☆ sᴇᴛᴇɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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Los ojitos de Jisung brillaron al ver la playa, a pesar de que estos se estuviesen cayendo por el sueño.

Minho notó un ligero entusiasmo en él, pero no sabía el por qué, cosa que luego le preguntaría, quizás de esta manera tendrían más salidas a la playa.

Al bajar del auto, una brisa de viento congeló el cuerpito del menor, logrando que comenzara a temblar como gelatina. Pensó en decirle a Minho o no, pero considerando que hace mucho no venia, estaba bien pasar un poquito de frio. Además, tenia una chocolatada calentita y los brazotes de su hyungcito, así que estaba más que cómodo.

Pero por estar admirando la vista no se dio cuenta que Minho tenia entre manos una manta, y cuando lo hizo, esta ya cubría gran parte de su cuerpo, al igual que los brazos del mayor, rodeaban su torso.

—Quién te vea diría que estás cagado de frio.

—Uh, atrapado —dijo, cuando no podia liberarse de sus brazos a modo de juego.

—Sí, más que eso. No dejaré que te congeles mucho tiempo, ¿entendido? Cuando terminemos la merienda nos vamos, al menos al auto.

—¡Entendido, hyungcito!

Exclamó, saliendo disparado hacia la arena. Minho negó, habia sido mala idea abrazarlo tan ligeramente.

—Ven, siéntate aquí.

Y en vez de dejar la manta debajo de él, la dejó entre sus piernas, así taparía a Jisung en cuanto se sentara.

—Su culito se congelará...

El mayor largó una carcajada y observó cómo se acercaba.

—Mi culito estará bien, no quiero que el tuyo se congele. Ven, que también quiero abrazarte.

Jisung hizo caso y se acercó con la merienda entre manos. Lee, quién recordó que tenia los resultados de los análisis en el bolsillo de su chaqueta los buscó y los dejo en las piernas del menor, de esta manera le hizo a acuerdo que debían leerlos.

—Oh, ya ni los recordaba...

—Yo tampoco, pero el doctor nos dijo que todo estaba más que bien y que no habia señales de nada peligroso. No sé porque hicimos tanto drama de venir aqui a abrirlos, pero no está demás darle una ojeada.

—Hyungcito... —llamó antes de girar su cabeza para poder verlo—. Eso fue la excusa.

Sonrió tímidamente cuando Minho esbozó una preciosa sonrisa, antes de que hundiera su rostro en su cuello para darle besitos y provocarle cosquillas.

—Hyung... —llamó riendo a causa de lo que provocaba en él.

—Mi niño salió travieso. ¿Quieres saber algo? No hay necesidad de poner excusas, solo dilo y lo haremos, no tiene por qué darte vergüenza el pedirme cosas.

Jisung lo pensó seriamente mientras daba un sorbo de su deliciosa chocolatada. Se acomodó en el pecho de Minho, mientras disfrutaba de la vista del mar y sus olas, cuando una pregunta seria, que debia ser seriamente charlada y aclarada sus dudas, se instaló en su cabeza.

—¿Cuándo tendremos sexo salvaje?

Oh...

No lo quiso soltar así como así, pero era inevitable. Eran cosas que debian ser tema de conversación dentro de poco, porque ninguno de los dos era un niño, y ambos sabian lo que los "adultos" hacen.

Hace bastante se conocían y hace un mes estaban juntos, y Jisung consideraba que lo del sexo era muy natural, pero que ninguna pareja se animaba a hablar hasta que el momento pasara, o que nadie daba el primer paso, ¿pero si no lo hablaba como iba a saber que se sentia listo? Así que decidió hacerlo él mismo, sin conjeturas ni vergüenza. Bueno, ese pensamiento se le fue al ver la reacción de su hyung.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora