Capitulo 63. Merezco lo que me está sucediendo.

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El sonido del pomo crujiendo al abrir la puerta fue audible a varios metros de distancia. Fue abierto con un poco de torpeza y se movió en distintas direcciones como si el responsable de aquella acción, estuviese apurado.

—¡Eres un idiota, casi me dejas caer! —Exclamo el joven Raxton en cuanto se abrió la puerta y pudo entrar a su habitación de rehabilitación. Sus brazos se enredan con fuerza el cuello del soldado bajo la firme sensación del miedo a caerse.

—Si tan solo dejaras de moverte. —Dijo a regañadientes sosteniendo firmemente a Scott con un brazo mientras cerraba la puerta.

[Pum]

Sonido sordo. Y la gruesa puerta de caoba se cerró finalmente.

Cuando ambas manos volvieron a sostener el cuerpo de Scott con firmeza. El soldado se dio cuenta de una cosa; Scott es muy liviano.

—Oye niño. ¿Has estado comiendo bien? —Interrogo. Y los músculos de Scott se tensaron ligeramente. —¿Tu piel siempre fue así de pálida?.

—Es de genética. —Le resto importancia al asunto y se sostuvo fuerte cuando sintió como Andrey sobrepuso sus rodillas sobre la cama y se inclinó para recostarlo suavemente. —¡Huug!.

Ante el primer contacto de su espalda con la cama se quejó abiertamente y luego hizo una mueca de dolor. Sus cejas se arrugaron y se curvearon de en una expresión un poco horrible al sentir la punzada.

Sus manos se hicieron puño sosteniendo firmemente la camisa de Andrey hasta arrugar la y amenazó con no soltarla hasta que el dolor se detuviera.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —Se tensó al escuchar el quejido que salió de una boca ajena y se mantuvo estático bajo la firme creencia de que si se movía podría lastimar más al joven. —Llamaré al médico, suéltame, rápido —Dijo de una manera nerviosa, temiendo que el dolor en el cuerpo del menos se volviera insoportable antes de que pudiera hacer algo.

Cuando la punzada baja y el dolor se desvaneció gradualmente, las manos del joven Raxton se relajaron y poco a poco soltó las prendas del soldado.

Sus manos cayeron sobre la cama bajo un suave colchón de calidad alta y produjo un sonido seco de caída.

Respiro suavemente, y su rostro arañado aún con rastros del accidente, se volvió tranquilo.

—Tu rostro se puso rojo... ¿Estás bien?.

—Estoy bien, tranquilo... —Murmuro con la voz débil, como si estuviese somnoliento y cansado —Mi espalda duele, incluso si respiro, duele.

—Lo sé, una contusión muscular fuerte duele demasiado —Trato de consolarlo, pero está más que claro que el dolor físico no lo puedes erradicar con palabras de consuelo. —Traeré tu medicina.

Se negó a dejar que Scott sufriera aún más y prefirió aliviar su dolor con analgésicos. Solo que no espero imprudencia por parte del alfa.

—¡No! —Se movió el joven con brusquedad, buscando sostener la mano del contrario, pero al no poder alcanzarlo, simplemente se lastimó aún más, la punzada volvió con mucha más fuerza y le provocó un dolor agudo terrible —¡Ahhh!

Exclamó con la boca abierta mientras trataba de tragarse el dolor.

—No quiero tomarla, por favor...

—¡Maldición! ¡¿Cómo es que siempre eres tan imprudente?! —Gruño, el soldado muy furioso al imaginar la sola idea de que Scott estuviese lastimado.

—No te vayas, por favor, no me dejes solo... No quiero morir... —Sus ojos miraron en una dirección diferente mientras se volvían rojos y acuosos, evito a toda costa toparse con la mirada de Andrey, la cual estaba llena de impresión y asombro.

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now