Capitulo 17

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Una horrenda pradera, donde la hierba era negra , la tierra era gris y el cielo naranja, con los relámpagos violeras iluminando las nubes rojas. El viento soplaba con calma, sin embargo toda la vegetación se sacudía con el más simple soplido. Miré a mi alrededor, pero no vi más que hectáreas enteras del mismo paisaje.

Escuché su risa tierna, luego se fue volviendo cada vez más maniaca. Corrí entre la hierba siguiendo el sonido, pero parecía emanar de todas partes. Tropecé y rodé colina abajo hasta un oscuro lugar donde la hierba no existía más, como sí un incendio hubiera acabado con ella. Las cenizas llovían del cielo, y con el fuerte olor a incendio. Miré a la chica, estaba de espaldas.

Era alta y delgada, de cabello pelirrojo bastante descuidado y viejo, de tez blanca. Vestía una horrenda camiseta roja y unos holgados pantalones beige. Me acerqué a ella lentamente, asustado. Extendí la mano para sacudirle el hombro, pero la chica se volvió antes de que pudiera llamarla. Me miró con unos oscuros ojos llenos de...nada. Literal, era bastante extraño. Así como cuando observas el vacío y no alcanzas ver el fondo, era lo mismo con sus ojos. Su piel era realmente pálida, sus facciones realmente esqueléticas. Con sus labios morados por el frío.

Pero pude reconocerla, a pesar de todo, supe quien era.

-Michael-me dijo con una voz tierna, pero moribunda-Michael...

-Heidy-intenté acercarme más a ella, pero la chica reaccionó soltando un fuerte grito.

-!ES TU CULPA! !TODO ES TU CULPA!

La chica estalló en cientos de cuervos que salieron volando en una nube de polvo negro, agité las manos para alejarlos de mi cara, entonces el piso se desvaneció y caí por un vacío lleno de esperanzas fallidas. Pude ver el fondo, una ciudad...muy parecida a Beagtown pero mucho más oscura. Caí sobre el asfalto, y me levante como sí nada. Miré a mi alrededor y los vi.

Eran cientos, miles de Zombies se acercaban cerrándome el paso. Todos eran distintos, pero me parecieron realmente conocidos. Había un chico alto y delgado, que utilizaba pantalones vaqueros azules con tirantes, y unas viejas botas llenas de lodo. Su piel era pálida y sus ojos amarillos inyectados en sangre. El Mark-Zombie dirigía el grupo.

Había un chico alto y de tez negra, de facciones duras y severas. De cabello estilo militar y vestía una camisa verde sin mangas, luciendo su musculatura. El Will-Zombie fue el segundo en acercarse.

También estaban Jeff, Alex y Charlie. Squirrel y Lucas. Todos ellos en versión Zombie multiplicados por mil, todos caminando lentamente hacia mí, intenté escapar, pero estaba rodeado por un ejército entero. Grité de pánico, mientras los miles de Zombies sollozaban en lamentos.

-Es tu culpa-decían y decían en desgracia cada uno de ellos.

-!TU ME MATASTE!-chilló Mark.

-!No me cubriste!-gimió Lucas.

-!Confiaste en Níger!-gritó Squirrel.

-!Fue tu casa, no nos protegiste!-gimieron Charlie y Alex. Todos al mismo tiempo.

-!No me atrapaste!-me culpó Bob.

Se fueron acercando poco a poco, hasta llegar a mí. Comenzaron a sujetarme y a desgarrarme la ropa. Era tanta la multitud que comencé a sentirme claustrofóbico y comenzó a darme una extraña desesperación, me sentía como si me estuviese hundiendo en un mar de agua sin poder respirar. Empecé a asfixiarme. Entonces caí de nuevo en el vacío.

Aparecí en un cuarto de paredes grises y piso de piedra. El agua goteaba del techo, el lugar estaba lleno de humedad. En el centro, estaba Cari con un vestido blanco hecho jirones, le escurría sangre del labio.

-Michael-lloraba con el cabello en la cara-!Ayúdame!

El Ojo apareció en un enorme televisor en el cuarto, no dijo nada simplemente se quedó observando. Intenté acercarme pero una especie de barrera invisible me lo prohibió. Entonces, de la nada un Rick resucitado de la muerte apareció con una sonrisa maliciosa en la cara. Golpe la barrera, pero no pude pasar. El chico se acercó a Car y le acarició levemente el rostro, la chica quiso apartarlo de una cachetada.

