Capitulo 29

5.3K 417 110
                                    

Las alarmas de bombardeo comenzaron a sonar desde todas partes, mientras los terribles aviones negros se alzaban en el cielo, listos para iniciar la destrucción. Bill soltó una maldición y corrimos por la calle. Sí tan solo no nos hubiéramos separado de Marcus, habríamos podido utilizar los tanques para contraatacar, pero estábamos indefensos.

Corrimos hacía una entrada del subterráneo, pero una enorme bomba cayó desde el cielo destruyendo la entrada por completo. Corrimos hacía un edificio, pero un grupo de aviones voló por lo bajo disparando mísiles y balas contra la construcción; en cuento dimos vuelta pude ver como el rascacielos comenzaba a quebrarse por mitad, mientras su parte superior se desplomaba contra los otros edificios aledaños. Con el fuerte estruendo, una enorme nube de polvo se alzó en el aire, extendiéndose rompiendo cristales y arrastrando todo lo que tuviera a su alcance. Dimos vuelta y huimos de la tormenta de polvo y escombros.

Parecía como sí los aviones estuvieran atacando especialmente a nosotros. Solo esperaba que Jack y Mathew se encontrarán bien, no quería murieran intentando cumplir mi capricho de sepultar a Seth. Un avioneta roja voló por lo bajo y comenzó a dispararnos, las balas destruían el pavimento justo a nuestros pies mientras nosotros intentábamos esquivarlas. Bill tomó su rifle y disparó contra la aeronave, hasta que sus balas penetraron la cabina y acto seguido, la avioneta se estrelló contra un edificio cercano.

A lo lejos veía un pequeño, pero significativo grupo de Zombies atravesando la zona. Recordé que los sonidos ruidosos los atraían. Solo esperaba que siguieran corriendo hacía la misma dirección sin reparar en nosotros. Íbamos a dar vuelta por una calle, pero una bomba hizo que continuáramos por la avenida hasta que un edificio se desplomó por la calle, cubriéndonos el paso. Tuvimos que desviarnos y continuar corriendo.

Cari tropezó, y corrí a ayudarla. Estaba enfadado con Paul, no con ella.

-¡Corre!-le apremié, mientras una bomba caía justo a nuestro lado.

-¡Por aquí!-gritó Bill, mientras daba vuelta en la siguiente calle a la izquierda.

Lo seguimos, a unos metros de nosotros corrían las vías del metro, corrimos hacía ellas y las seguimos, mientras las bombas explotaban a nuestro alrededor. Las vías comenzaron a descender poco a poco, hasta empezar a quedar cubiertas, cuando me di cuenta ya estábamos en el subterráneo de la ciudad. En cuanto entramos por la boca del túnel, una bomba hizo que la entrada se desplomara dejándonos atrapados.

Nos detuvimos jadeando.

-¿Ahora qué?-preguntó Jessica.

Han comenzó dar unos tosidos, se le veía realmente cansado.

-Ya me estoy haciendo viejo para esto-se quejó con la voz ronca.

-¿Apenas te das cuenta?-le soltó Bernard.

-Buen ojo, Bill-le dijo Níger-¿Cómo supiste del túnel?

Bill sonrío.

-Estudié mapas de la isla antes de venir, simplemente lo recordé-sonrío-Sí seguimos los túneles, podríamos llegar al otro lado de la isla, estaremos más cerca de la Punta de Diamante.

Níger lo miró dudando, sin embargo, Ion se unió para confirmar que estaba en lo correcto. Así pues, nos recuperamos y rápidamente avanzamos por el túnel con paso decidido, adentrándonos en la oscuridad. Paul iba hasta el frente caminando junto con Bernard, yo no podía para de verlo con odio, para luego odiarme a mí mismo por hacerlo. Era la peor persona del mundo...

-¿Estás bien?-me preguntó Cari.

Me alegré, y me enfadé. ¡Claro que no estaba bien! Después de ignorarme toda la noche y mañana, al fin se decidía a hacerme caso; para preguntar un simple: ¿Estás bien? Como sí nada de la noche anterior hubiera pasado. Pero a la vez, me alegró que se preocupara por mí.

-Si-mentí. Quería saber si de verdad le importaba, me pregunté si insistiría hasta que le contará. Si en serio me conocía, sabría que andaba algo mal conmigo.

-¿Seguro que no tienes algo?-repitió.

No sabía si enojarme o sentirme satisfecho. En efecto, insistió justo como yo esperaba, pero a la vez, no quería contarle nada. Yo me sentía pésimo, ¿Cómo me vería ella? Sí había pasado toda la mañana con Paul, era por qué en esta ocasión, lo apoyaba a él. ¿Por qué iba a apoyarme a mí? Tenía miedo de que me viera más loco que como yo me sentía.

No le respondí.

-Michael, lo de ayer...-empezó-No puedes culpar a Paul...digo, a él casi lo matan. Un equipo de Mantícora lo acorraló, hizo lo que tenía que hacer para salir de ahí...

Apreté los puños.

-Sí vas a hablar conmigo-le dije-Que no sea sobre lo de ayer...por favor.

Cari frunció el ceño.

-No me gusta verlos enojados-insistió-Tienes que hablar con él...

-Él fue el que empezó la pelea-le solté de repente, sin embargo, muy en el fondo, sentía que yo había tenido la intención de golpearlo también.

La chica me miró.

-Es Paul...ya lo conoces...nada se arreglará a menos que tú hagas algo-me aconsejó. Tenía razón, Paul tenía miedo de hablar conmigo después de lo pasado. Yo me sentía demasiado orgulloso para ser el primero en hacer las paces. Todo ese enrollo me tenía loco.

Estuve a punto de responderle, pero entonces, un fuerte golpe desde atrás llamó mi atención. Todos nos detuvimos.

-¿Qué es eso?-preguntó Kevin.

-¿Bombas?-preguntó Valery.

Se escuchaban extraños sonidos agudos, muy parecidos a un grupo de insectos. Cada vez más cerca. Tragué saliva. Cari soltó un grito, e hizo un gesto de asco mirando al suelo. Observé a mis pies, cientos de ratas corrían desesperadas por el túnel desde donde nosotros veníamos hasta donde nos dirigíamos. Debían ser cientos, ¿Cómo no las había visto antes?

-Malditas ratas-gritó Bernard.

-Déjenlas, nosotros estamos en su territorio-respondió Alan.

-Sí, pero...¿Por qué tan inquietas?-pregunté.

-Las bombas las agitaron-respondió Han.

-No-dijo Níger-Son demasiado listas...saben que aquí abajo están seguras...no están agitadas, están huyendo.

Miré la oscuridad detrás de mí. Cientos de ratas corrían hacía nosotros, con gran desesperación.

-¿De que corren?-preguntó Bernard.

-No lo sé-respondió Bill-Pero sea lo que sea, está cerca...¡corran!

A

Virus Letal V: The DesolationWhere stories live. Discover now