Capitulo 52

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Las gaviotas volaban alrededor del Prometheus, observando la escena. Hab Los sonidos de los tambores y trompetas asustaron a los pájaros que descansaban en los cañones de la cubierta principal. El sol se levaba por encima del mar hacia el cielo azul, Beagtown permanecía aún con enormes columnas de humo a la lejanía. Se veía distante y tan cercana a la vez.

-El día de hoy-inició la Presidenta frente al micrófono-recordamos a nuestros hermanos y hermanas caídos en el combate. A cada hombre mujer y niño que perecido en esta Isla. A aquellos que dieron la vida por la humanidad, que, lamentablemente nunca serán mencionados en algún libro de historia, pero sí serán recordados en inmortalizados en nuestra conciencia.

La Presidenta hablaba detrás de los micrófonos en el pedestal azul con el logo de WICA grabado en ella. Frente al escenario, se encontraba perfectamente formado cientos de tripulantes y soldados que habían estado en la batalla. A un costado, estaba la banda militar con sus tambores y trompetas. Detrás del escenario, habían colocado un enorme tanque azul lleno de raspones, balazos y señas de explosiones. En él, habían colocado fotografías o pertenencias de los militares caídos, y todas las placas militares que habían encontrado las habían colgado en el largo cañón dl tanque en memoria de los caídos.

-Y aunque sabemos que unos tiros al cielo, que una banda honoraria, una bandera; no llenará el espacio vacío que ellos han dejado, nos servirán para mantener vivo su recuerdo e inspirar a las nuevas generaciones a seguir adelante.

Silencio.

-Por qué sabemos que cada vida cuenta, que cada una es tan importante como la nuestra. Por eso luchamos hoy por un mejor futuro, por eso este sacrificio...por qué somos WICA, y ellos formaban parte de esto. Porque ellos sabían que las ideas de Mantícora eran erróneas, sabían que la humanidad necesitaba y merecía otra oportunidad...oportunidad que con su valentía y coraje han hecho realidad.

Observé atentamente a cada uno de los presentes, la mayoría miraba al suelo de forma triste. Yo no sabía qué hacer, perdí gente en Beagtown sin embargo sentía que las palabras de la Presidenta no eran dirigidas a todos mis amigos caídos. Por qué ellos no lucharon por WICA, lucharon por la gran familia que habíamos forjado. Ellos no eran militares, ellos no querrían una ceremonia como sea. Dudo mucho que a Paul le hubiera gustado una ceremonia como esa, a decir verdad estaría observando el reloj entusiasmado por que terminara todo de una vez. Kevin estaría insistiéndole a Ion permiso para marcharse. Seth estaría observando al suelo con una cara de: "odio la vida". Bob estaría pensando en volver a dentro para jugar videojuegos o hackear algún gobierno, o algo por el estilo.

No estaba ahí presente, manteniendo la postura por mis amigos. Lo hacía por todos los soldados que habían arriesgado y dado la vida en esa Isla. Por qué, cualquier persona que haya estado en Beagtown se merecía mis respetos. Sobretodo sí había estado ahí voluntariamente, intentando ayudar y salvar mucha gente que ni siquiera conocía.

Siempre vería a WICA como lo que era, una simple compañía. Sí tal vez fueran buenas personas, pero de igual forma seguían siendo eso, un simple sistema lleno de faltas. No eran como nosotros, a nosotros no nos unía un contrato y una empresa; nos unían los lazos que habíamos forjado a través de todas nuestras aventuras.

-Ahora el máximo honor concedido, por sus años de servicio y aún más importante, sus sacrificio. Los 31 cañonazos.

Diez torretas del barco se movieron hacía el este, un grupo de diez soldados, cargó sus rifles y apuntó hacía la misma dirección. Marcus, se encontraba dirigiendo a los hombres.

-!Fuego!

Con un fuerte estruendo las torretas del barco dispararon y todo se estremeció por completo, se repitió y se repitió hasta que se cumplieron los cañonazos predichos. La Presidenta miró hacía el enorme tanque en memoria de los caídos. Los saludó llevando su mano derecha a la frente.

-!Gracias por su servicio soldados!-gritó la Presidenta-¡WICA los recuerda con orgullo! ¡Descansen soldados! ¡Descansen, en paz!

La Presidenta terminó su saludo, mientras la banda honoraria tocaba una deprimente canción cuando todo hubo terminado volvimos a nuestras respectivas tareas, la mía: permanecer en cama todo el día sin hacer nada. Algo bastante agradable. Pero a la vez extraño, por fin éramos libres de Mantícora y los Zombies, sin embargo me sentía completamente aburrido. Tal vez, muy en el fondo, deseaba volver a la Isla llena de emociones.


Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now