, lo tomó, para que no se vaya y se quedara con él.

—Quédate, estoy muy enfermo.

—¿Dónde podria quedarme?

Minho hizo espacio en la camilla y palmeó el colchón, indicandole que podia acomodarse ahí. El rubio sonrió y fue casi corriendo. Se acurrucó en su pecho, con cuidado de hacerle más daño del que ya lo hicieron.

—Jisung —llamó al cabo de unos segundos en silencio.

La habitación estaba oscura y solo la luz de la ciudad iluminaba todo, pero estaba seguro, que solo necesitaba al pequeño para que todo esté bien. No era necesaria una luz, o el ruido de la televisión, con tener el cuerpo de su niño, pegado al suyo, era más que suficiente para estar bien y poder dormir, sabiendo que las pesadillas ni se acercarían a él.

—Te amo —murmuró, dejando un suave beso en su cabeza—. Jamás me podria olvidar de ti, eres lo más lindo que tengo.

—Te amo también —habló el menor, sonriendo y sintiendose muy feliz por sentir el aroma de su hyungcito.

No debía decirlo, no debia ceder, pero quería gritar a los cuatro vientos, que pronto podría hacer un maratón de las princesitas Disney.

Eso, y que estaba feliz porque Minho estaba sano y salvo.

—¿Me darás un besito?

—No.

—Bueno, al menos lo intenté.

Aquello hizo que el menor sonriera, no debía ceder, debía pagar por aquella broma, pero las ganas eran inevitables.

Dejó un pequeño beso en la mejilla del mayor.

—Hoy sí que dormiré feliz.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora