Capitulo 20. Solo quiero ver a mi mejor amiga...

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Narradora

Max ha salido por el estacionamiento. Corre desesperadamente en línea recta hasta llegar a unos arbustos cercanos. Está oscuro. La alarma suena con fuerza y le provoca jaqueca, el dolor de la herida es punzante y le prohíbe pensar detenidamente o con racionalidad.  

Solo lleva un short. No lleva zapatos ni playera, y eso le está cobrando factura, pues su cuerpo se estremece con fuerza al contacto con el frío extremo nocturno. 

Todo se ve un poco borroso, sus ojos se mueven de un lado a otro, como si temblaran. Trata de tranquilizarse, la adrenalina le recorre el cuerpo y no le permite pensar bien. 

A lo lejos se escuchan camionetas acelerando en su dirección. No piensa quedarse a averiguar quiénes son los que vienen en aquellas camionetas, así que corre. 

Hay un bosque en la dirección contraria, pero debe correr al menos unos doscientos metros de campo abierto. No hay otra opción. 

Así que sale de su escondite y corre lo más rápido que puede, la oscuridad será su aliada durante los siguientes minutos de carrera, así que corre con todas sus fuerzas. Está débil, no ha comido desde que fue encerrado por Decker hace un par de días. Las heridas lo están haciendo sentir fatigado y siente que se desmayara al no poder tomar el suficiente aire. Su corazón no trabaja con la suficiente fuerza y energía como para llevarle oxígeno a sus pulmones y siente que la cabeza le retumba. 

Puede escuchar aullidos a sus espaldas. Han llegado los rastreadores. Debe llegar lo antes posible al bosque y perderles el rastro 

Pero ¿Cómo le pierdes el rastro a un rastreador? Es meramente imposible. 

—Un poco más... —Exclama tragando una bocanada de aire y acelerando el paso. Está cerca, está tan cerca... 

Y se enciende una luz detrás de él. 

—¡Allí está! —Grita un hombre. Y los gruñidos de los lobos no se hacen esperar, esto se ha convertido en una cacería. Una casería humana, una noche de caza. Entra en pánico, y los medicamentos que lleva en la mano caen al suelo y se pierden en la oscuridad. 

No sé detiene, no tiene tiempo de recogerlos, su vida y su seguridad están en riesgo justo ahora. 

Cuando al fin llega al bosque, se da el tiempo de mirar hacia atrás, hay como mínimo cuatro lobos corriendo hacia él. Están a ciento cincuenta metros todavía. Pero son alfas, fácilmente cruzarían toda esa distancia en unos segundos. 

Max sabe lo aterradores que son los rastreadores. Son despiadados, si no les dieron órdenes de regresarlo con vida, está seguro que morirá despedazado... 

Quiere transformarse en lobo también, pero su cerebro solo puede gritar "Corre" "Huye" "Escóndete". Le es difícil pensar y concentrarse cuando su mente es un lío. 

Así que sigue corriendo, ya no le importa a dónde va, solo quiere escapar, quiere huir de esta pesadilla, quiere dejar de sufrir. 

¡Owen maldita sea, si me estás escuchando por favor ayúdame! ¡Deja de dormir! —Grita mientras sigue corriendo. Repentinamente choca contra algunos árboles y resbala, pero la adrenalina le detiene el dolor de las heridas y le da la fuerza de seguir huyendo —¡Mierda! —Exclama muy frustrado y se golpea la cabeza con la palma de la mano —¡Maldito lobo, moriremos! 

Pero no hay respuesta. 

Hay un poderoso ladrido que lo paraliza del miedo, pero extrañamente no deja de correr. Su vista se ha nublado y apenas y no puede ver bien por dónde camina. 

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now