Capitulo 22. Un rostro pálido e inexpresivo

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Narradora

La cascada está por encima del nivel del mar, e inevitablemente la vista de la costa y el mar se dejan ver. A lo lejos, desde la lejanía de la zona costera, una tormenta se aproxima, algunas veces las oscuras nubes se torna grises por los relámpagos y en otras ocasiones se logra ver un rayo estampándose contra el mar. 

Es increíblemente hermoso. 

—¡Alertas! —Exclama Kriss al sentir el fuerte olor de Decker extremadamente cerca, está a menos de veinte metros. Es una distancia muy corta, considerando el poder de pelea de Decker, veinte metros es practicamente como estar en la mandíbula del alfa. 

Y, cruelmente, la sensación de tranquilidad de la vista costera, es opacada por temor. Un temor más allá de lo inexplicable. Instinto. 

—¿Qué hacen aquí? —Gruñe Decker muy molesto —¡Solo déjenme! 

—Debemos llevarte a la mansión. Necesitamos sacarte de aquí ¿Sabes el caos que creaste? —Kriss se acerca poco a poco hasta llegar donde Decker, e inevitablemente puede observar la figura desnuda de su amigo posarse hermosamente sobre la húmeda tierra a las orillas del río. Cubre sus partes preciosas despreocupadamente con una pequeña manta. Y no puede evitar preguntar; —¿Trajiste ropa? — el mejor amigo del alfa se acerca, parece que Decker está muy tranquilo, lo suficiente como para no abalanzarse sobre Kriss para lastimarlo. 

—¿Esto? Lo saqué de la cabaña del Ministro Evans —Señala la manta y mira hacia la cascada, le relaja escuchar la caída del agua, es como una agitada melodía que le transmite paz y tranquilidad —Supuse que vendrían a buscarme así que me puse cómodo. 

—¿Te encuentras bien? Escuché que tuviste un paro cardíaco 

—No fue un paro cardíaco —Corrige un poco molesto —Es el dolor de un lazo roto... 

—¿Cómo sabrías tú eso? 

—Yo no lo sé, lo sabe mi lobo, por eso perdí el control, el dolor de la perdida me derribo. 

—¿Estás herido? —Decker niega. Así que el lobo se acerca un poco más y luego toma su forma humana, la mochila que se ajusta con firmeza a su pierna cae al suelo y Kriss se apresura a cambiarse —¿Quieres decir que Max...? 

—Está muerto. —Afirma 

—Eso es imposible, ¿Cómo puede estar muerto? —Se exalta y no puede evitar encarar al gran alfa —¿Cómo puedes afirmar eso?. 

Los ojos de Decker están teñidos de un carmín más oscuro que la sangre. Uno que Kriss jamás creyó que llegaría a ver. El alfa está destrozado. Su labio está roto, producto de haberse mordido hasta romperlo, parece que Decker ha llorado tanto que está agotado, como si estuviese a nada de desmayarse... 

—Él está muerto... —Comienza a hipar, su pecho se levanta y se contrae con dolor —La única manera de que él hubiese roto un lazo conmigo, es que haya muerto. —Sus dientes chocan y producen golpeteo, sus mejillas tiemblan tratando de contener el dolor y la agonía. Kriss está en shock, venía preparado para golpear a su amigo hasta hacerlo entrar en razón, pero en cambio, está aquí, abrazándolo fuertemente tratando de consolarlo.

Decker no puede evitar gruñir y tratar de contenerse, hace tantos años que no lloraba, que no sabe cómo reaccionar...

—Yo... Yo no sé que sucedió. Yo estaba molesto y el soltó Feromonas y me altere —Su voz rota es rota y dolida, hay un terrible nudo que lo hace hablar distinto —Perdi el control... Su cuerpo, yo lastime su cuerpo hasta que dejó de gritar...

Trauma, el simple hecho de recordarlo le genera tristeza, una tristeza infinita.

—Recuerdo mi mente en blanco, dejandome llevar por el placer —Murmuro —Casi como si mi mente y cuerpo estuvieran separados, como si no fuera yo mismo...

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now