¡No Me Lastimes!

Capitulo 32. Bilis.

Narradora.

Tras un largo viaje a la manada Antonov. Los soldados finalmente pueden descansar. Lamentar sus pérdidas y recuperarse.

No pasó mucho tiempo antes de que Fletcher se enterase de la terrible tragedia. Así que escucha el testimonio del líder del pelotón de rescate de lo sucedido. El shock es infinito y la preocupación lo abruma. Andréy ha perdido a Liam, su pareja, la persona más importante en su vida. ¿Cómo podrá pedirle perdón a Andréy? Si él fue quien les envío a ese lugar a morir.

—¿Andréy, Cómo está? —Pregunta el Alfa un tanto nervioso y se levanta de su asiento.

—En el hospital, después del enfrentamiento los cuatro cayeron inconscientes —Contesta el soldado.

Fletcher y Erick estaban atendiendo asuntos de la manada y de repente les llegó la terrible noticia del fracaso de la misión, seguido de la muerte de casi la mitad del equipo Ghost. A Fletcher aún le es un poco difícil procesarlo. Andréy es uno de sus más grandes amigos.

No puede evitar sentirse doblegado por la culpa.

Y siente el primer bocado del terrible festín de la guerra. ¿Así se sentirá siempre que escuché que sus soldados, amigos y compañeros mueren? Realmente... ¿Soportará estar parado sobre una pila de cadáveres?

Se le revuelve el estómago de solo pensarlo. E incluso se siente débil.

—¿Dónde está Andrey? —Fletcher se levanta con rapidez y toma su abrigo, necesita ir al hospital y ver cómo se encuentra su amigo. Tratar de darle un poco de apoyo emocional y recordarle que no estará solo en el proceso.

—En el hospital, señor. ¿Desea que lo lleve?

—Sí, quiero estar allí cuanto antes —Bajan al auto y marchan cuál alma que persigue el diablo. Dejaron cualquier asunto de lado y se enfocaron únicamente en lo más importante justo en este momento; La salud de Andréy y su equipo.

Las heladas de diciembre se acercan con más fuerza, diciembre está a la vuelta de la esquina. Y, Su cuerpo debilitado por terribles episodios depresivos que le arrebatan el apetito, ya no soporta tan bien el frío como debería. Y aun así...

Fletcher no puede evitar pensar en Alex nuevamente, más bien, realmente no lo puede sacar de su cabeza, está en sus pensamientos las 24 horas del día, a cada minuto, a cada segundo... Y los recuerdos nostálgicos de él yendo casi todos los días a visitarle lo abruman con más fuerza. Realmente lo extraña. Extraña acompañarlo, incluso por unos cuántos minutos al día.

Tardan pocos minutos en llegar, condujeron a toda velocidad. Al llegar al hospital, Fletcher queda boquiabierto al contemplar a por lo menos veinte personas esperando afuera del hospital.

Algunos son compañeros, amigos y conocidos de Andréy. En su mayoría son soldados y miembros de equipos de Caza a los cuales Andréy instruyó durante años o personas que incluso salvó. Se muestran consternados y nerviosos, algunos incluso parecen estar muy molestos con el hecho de saber que Andréy y el resto de su equipo están lastimados.

—¡Alfa! —Lo llama uno de ellos al verle bajar del auto y se levantan todos para prestar atención. Algunos muestran un rostro de mil años de sufrimiento. Andréy realmente es una persona increíblemente importante para la manada.

No solo por ser el líder del principal equipo de caza y defensa. Si no por su gran corazón y dedicación a la manada, su amor por las personas no tiene límites. Y ha demostrado ser un miembro muy valioso.

Simplemente, nadie puede creer lo que ha sucedido.

—¿Tiene noticias sobre Andréy? —Fletcher aún está un poco nervioso y en Shock, así que solo se limita a decir;