☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴛʀᴇs

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El sol que Jisung veia entrar por la ventana, anunciaba que ya eran las nueve de la mañana, indicando que ya debía levantarse para iniciar un buen día. Sin embargo, esperó a que Minho entrara por la puerta, ya que últimamente entraba a las nueve en punto, con el desayuno, pero ya habían pasado dos minutos, así que decidió darse la vuelta, asustándose de verlo dormido aún. Luego de respirar profundo, sonrió, significaba que sí pudo dormir por muchas horas.

Estaba feliz de que su hyungcito haya podido descansar, solo esperaba que todos los dias sea así: que al cerrar los ojitos, tenga un sueño realmente bonito como para no despertar, así como a él le pasaba. Eso le deseaba todas las noches, que pudiese dormir horas interminables, para descansar cómo debía.

Se acercó un poquito más, dudando si hacerlo o no, pero debía dejarle un besito en la nariz, como hacía cada vez que despertaba antes, y últimamente, no pudo hacer, porque Minho se levantaba primero, así que debía aprovechar, y dejó otro beso en su mejilla, lo raro fue que ni siquiera se quejó, porque siempre con el segundo besito, balbuceaba o se movia, y cuando eso pasaba, Lee lo acorralaba entre sus brazos, impidiéndole que pudiera salir para hacer el desayuno. Así que antes de que suceda eso, salió de la cama lentamente, porque en sus adentros, quería que siguiera descansando, al menos un poco más.

Primero se colocó sus pantuflas, y fue directo hacia la ventana para atar la cortina y dejar que el sol entrara para iluminar más aún la habitación y luego fue tranquilamente a la cocina para preparar el desayuno. Hizo las dos tazas de té como siempre, pero estaba indeciso sobre qué comer, aún así, prefirió no pensar tanto; puso un poco de pastel de chocolate, un trozo de cheescake y galletitas en forma de dinosaurio hechas por su novio, descubrió que cocinaba excelentente bien, así que estaba feliz, de que ya no iba a quemar más las masas de las galletitas, porque siempre le pasaba, por eso, era Lee quien se encargaba de hacerlas.

Subió las escaleras con sumo cuidado, y una vez dentro de la habitación, observó con una sonrisa cómo aún seguia durmiendo y eso lo puso feliz, seguramente tenía que dejarlo descansar por muchas, muchas horas, pero no podia, sino, no dormiría por las noches, y lo que Lee debía hacer, era crear una rutina, así su cuerpito se acostumbraria al cansancio y podria dormir al menos unas siete horas, y no tres o cuatro.

Dejó la bandeja sobre la mesa de noche y no pudo evitar buscar su celular para colocar la cámara y sacarle una foto, debía aprovechar que estaba abrazando a Gruñosito, era una imagen demasiado linda como para guardarla solamente en su cabeza. Cómo fondo de pantalla estaba bien.

—Hyungcito dormilón —llamó en un susurró, sentándose a su lado, a la vez que se quitaba las pantuflas para subir sus piecitos—. Arriba hyung, ya hice el desayuno... me encantaría dejarlo dormir —suspiró—. El té está bastante caliente, porque hasta que le baje el hambre, ya va a estar frío... —habló esta vez en un tono elevado, para que vaya escuchándolo y de esta manera despertándose.

Pero no había señales, y Jisung se estaba alarmando un poco.

—¡Hyungcito, arriba! Me gusta que duerma pero ya es hora de desayunar, hay que disfrutar del dia y hoy tenemos muchas cositas que hacer. ¡Ah! Aquí tiene pastel de chocolate —dijo casi gritando—. Hyung, tiene que comer.

Jisung iba a agarrar el pedazo de pastel, pero no pudo hacerlo ya que no apartó la vista de Lee, quien seguia plácidamente dormido. Sin embargo, el corazón del menor comenzó a palpitar con desespero, no había queja, no había expresiones ni movimiento, no había nada y eso lo estaba asustando.

—Hyung, despierte, ya es hora —su voz salió entrecortada, sin fuerza como antes. Sacudió su cuerpo para que despertara, aún así, nada —. ¡Hyungcito, hyungcito, despierte!

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora