Capitulo 42

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Me encontraba desnudo en mi tienda, con la toalla azul rodeando mi cintura. Aún tenía el cabello húmedo y mis piernas goteaban algunas últimas gotas en el suelo. Observaba atentamente mi uniforme de WICA. Al parecer, la presidenta nos quería a todos uniformados así que había enviado ropa para cada uno de nosotros, era tan horrible que tenía la esperanza de que hubieran fallado en atinar mi talla. Pero sabía que eso me mantendría con vida en el campo, así que tenía también el oscuro deseo de usar esa cosa en la batalla.

Constaba de un ajustado pantalón negro de una tela un tanto extraño extraña. Una playera negra del mismo material, encima de la cual iba un pequeño y un poco pesado chaleco antibalas negro. Tenía un cinturón oscuro, suficiente para cargar dos pequeñas armas, un cuchillo y un par de granadas. También unas enormes botas negras, bastantes cómodas a decir verdad. Cuando terminé, imagine que podía verme como un verdadero soldado adolescente, o simplemente ridículo.

Cari entró en mi tienda y me observó atentamente, ella usaba exactamente el mismo uniforme y se le veía bastante bien. Junto a ella apareció Jack, también uniformado, el chico me miró apurándome.

-Ya es hora-me dijo, antes de irse inmediatamente.

Había estado lloviendo toda la mañana, apenas hacía media hora había parado el agua. Así que apneas podíamos llevar a cabo el ataque, y sí la información de WICA no se equivocaba, el lanzamiento empezaría en alrededor de cuatro horas...solo cuatro horas para salvar al mundo. A decir verdad, era suficiente tiempo....pero todos los soldados de WICA se mostraban preocupados.

La chica se acercó y rodeo mi cuello con sus brazos, yo la sostuve por la cintura.

-Ya es hora-repitió la chica-Sinceramente...me estoy muriendo del miedo...

-Todo va a salir bien-la tranquilicé.

-Sí, pero tengo miedo de que quieras hacerte el héroe y hacer cualquier estúpida acción heroica poniendo tu vida en peligro...

No le respondí.

-Prométeme que dejarás que WICA se encargue...prométeme que sí no puedes continuar, dejarás que los verdaderos soldados continúen, ¿Okay?

La entendía perfectamente. Yo ya había estado a punto de perderla y había sido horrible. ¿Cómo se había sentido ella cuando los Otros me dispararon y casi muero? ¿Cuándo Rick me torturó en Grand Basement? ¿Cuándo aquel enorme León gigante me atacó? Así como yo no quería volver a estar a punto de perderla, ella tampoco quería volver a sentir ese miedo.

-Lo prometo-le dije.

Nos dimos un fuerte y profundo abrazo, disfrutando uno del otro tal vez por una última vez. Pensé en todas las veces que habían sido nuestra "posible última" y me di cuenta de lo rápido que era el mundo, como de un momento a otro todo podía cambiar. Tal vez por eso me había estado esforzando mucho en disfrutar de cada uno de mis amigos.

Gib se asomó a la tienda.

-No quiero interrumpirlos, pero ya es hora de irnos-dijo antes de salir rápidamente.

Una vez afuera, me di cuenta de que la mayoría de las tiendas habían desaparecido, y WICA comenzaba a preparar un hospital improvisado, camillas y aparatos cardiacos en todo el parque. Esperaba no tener que llegara a parar a ese lugar con todos los heridos. Atravesamos el campa memento hacía la avenida, donde todo el ejército de WICA se encontraba listo para partir. Varios soldados subían a los grandes camiones militares azules, otros se montaban en los tanques o en los Apolo. Tres enormes Ares se encontraban al fondo, sus motores hacían tanto ruido que era difícil escuchar las instrucciones que dictaban los comandantes.

Del equipo solo Joe, Gib y Frank se habían marchado para luchar en el campo. Al parecer, la batalla se desarrollaría en el Diamonds Center Park, un antiguo y enorme parque, donde Mantícora ya se preparaba para recibirnos con sus balas. Han se nos acercó.

