Capitulo 5

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Entramos al estacionamiento de un supermercado abandonado, la entrada estaba básicamente destrozada. Dentro estaba realmente oscuro, así que decidimos dejar encendidas las luces de cada uno de los Apolo para darnos un poco de luz. En cuanto nos estacionamos, todos corrimos al vehículo de Wallace, Verdad yacía en el asiento de copiloto,  el chico sonreía de una forma melancólica y triste, mientras sangraba de un costado. Le habían dado unos centímetros debajo de la axila, cerca del estómago.

Entre Jack y yo lo cargamos y llevamos al suelo, para poder recostarlo. Le quitamos la playera y pudimos ver la herida, hice una mueca de asco. Han corrió por el botiquín, una pequeña caja color azul con una cruz blanca. Bill explico que debido a que el color de Mantícora fuera Rojo, WICA prohibía usar ese color para casi cualquier cosa, en ese caso, una cruz roja.

Bernard soltó un gemido. Han abrió la caja, dentro estaba llena de varios tipos de medicina que no conocía, y algunos que ya había visto antes. Había una botella de aluminio que parecía ser de crema batida, agua oxigenada, una botella con un extraño gel azul, unas vendas, una pequeña pistola, una jeringa y un poco de morfina. Han comenzó a buscar algo en el fondo.

Bill corrió con Bernard.

-Chico...¿puedes hablar?-le preguntó.

-Sí...-dijo Bernard con dificultad.

-Perfecto-dijo Bill, mientras le tomaba el pulso en el cuello-Háblame.

Han apareció con una botella de aluminio, se acercó a Bernard  y con la botella, le untó una especie de espuma azul en la herida.

-¿Eso qué es?

-Destrozará la bala, así no tendremos que sacarla-explico. Luego, la espuma comenzó a desaparecer poco a poco, entrando por el orificio, Bernard soltó un gemido.

Estaba asustado, quería ayudar, lamentablemente los expertos ahí eran Han y Bill en ese momento. Me sentía un inútil. No quería que Bernard muriera, era mi amigo, no podía permitirlo. Bill continuó hablando con Bernard, intentando distraerlo preguntándole cosas como su edad, color favorito, etc. Bernard no hacía más que responder y hacer muecas de dolor.

Han, tomó una almohadilla e hizo presión contra la herida. Se le veía realmente preocupado, Bernard soltó un gemido.

-Vamos Han...con esa fuerza vas a matarme-soltó.

-Cállate-le respondió riendo.

-Dime...¿Cuándo aprendiste primero auxilios? ¿En la guerra de Vietanam, o en las Cruzadas?

Han esbozó una sonrisa. Colocó otra espuma blanca en la herida, y luego se dedicó vendarlo, sin embargo se notaba en sus manos torpes. Era realmente grave, y aunque Bernard se esforzara por ser divertido, se le notaba lo difícil que l estaba llevando. Mis esperanzas comenzaban a decaer. Cuando Han termino, Bernard tenía la mirada perdida en el techo.

-Este negro, ya no volará más-gimió, antes de cerrar los ojos y dar un leve suspiro.

Todos callamos. La sala se lleno de un horrible silencio. Nadie dijo nada, yo me quede atento mirando el pecho de Bernard, esperando que se inflara de nuevo para aspirar aire. Ese momento no llegó, Han frunció el ceño y cerro el botiquín con la mirada al suelo. Jack se paró frenético, y comenzó a dar vueltas por la habitación.

-Se...ha ido-dijo Wallace destrozado.

Yo no lo podía creer, no quería creerlo. No podía ser cierto...

-!No te mueras Bernard!-le gritó Jack llenó de coraje, obviamente el chico no reaccionó-!Maldito Negro!-pateó con furia el Apolo más cercano.

El cuerpo de Bernard, abrió los ojos de golpe.

-!Te escuché!-le reclamó el chico-¿Es porque soy negro?

Todos lo miramos incrédulos. Han sonrío orgulloso, ya se lo esperaba.

-¿Qué?-preguntó Jessica confundida.

-Creo que tendremos que soportar unos días más a este maldito bufón-gruño Han alegre, mientras se ponía de pie.

-!Maldito mentiroso!-le gritó Ion-!Bromista apestoso!

-Al menos, ahora sé que Jack, me ama en secreto-le dijo Bernard esbozando una débil sonrisa.

Sonreí, estaba enfadado, pero sonreí. Solo había sido una estúpida broma del chico. Miré a Cari, la chica me sonrío al estilo: "Lo sé, Bernard es un idiota". Me tranquilice, en ese momento, lo demás volvió a mi cabeza. Sabían que estábamos en esa zona de la ciudad, ¿Cómo saldríamos de ahí? Seguro habría un gran número de personas de Mantícora buscándonos.

Han se acercó.

-Descansen, una hora. Es todo. Entonces, partiremos. ¿De acuerdo?

Una hora, era todo lo que necesitaba para dormir un rato. Se lo que dirás: !Apenas llevas unas dos horas en la batalla y ya quieres dormir, flojo! Pero era realmente agotador, y haber estado a punto de perder a Bernard fuer realmente...duro, solo quería escapar de la realidad. Subí al asiento trasero de un Apolo (bastante cómodo) y de golpe, caí dormido.. 

Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now