☆ ǫᴜɪɴᴄᴇ

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Sus corazones palpitaban como locos

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Sus corazones palpitaban como locos. Sus ojos no dejaban de observar el rostro contrario, y Minho, estaba adorando las mejillas rojas de Jisung, pero estaba muy lejos de admitirlo.

El agarre pasó hacía su cintura, el cual se volvió suave. En verdad disfrutaba de lo estrecha que era y sabía a la perfección que, a aquel niño, también le gustaba. Lo deducía ya que el agarre era sumamente débil, por lo que podía empujarlo con las pocas fuerzas que tenia.

—¿Q-qué? —abrió en grande sus ojitos, sin poder creerlo.

—Ya lo escuchaste. 

—Jódete. No eres nadie para darme órdenes. Solo mamá me dice qué hacer, y ella me dijo una vez que no debo aceptar...

—Escúchame bien, enano, me vuelves a hablar así y juro que...

—Le voy a hablar como yo quiera. No le tengo miedo —bufó, cruzándose de brazos.

—Voy a romper todos tus ridículos dibujos. Uno por uno, ¿entendido?

Las facciones en el rostro de Jisung cayeron, su boca prácticamente estaba por el suelo. Sus ojitos nuevamente se abrieron como platos y su corazón se detuvo en cuanto Minho pronunció aquellas palabras en forma de amenaza.

—N-no... —su voz salio en un susurró—. Co-con mis dibujitos no.

Minho vió los ojos ajenos cristalizarse y llenarse de lágrimas. Tragó saliva y un muy profundo sentimiento de arrepentimiento se alojó en todo su cuerpo.

—Está bien... no llores —susurro—. Pero no vuelvas a hablarme sin honoríficos. Ni vuelvas a poner tus labios así.

—¿Así cómo? —preguntó algo confuso.

—Cómo si estuvieses pidiendo un beso —Jisung largó una risa y Minho frunció su ceño.

—Solo estaba mostrando mi nuevo labial, ¡jamás le pediría un beso a mi mejor amigo! Aún así, no debe ponerse celoso.

-—¿Celoso? ¿Yo? —lo miró incrédulo y estalló en risas.

Jisung lo observaba. Las lágrimas habían desaparecido y fue reemplazado con un extraño brillo y unas palpitaciones en su corazon que era desconocido para él. Elevó su mano hasta tocar el pómulo de Minho, quién se quedó estático ante el ligero toque de los pequeños dedos sobre su piel.

—Lo siento, tenía algo en la mejilla —dijo, viendo si no tenía alguna otra mancha en su rostro.

Minho tragó saliva nuevamente por la repentina cercanía. Tomó la mano ajena y la alejó, para luego estampar el cuerpito de Jisung contra la pared, y sobre todo, pegar sus labios con los contrarios en un beso profundo.

Sintiendo como el sabor a sandía se volvia su favorito.

Sintiendo como el sabor a sandía se volvia su favorito

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━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora