☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Minho respiró.

Todo estaba en un completo silencio, salvo algunos ruidos afuera de la habitación, pero no como para preocuparse. Estaba tranquilo, por un lado, hecho de que Jisung esté dormido, le daba cierta paz, y por el otro, el hecho de que el desmayo no fuese otra cosa que por el miedo, recorría mucha ansiedad por todo su cuerpito, por ende, su presión arterial cayó.

Nunca en su vida había corrido tanto, y eso que estaba acostumbrado a hacerlo, más que nada en los partidos, pero nunca lo hizo con un cuerpo entre sus brazos. Lo hizo, corrió con Jisung, y una vez que llego al vehículo, lo sentó en el asiento trasero, siendo cuidado por sus amigos, también acompañado por Changbin y hyunjin, quienes iban en otro auto.

Enseguida lo atendieron y sobre todo, lo tranquilizaron, a él, que también estaba a punto de desmayarse porque no sabía qué era lo que le pesaba a su niño. Y cuando le dijeron específicamente que solo era un desmayo por la ansiedad, por el miedo y el dolor de las quemaduras, pudo respirar y lo hizo más profundo, cuando los doctores mencionaron que le darían calmantes, para que pueda descansar y que le brindarían la curación necesaria para sus bracitos.

Así que ahí estaba, acariciando su cabello mientras él dormía plácidamente, sin poder contenerse de dejarle besos en la mejilla de vez en cuando, notando como fruncía el ceño a veces, pero no llegaba a despertarse.

Sin embargo, le daba miedo que eso suceda. No quería que recordara el miedo, el dolor, no quería que su sonrisa se opacara por las lágrimas, solo quería verlo tranquilo, por eso, quería que siguiera durmiendo; sus sueños era el puente a un mundo maravilloso, sin personas malas, ni queriéndole hacer daño, donde él brillaba por su inocencia y alegría.

El reloj marcaban las tres de la tarde, lo que indicaba que era hora de su siesta, y Minho no mentía al decirse a sí mismo que el sueño comenzaba a golpear su cuerpo, así que se acercó a la camilla, aún sentado en el sofá individual de la habitación, para recostar su cabeza sobre el muslo ajeno, de esta manera, podía tomar la manito y cerrar sus ojos, disfrutando del dormir junto a su niño.

Había pasado una hora desde que había caído en un profundo sueño, casi parecido al de Jisung, pero él no tenía los calmantes en su organismo, aún así se durmió al sentir toda la paz recorrer cada punta de su sistema, pero también, fue el alivio de saber que su novio estaba bien.

Minho no era de soñar, de hecho, no recordaba haber tenido esos sueños raros, felices, o llenos de miedo, solo recordaba una completa oscuridad, o la escena de la serie que se quedaba viendo hasta altas horas de la noche, porque no podía cerrar sus ojos. Sin embargo, dormido, no podía soñar con los pequeños deditos de Jisung, colándose por su cabello, para convertirlo en una caricia leve. Hizo un esfuerzo por despertarse y cuando se encontró con los ojitos de su niño, se irguió enseguida, para acercarse hacia su rostro.

—Hola, precioso, ¿te sientes bien?

El rubio sonrió y corrió a tomar la manito de Minho, para llevarla a su pecho y envolverla con las  suyas, haciendo que el mayor se inclinara sobre la camilla.

—Cuando desperté, todo daba vueltas, y no sabia como hacer para que pare. Pero recordé que el profesor de educación física nos decía que teníamos que mirar un punto fijo para estabilizarnos, fue cuando lo encontré durmiendo, entonces no lo dejé de mirar y además, le hice caricias en cabello, realmente ayudó. Si quiere, puede volver a dormir, pero le haré un lugar, es incómodo hacerlo así —Minho le sonrió, complacido con escuchar la linda voz ronca.

—Estoy bien, no te preocupes, dormí como una hora, así que ya tengo las energías recargadas.

—¿Yo cuánto dormí? Porque aún estoy cansado, ¿eso es malo?

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora