☆ ɴᴏᴠᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ

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Jisung agarró el sandwich, deseoso de comerlo como lo hizo ayer. Pero hubo algo que le hizo dudar y fueron las voces de sus compañeras cuando las escucho hablar hace días. "Si me veo gorda, nadie me querrá y mucho menos el chico que me gusta; él todo atlético y yo..."

Entonces pensó en Minho automáticamente y luego miró su pancita. Había comido muchos dulces, tantos que ya había perdido la cuenta, y cómo no hacia ejercicio, redució las porciones de comida. Pero las veces que lo hacía con Minho, el mayor lo obligaba a que coma todo el plato.

—Estoy gordito... —susurró, tocando su pancita y cortando el sándwich a la mitad para guardarlo en el regrigerador.

Unos golpes en la puerta lo asustaron, pensó que era Minho, quizas se había olvidado de algo y regresó. Así que dejó la comida y fue feliz a abrirle, pero antes, siguiendo el consejo de su novio y su madre, preguntó:

—¿Quién es? —lo hizo con una sonrisa, esperando que fuese Minho y que respondiera con algo para seguirle el juego, pero sabía que le estaba quitando tiempo para que vaya a entrenar.

Dejó su mano en el picaporte, pero la respuesta lo desconcertó.

—Soy Yunho, pequeño. ¿Puedes abrirme? Traje para que comamos.

El menor retrocedió, asustado.

—Vi que Lee se fue, así que podemos estar tranquilos por un rato. ¿Qué dices?

Jisung no sabía que hacer, no podia reaccionar, porque estaba más que asustado. Las imagenes de él en el supermercado, como tomaba su bracito y lo llevaba sin su permiso, logró que su corazón comenzara a palpitar rápido.

—¿Sunggie? Sé que estás ahí, ábreme.

—¡No! —gritó desesperado.

Yunho levantó las cejas, sorprendido por el tono en el que le habló.

—¿Por qué me odias? Si sabes que puedo ser mejor que él.

—¡No, nadie es mejor que mi hyungcito! ¡Yo lo quiero a él!

Yunho dió un golpe estruendoso en la puerta, logrando que el rubio saltara del susto y que las lágrimas comenzarán a fluir.

—¿Por qué me odias? Si solo me dejaras...

—¡Ya le dije que no lo odio! —gritó, llevandose la mano hacia su pecho, esperando que su corazón se calmara.

—¿Entonces? Sunggie, sabes que yo...

—Le tengo miedo. No lo quiero, por favor, vayase. Me está asustando —las lágrimas no dejaban de salir, su cuerpo comenzó a temblar.

—Si solo me dejas intentar, te vas a dar cuenta que puedo ser alguien muy bueno para ti.

Jisung tuvo un poco de valor y se acercó a la puerta, pero no pensaba abrirla, solo era para dejarle algo en claro.

—Las personas buenas no hacen cosas malas. Y tú eres alguien malo. Muy malo.

Yunho largó un suspiro, ¿era enserio?

—¿Lee te metió esas mierdas en la cabeza? Él sabe que padeces de autismo, y utiliza eso en tu contra.

—¡Yo no padezco autismo, soy autista! —excamó, enfurecido—. Minho entendió eso, Minho entendió eso, Minho entendió eso —repitió varias veces, a la vez que sus manos comenzaron a picar con fuerza y tuvo que calmar eso con pellizcos.

—¿Sabes qué? Entraré por la puerta del jardín, vi que estaba abierta —avisó y levantó la bolsa que la había dejado en el suelo por el enojo.

Jisung se quedó helado.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora