☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴅᴏs

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El sol centellaba con toda su fuerza, mucho mas allá de la definición de la palabra, Minho lo sabia y las ganas de ir hacia la playa, lo demostraba. Sus amigos estaban allí, pero para que Jisung no se despierte solo de la siesta, prefirió esperarlo, además, sabia que lo ideal era salir luego de las cinco, así, el niño que estaba a su lado, ni él, se insolarían.

Sintió como unos pequeños dedos se colaban por su mejilla hasta el cabello, dejando tiernas caricias, luego un besito en la misma zona. Abrió sus ojos, encontrándose con los del menor, además de una sonrisa media traviesa, para finalmente, escuchar la alarma, indicando que eran las cinco de la tarde.

Como si fuese memoria muscular, alcanzo su celular y sin ver la pantalla deslizó el dedo para apagarla, percibiendo como el menor se acomodaba sobre su pecho.

—Buenas tardes, hyungcito —su voz sonaba ronca, se había dormido profundamente.

No supo como, pero llegó a tomarlo del hombro para depositarlo en la cama y así poder dejarle un par de besos tanto en la mejilla, como en el cuello.

—Claro que son buenas tardes, bebé —dijo con una sonrisa que Jisung supo identificar, por mas que estaba medio dormido aun. Minho se colocó arriba y le dejó aun mas besos—. Estamos solos... —susurró, dirigiéndose hacia los labios ajenos, dejando las ganas de ir a la playa para después.

—¿Sabe que significa, hyung? —le sonrió en grande, Minho solo pensó en una sola cosa—. ¡Podemos ver los Ositos Cariñositos en la televisión grande!

Lee dejó sus brazos sobre la altura de la cabeza ajena, dejando caer todo su peso sobre ellos. Largó una carcajada, sin saber si eso era inocencia real o una fingida, pero jamás lo sabría. Volvió a recostarse sobre el colchón, sintiendo de nuevo como el menor se acomodaba sobre su pecho.

—¿Quieres merendar y luego ir a la playa? Podemos ir al restaurante.

—Prefiero preparar la chocolatada en mi vaso e ir hacia la playa, Felix me mandó cincuenta mensajes, y eso que fue antes de dormirme. Mañana cuando ellos amanezcan como unos tomates, nos burlaremos, ¿de acuerdo, hyungcito?

—Y después te haces llamar ángel, cuando eres todo lo contrario.

—Si lo soy... pero puedo hacer excepciones —se sentó en la cama, mientras escuchaba su novio reír—. ¿Qué?

—Eres lindo.

—Ay, ya va a comenzar.

—Bien que cuando no me escuchas decirlo, me lo pides —Jisung negó, totalmente desentendido. Minho rodó los ojos.

Observó al menor salir de la cama, tomó una muda de ropa, que se basaba en un short para el agua y una camiseta blanca, para luego, meterse en el baño. Lo mismo hizo Minho, solo que fueron en dos segundos y ahí en la habitación. Antes de salir, agarró los dos toallones y protector solar, avisándole que estaría en la cocina, preparando la merienda, ya que se moría de hambre.

Bajó tranquilamente las escaleras, para luego toparse con la sala, y en especifico en la televisión que eran mas de ochenta pulgadas, y estaba seguro que desde que llegó, estaba con ganas de mirar ahí, y mientras no sea Song Kang, lo dejaría mirar todo lo que quisiese.

Sabiendo muy por dentro, que también dejaría que viera a ese actor que le ponía los pelos de punta.

Buscó el vaso de Jisung, la chocolatada en polvo, para verter dos cucharadas y luego la leche, no sabia que era lo que prefería comer, así que lo esperó para preguntarle. En cambio él, eligió una simple botella de agua, y mientras veía acercarse el menor, se comía un muffin.

—¿Y su chocolatada? —preguntó con sus ojitos brillosos.

—Hoy te abandono bebé, no tengo ganas —Jisung sabia que no podía hacer nada, porque no lo obligaría a comer o beber algo que no quisiese, así que optó por hacer un pucherito, uno que Lee no tardó en besar—. ¿Qué quieres de comer?

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora