Capitulo 3

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza, con la mirada desorbitada y un agudo tintineo en los oídos. Entonces, comencé a escuchar cada vez mas claro, fui percibiendo las quejas de dolor de mis amigos, sus vitoreos de haber sobrevivido. Levante la mirada, el avión estaba inclinado un poco hacia mi lado, lo que no hizo más que marearme aun mas, los tubos y mangueras del techo estaban rotos y liberaban una especie de vapor blanco. Las horribles lamparas soltaban chispas, y me dolía toda la espalda.

Mire a mi lado con dificultad, Cari me miraba con urgencia, fue entonces cuando reparé en que me había estado hablando.

-¡Michael!-me llamó una vez más-¿Estas...bien?

Estaba muy confundido y adolorido para responder.

-Michael...

-Hola-fue lo único que logre decir.

La chica sonrío. Entonces Han apareció desde la sala de mando a toda velocidad acompañado con Bill. Ambos, sise dirigieron a las paredes de la zona de pasajeros y tomaron cuantas armas pudieron. Io ayudó a Jessica a levantarse.

-¡Vamos!-nos apresuró Han-Hemos entrado en territorio hostil, nuestro transporte cayó en algún punto indefinido del Distrito Uno, perdimos comunicaciones, las unidades antiaéreas del enemigo están cerca, debemos movernos.

Me deshice del cinturón de seguridad y me puse de pie con dificultad. Mi cabeza me daba vueltas. Tome la mochila que estaba debajo de mi asiento y me la colgué en la espalda, tome un rifle de la pared y lo cargue. Mire la escotilla de la nave, una vez que se abriera, iniciaría el infierno. Nos colocamos con las armas preparadas  detrás de la enorme puerta, Ion se adelantó e intentó abrirla con el enorme botón rojo que había a un lado. No funcionó.

Han se desesperó, y apurado corrigió junto a él y con un gesto lo aparto, con el mango del arma golpeó la pared de acero por encima del botón y automáticamente un compartimiento secreto detrás apareció, dentro había una extraña palanca.

-!Prepárense!

El hombre tiró de la palanca, y la con un fuerte estremecimiento, la enorme escotilla cayó al suelo. Todos avanzamos a gran velocidad hacía la calle, o eso parecía. No lo sé, había demasiado humo y polvo en el aire para ver. Lejos escuchamos explosiones, creímos que sería infantería enemiga intentando emboscarnos. Corrimos hacía "un lugar seguro". Cuando huimos del humo, todo se aclaró. Miré a mi alrededor y no pude ver a ningún enemigo, solo enormes edificios abandonados con cristales rotos. Los postes de la luz se encontraban caídos y con los cables sueltos soltando diversas chispas. ¿De dónde venían esos ruidos?

Miré al cielo, se encontraba totalmente nublado. Sin embargo, unas extrañas esferas giratorias doradas se encontraban volando hacía lo alto desprendiendo una luz amarilla antes de estallar. La luz nos permitía ver las siluetas de decenas de aviones de WICA volando por los cielos hacia el punto de control en alguna otra parte.

-Misiles-dijo Jessica a mí lado.

-Que misiles tan raros-mencioné.

¿De dónde venían? Seguí los misiles hasta descubrirlo, en lo alto de un no muy lejano edificio se encontraba lo que parecía ser un enorme cañón. Se trataba de una pequeña cabina de cristal junto a esta, un enorme cilindro metálico de unos dos metros de diámetro y doce de largo, el cual no paraba de girar sobre sí mismo disparando las esferas doradas hacía el cielo.

-¿Un lanzamisiles?-hablé en voz alta.

-No-negó Jack, señalando hacía el otro lado.

Lo vi, me quedé estupefacto. El miedo recorrió cada uno de mis huesos, más adelante se encontraba el mismo cañón, sobre decenas de edificios, tal vez cientos. Todos disparando hacía el cielo, contra nuestros aliados. Veía una y otra vez explosiones en el cielo, me recordó un poco a la Infección, solo que era de noche, estaba nublado, y se trataba de una verdadera batalla.

Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now