Rick se apartó un momento, sus ojos reflejaban ira. Corrió hacía la chica y tiró de su cabello arrastrandola a un costado de la habitación, Cari gritó de dolor y desesperación.

-!Michael!-pidió.

Golpee y golpee sin éxito, mi respiración se aceleró a gran medida. Tenía que hacer algo...¿pero qué?

Rick le dio un codazo en la cara, la chica chilló. Y luego le dio una patada en el costado. Cari continuó gritando por ayuda. Rick la sujeto y comenzó a romperle el vestido, Cari gritó de una forma que nunca antes había escuchado gritar a alguien.

La desesperación me ganó, comencé a gritar y a llorar también. Cari estaba en peligro, y no podía ayudarla, me sentía un verdadero inútil. Golpee el cristal de tal forma que mis puños quedaron morados e hinchados yo seguí tratando en vano.

Cari gritaba y pataleaba, pero Rick de un tirón la tiró al suelo y la abrió de piernas mientras el se hincaba frente de ella.

-!MICHAEL!-gritó Cari de forma desgarradora.

Golpe tan fuerte, que me herí los nudillos al grado de sangrar. Grité tan fuerte de ira que no pude hablar más. Paté de tal forma, que me lastimé el pie cayendo al suelo. Grité y lloré, quería ayudarla, pero no. Estaba ahí tirado en el suelo viendo como torturaban de Cari. Sentí un dolor desgarrador en el corazón, al mismo tiempo que mis latidos aceleraba de una forma sorprendente. Ni el dolor que sentí cuando me dispararon en el hombro, podía compararse con lo que sentía en ese momento. Sentí justo como cuando el feroz león blanco intentó desgarrarme el pecho, pero con una fuerza mayor...y esta vez, el dolor provenía desde adentro. Me sentía tan inútil como mientras caía por el vació, tan solo tan desesperado.

-!MICHAEL...AYUDA!-pidió Cari ahogándose en sus propios gritos, mientras yo me ahogaba en mi propia desesperación.

Aparté la vista de la escena, con los gritos de dolor y desesperación de Cari rompiendo mis tímpanos. Miré el televisor enfadado, el Ojo...curiosamente, soltó una extraña sonrisa. Grité una vez más, aunque claro, ningún sonido entendible brotó de mi garganta. Busqué en mi pantalón y encontré una vieja pistola, apunté a la barrera y disparé. Hubo un crack y atravesé como si nada.

Rick se estaba poniendo de pie mientras pateaba con fuerza a Cari tirada en el suelo. Le disparé en el pecho y cayó a un costado vomitando sangre. Corrí hacía Cari, y me arrodille junto a ella, la chica tenía varios moretones en la cara...y en todo el cuerpo, tenía el vestido destrozado y había sangre de sus heridas por todos lados. Levanté su cabeza y la apoyé sobre mi regazo.

Sentí su fría y solitaria piel, tan pálida como la de un Zombie, solo que con menos vida. Miré sus ojos de cristal, apuntando directo hacía el cielo aún con el dolor reflejado en ellos. Le cerré cuidadosamente los párpados y abracé el cadáver como si no hubiera mañana. Lloré a tal grado que llegó un momento en el que no tenía más lágrimas que sacar. Me levanté furioso y miré a Rick lentamente, mientras se ahogaba con su propia sangre, espere un momento disfrutando el momento. Luego disparé simultáneamente en el pecho cuantas veces pude.

Miré al maldito un tiempo, sin embargo me sentía aún terrible. Aún me sentía devastado y tan lleno de ira. Disparé contra el televisor y el sentimiento continuó. Entonces lo entendí. Entendí por que matar a Rick no servía, por qué no había sido su culpa, sino mía por no haber podido ayudar a Cari. Por haberla abandonada cuando más necesitaba compañía. Me sentía tan frustrado, me acerqué al muro y auto-golpee simultáneamente mi cabeza contra el muro, sentía dolor...pero no era suficiente. Necesitaba pagar por lo que le había hecho a Cari, por no haberla ayudado.

En un parpadeo, ya tenía la punta de la pistola en la cabeza. ¿Disparar o no disparar? Miré el cuerpo de Cari, golpeado y roto, tanto por fuera como por dentro. Pensé en todos mis amigos fallecidos, y en cómo no había podido salvarlos. Sin pensarlo dos veces, tiré del gatillo.

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Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now