Capitulo 13

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Salimos a la calle, o lo que quedaba de ella. Todo estaba destruido. El pavimento se encontraba roto en distintos fragmentos, las aceras habían desaparecido por completo. Los edificios a nuestro alrededor, o estaban totalmente destruidos, o simplemente tenían enorme agujeros. El aire estaba lleno de polvo y ceniza, apenas podías ver a tres metros delante de ti.

Níger soltó un silbido.

-Parece que WICA, puede llegar a ser tan destructivo como Mantícora-soltó Seth con esa extraña melancolía en sus ojos, como si estuviera en dos lugares distintos al mismo tiempo.

-Apresurémonos-dijo Han con esa expresión seria.

El veterano seguía enojado con todos nosotros por la pequeña pelea en el subterráneo, se sentía la tensión. Cada vez que alguien llegaba hablar ya no era lo mismo que antes, eran comentarios vacíos en un esfuerzo perdido por volver hacer todo como antes. Era simplemente extraño y difícil.  Caminamos juntos por las calles destruidas, en más de una ocasión llegué a ver los cadáveres incinerados de soldados de Mantícora, y algún pequeño bombardero de WICA estrellado. Había un viejo tanque de guerra con el logo de Mantícora grabado en grande, se encontraba en pésimas condiciones.

El banco era una enorme estructura de piedra blanca, con altas columnas que sostenían un pequeño techo sobre el pórtico. Tenía unos cuatro pisos de alto, con pequeñas ventanas azules y grabados extraños. El techo lo decoraba una enorme cúpula de cristal. Subimos la pequeña escalinata y nos detuvimos frente a las puertas de cristal. Han nos observó atentamente.

-No sé que encontremos dentro-nos miró-Pero debemos estar preparados para lo peor.

Nos dio nuestras pistolas, sin antes dudar un momento. Las recogimos y guardamos en nuestro pantalón, después entregó un par de rifles y escopetas.  Nos miró dándonos una advertencia no verbal, si nos volvíamos a pelear lo pagaríamos caro. Si nos volvíamos a pelear, Han actuaría como un comandante, no como un amigo.

Aparecimos en una enorme sala de piso blanco bastante resbaloso y paredes forradas de tablones de madera oscura. En el techo, sostenido por varias columnas color cobre, colgaban varios candelabros. A lo largo de la sala, había varios pequeños cubículos de oficina, y en cada extremo, una serie de cajas donde la gente iría hacer sus negocios. El lugar estaba realmente abandonado.

-¿Dónde estarían las cajas fuertes?

-¿La del dinero?-preguntó Bernard emocionado-Una Mansión Castle no me vendría nada mal.

Lo miramos confundidos.

-¿Qué? Si Michael tiene su Mansión Yates...¿porqué yo no?

-Deben estar en una antecámara del otro lado de las cajas-mencionó Ion ignorándolo.

-!Hey! No me dejen en visto...!No es bonito!-se quejó Bernard, pero nadie le hizo caso.

Avanzamos, y pasamos detrás de las cajas, en la pared había una gruesa puerta de acero con un panel de código para pasar. Hice una mueca.

-Explosivos-pidió Han.

Sam y Simón corrieron a colocar las bombas en la puerta. Teníamos a Mathew, el hubiera podido abrirlas, pero Han sabía que estaba demasiado afectado para trabajar.  Minutos después con una pequeña, pero poderosa explosión la puerta se vino abajo. Y entramos en una sala mucho más pequeña y angosta, con un techo extremadamente alto. En las paredes, de izquierda y derecha había cajas fuertes, cientos de ellas, todos del mismo tamaño y tipo, con una pequeña placa en la parte de abajo, la cual indicaba su número. Había una escalerilla, parecidas a las de la biblioteca para alcanzar las más altas. Al fondo, había otra salida, encima de esta un enorme televisor, probablemente en su tiempo mostraba imágenes de seguridad.

Virus Letal V: The DesolationKde žijí příběhy. Začni objevovat