-¿Están listos chicos?-preguntó mientras tocia.

-¿Seguro que puedes luchar, Han?-le preguntó Valery.

-¡Claro! ¿Por qué no iba yo a poder?-dijo mientras tocía de nuevo-Eh tenido peores resfriados...

-¿La presidenta ha dicho algo de la Cura falsa que le enviamos?-preguntó Wallace.

-No, y si ya se dio cuenta no ha dicho nada-respondió Han nervioso, mientras nos entregaba varios radios a cada uno de nosotros, nos explico cómo utilizarlos y nos lo colgamos justo debajo del hombro, casi en el pecho.

Observé a Bernard, cargaba con su cubo...¿Quién llevaba un cubo a una batalla? Luego vi a Ion, el traía su bate de beisbol colgado en la espalda. Al parecer ninguno de ellos sabía despegarse de sus objetos. Mientras esperábamos instrucciones, Bill encendió un cigarrillo.

-Nos irá bien-aseguró mientras fumaba; río-Yo se que nos irá muy bien...¡somos WICA!

El radio pitó, y una voz resonó por él.

-Soldados, unan filas...!Marchen hacía el enemigo!

Acto seguido, los soldados de WICA comenzaron a andar perfectamente formados por la avenida entre los edificios abandonados. Hasta el frente iban los Apolo, liderando la misión, en la segunda línea estaban los enormes tanques protegiendo a toda la infantería. Hasta el final, andaban los Ares a una muy baja velocidad. Todos andaban con el arma en la mano, y la frente en alto, preparados para luchar. Para ser una organización independiente de cualquier gobierno, WICA no solo tenía muchos soldados sino también muy buena tecnología.

Después de unos diez minutos la calle se abría en una Y, en medio se encontraba el enorme parque. A lo lejos, podía ver los altos edifcios junto a la gran Punta de Diamante. Justo a los pies de esta, se encontraba Mantícora.

A decir verdad, con solo ver sus fuerzas...me estremecí por completo. Eran cientos...todos con el mismo uniforme negro con rojo. Todos se encontraban detrás de una extensa pared de costales de arena, tras la cual se refugiaban montano sus torretas y morteros. Al ras con sus barricadas, se encontraban sus grandes tanques negros, debían ser muchísimo más grandes que los WICA. Varias banderas rojas ondeaban entre sus filas, con el logo de Mantícora.

Rápidamente los tanques y Apolos se colocaron en línea recta paralela con las barricadas enemigas, los soldados hicieron filas detrás de ellos, preparados. Nosotros nos limitamos a mantenernos apartados junto a un gran edificio abandonado. Durante varios segundos, ambos ejércitos permanecieron observándose atentamente bajo aquel cielo naranja lleno de nubes. Entonces, la voz del Ojo comenzó a sonar desde todas partes, era algo aterrador.

-¡Así que es esto lo que WICA trajo contra mí!-se burló-¡No son nada comparados con Mantícora! ¡Ustedes, necios y falsos...pronto el mundo conocerá la verdad! Y ustedes...¡No estarán ahí para oírla! ¡Ríndanse ahora que pueden, o sucumban ante el fuego de Mantícora! No hacemos ni el bien, ni el mal...!solo el equilibrio!

El radio pitó, y la voz de la presidenta sonó por ella, al parecer, aunque se encontrara a Kilómetros de nosotros, no se le perdía nada a la señora de lo que ocurría ahí.

-!Ja! Vamos a desequilibrar a estos malditos.

Al mismo tiempo que se callaba, cada arma de WICA disparaba en contra de Mantícora, el parque se lleno de los gritos de guerra e ira entre ambos bandos, con el humo de sus proyectiles estallando. La verdadera Batalla de Beagtown, había comenzado.

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Virus Letal V: The DesolationМесто, где живут истории. Откройте их для себя