☆ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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—Minho hyung —llamó, tirando de la sudadera negra del nombrado

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—Minho hyung —llamó, tirando de la sudadera negra del nombrado.

—¿Mhmh?

—Me duelen los pies.

—¿Y qué quieres que haga, que mágicamente me convierta en una silla? —los ojitos del rubio brillaron y por sus labios se asomó una sonrisa inocente.

—¿Puede hacerlo? ¡Cómo en los cuentos! —saltó de la emoción.

—Niño, esto no es un cuento, es la realidad —alzó su mano y golpeó sin fuerza la frente del menor—. Siéntate en el piso, qué tanto lío.

—El piso está sucio... ¿cuánto falta para que abran? Mi pancita ruge —palmeó su estómago a la vez que balanceaba el peso de su cuerpo hacia la otra pierna, dejando descansar una.

Minho suspiró. Hace media hora bajaron del taxi, y pequeño detalle que no se dió cuenta: la confitería abría a las diez y apenas son las nueve y treinta. 

Sinceramente, no sabía porque había hecho eso, ni siquiera gastaba el dinero para ir a su casa en taxi después de los entrenamientos, y lo vino a gastar todo en un viaje lejos del centro de Seúl, solo por un impulso.

Un estúpido impulso que le estaba gustando. A pesar de que lo estaba escuchando quejarse una y otra vez.

—¿Cuánto falta?

—Solo pasaron cinco minutos desde que preguntaste. Falta media hora. Sé paciente, porque yo ya estoy perdiendo la calma.

Jisung bufó. Sus piecitos dolían, justo ese dia había ido con unas nuevas zapatillas, que no eran para nada cómodas, pero si muy bonitas, ahora sentía como sus pies estaban siendo perforados por el suelo. Minho notó lo inquieto que estaba así que se quitó su sudadera y la dejó sobre el escalón de la entrada, sentándose él primero mientras le hacía una seña para que el rubio haga lo mismo.

—Pero se ensuciará...

—Tengo que lavarla de todos modos.

—Hyung sucio —espetó en un susurro, sentándose a su lado y sintiendo como sus pies se aliviaron enseguida.

—Te escuché, pero voy a hacer como que no pasó nada.

—¿Cómo siempre lo hace, no?

—¿Tienes ganas de pelear, enano?

—No soy enano.

—En vez de comer tantos dulces deberías comer yogurt, eso ayuda al crecimiento.

—Habló el que fuma.

Minho apretó su mandíbula, dispuesto a sacar un cigarrillo y tirarle todo el humo en la cara. Y como lo deseó, ahora mismo estaba prendiendo uno, para darle una larga calada, sintiendo encima suyo la mirada juzgadora de Jisung, así que le aventó el humo para borrársela. El rubio tosió, no era exagerado, esta vez si que le había entrado el humo en su garganta.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora