Capitulo 25. No es cualquier Omega

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Narradora 

—¿Quién te está siguiendo? 

—No quiero volver allí... —Parece que en algún momento su voz se romperá y estallara en llanto, pero sabe cómo contenerla y se muestra reacio a dejar a flote sus emociones. 

—Dime quien te está siguiendo y así podré ayudarte — Y esta vez, puede notar claramente un vendaje grueso debajo de los finos cabellos de su cabellera. Incluso, durante unos segundos, se sintió estúpido por no haber notado algo tan obvio. 

Pero el chico de los ojos de cristal parece haberse cerrado a la comunicación. Observa sus piernas bajo la sábana de hospital y mueve sus dedos de manera entretenida, importándole poco la presencia de Fletcher. 

Es como si por un momento, solo por un pequeño instante, hubiese confiado en Fletcher. Pero de alguna manera, toda esa confianza se derrumbó y se cerró a la total comunicación. 

—¿Puedo al menos saber tu nombre...? — Pregunta el alfa 

—¿Por qué quieres saber mi nombre? —Contesta un tanto indiferente el omega. 

—Quiero saber quién eres —Le sostiene la mirada. Una mirada como si los ojos del alfa gritaran "No dejaré de mirarte hasta que me digas tu nombre" así que el chico de los ojos de cristal, desvía la mirada. Pero sigue sintiendo la mirada del alfa perforarle la nuca. Y se resigna. 

El chico de los ojos de cristal se niega rotundamente a soltar su nombre tan fácil, Y, miente. 

Algo dentro, muy en el fondo de su ser, quiere decir "Max", pero ha sufrido demasiado en muy poco tiempo, y aún no confía en el hombre parado justo en la entrada de la habitación. Cree que es momento de dejar de confiar en las personas. Alejarse un poco de ellas, y fortalecer las murallas en su corazón. 

Así que de sus finos labios, suelta una dulce vocecilla susurrando; 

—Alex. 

—Que bonito nombre —Se apresura a contestar Fletcher. Y, olvidando el hecho de que debe darle su espacio, se acerca indiscretamente y se arrodilla junto a la cama. 

 Toma las pequeñas y cálidas manos de Max, y las aprieta amablemente, como si le tratase de transmitir calor y confianza. Aquel indiscreto acercamiento provocó un terrible caos en Max. Quien está tan traumado, que no responde del todo bien y aleja sus manos rápidamente.  

Asqueado, asustado, siente que detesta el contacto físico. Le hace recordar el terrible calor de la piel de Decker que le apasionaba las manos mientras abusaba de él. Cuánto daría por no sentirse así de indefenso e inseguro. 

Confundiendo el cálido toque de este hombre con el despreciable calor de Decker...

—¿Qué sucede? — Pregunta el alfa asustado al ver la terrible condición del chico.  

El choque de feromonas lo aturdió y lo tumbo por completo sobre la cama. 

Quiere dejar de sentirse tan terriblemente mal. Pero fue moldeado así. 

Fue lastimado y humillado, hasta el punto de asquearse por un simple toque. 

Sin tan solo jamás hubiese creído en Decker, aún podría ir a la universidad, salir tal vez tranquilamente por las puertas del instituto junto a Alisha y encaminarse por un sándwich de helado y luego dirigirse al parque. 

O simplemente caminar por las calles de la manada Nyx durante el atardecer mientras observaban como el cielo se volvía oscuro y le daba tiempo a la luna de estar con ellos. 

Extraña tanto a su amiga, que daría lo que fuera por poder verla y abrazarla una última vez. 

Lo que le han enseñado los años, es a estar cerca de Alisha. Cada día de la semana desde hace muchos años... 

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now