Capitulo 14

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Eran cientos. Hombres de piel pálida y ojos amarillentos inyectados en sangre con las pupilas desorbitadas. Tenían varias llagas en el cuello y mejillas, algunos tenían la mandíbula rota con esos enormes colmillos podridos. Traían ropa hecha jirones, manchada de sangre y tierra. Todos se acercaban lentamente, como un tigre antes de atacar a su presa, nos bloqueaban la salida.

-!Malditos zombies!-gruñó Joe, mientras tomaba su rifle y comenzaba a cargarlo.

-Esperaba no volver a verlos en mi vida-gimió Frank.

Miré a Han, esperando sus ordenes.

-Son demasiados.

-Nos hemos enfrentado a más y con menos armamento-dijo Ion orgulloso.

-Sí, pero no podemos permitir que le pase algo a la cura, es la única que existe-nos recordó, tomó la cajita y la cerro, para luego guardarla en su mochila. Cargó su arma, y dio media vuelta hacía la puerta debajo del televisor, intentó abrirla pero estaba cerrada desde el otro lado.

-Oh, no-gimió Paul.

-¿Qué vamos hacer?

-!Níger!-pidió Wallace-!Ábrela!

Níger nos apartó a todos, de la puerta y la observó atentamente. Sujeto el pasador que Valery le había dado y lo examinó atentamente. Después de unos minutos, lo tiró al suelo y de una feroz patada con su pierna robótica, derribo la puerta. Tomó su escopeta y corrió por el pasillo del otro lado. Alan soltó una risa antes de seguirlo. Han nos hizo señas para que entráramos. Fuimos pasando de uno por uno, con Esteban y Jasper hasta el final, cubriéndonos la espalda.

-!Es como en Mónaco!-le gritó Bill riendo a Han.

-¿Seguros que no confunden Mónaco con la Guerra de Troya?-le preguntó Jessica.

-!Calla!

Jasper y Esteban comenzaron a disparar contra los monstruos. Yo sostuve mi rifle preparado para lo peor, Cari corría delante mí mirando repetidamente hacía atrás asustada. No podía culparla, a nadie le gustaba estar ahí encerrado con cientos de Zombies siguiéndole.

-!Mueran malditos!-gritó Esteban-!Coman Plomo!

Kevin casi tropieza con un vidrio roto en el camino.

-¡Debemos apresurarnos!-nos apuró Han

-¿Cómo sabemos que no vamos directo a una muerte segura?-preguntó Bernard, pero Han no respondió.

Níger iba hasta el frente guiándonos.

-!Maldita sea!-dio vuelta y lo seguimos, se había metido por un pasillo sin salida-!Odio los malditos bancos!

-¿Por qué?-preguntó Jessica.

Níger apretó los puños, y frunció el seño sin responder. Alan nos envió un mensaje con la mirada: "No pregunten si saben lo que les conviene". Nos limitamos a seguir corriendo con los Servuks pisándonos los talones. Escuché una serie de disparos, seguidos de un gritó miré hacia atrás y pude ver como unos Servuks arrastraban a Esteban por el suelo mientras este gritaba enterrando las uñas en el suelo, intentando aferrarse de algo. Estuve a punto de volver, pero Jasper me empujó para que continuara.

-!No podemos hacer nada por él!-me gritó. Había escuchado eso tantas veces en mi vida...que el solo volverlo a oír hizo que me estremeciera. No conocí a Esteban muy bien, pero igual, me dolía su muerte. Una más a la lista por las que el Ojo tendría que pagar.

Dimos vuelta varias veces más por un pasillo, hasta que llegar a otra puerta. Níger la rompió con su pierna y aparecimos en lo que parecía ser un enorme garage.  Con solo dos enormes camionetas blindada dentro, ya sabes...de las que usan para transportar dinero. Níger corrió a abrir la puerta y tomó el asiento de conductor, mientras Bill tomaba la otra. Entre tanto correr y gritos terminé de copiloto con Níger, ahí estaban Alan, Joe, Ion, Jack, Frank, Han, Wallace y Jessica. Intenté salir cuando me percaté de que Cari no estaba con nosotros, pero Níger arrancó a gran velocidad destrozando el portón.

Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now