Capitulo 51. Perdida total.

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—¡Ahhh! ¡Por favor, por favor no! —Un hombre suelta un grito desgarrador y suplica desesperado por su vida, arrodillado en el suelo, con el rostro empapado en lágrimas y sangre, lanza una mirada desesperada de súplica y temor.

Su brazo ha Sido arrancado de un mordisco desde el hombro y se encuentra derramando sangre por montones sobre la carretera y el asfalto.

Luego.

[¡Bang!]

Andrey termina con su sufrimiento de un disparo...

Sin remordimiento alguno.

A lo lejos, con un pelaje combinado de entre gris y rubio cenizo, un lobo levanta la mirada.

Sus ojos de un color entre azul y verde se muestran desquiciados y su hocico manchado de sangre le hace lucir intimidante, como si estuviese dispuesto a asesinar a cualquiera que se le acerque.

Y aquello no está muy lejos de la verdad.

—¡Ese fue el último! —Exclama Erick levantándose del suelo sosteniendo una M16 en su mano derecha apuntándola hacia abajo.

—Quince minutos... —Murmura Andréy acercándose; una M16 con lanzagranadas se posa en sus manos y se balancea cada vez que Andréy da un paso —Nos estamos volviendo lentos. Y viejos...

—Tu culo —Respondió el general.

—Jajaja

—Debíamos evitar dispararle al el auto de los Raxton para no hacerlos explotar —Soltó un largo suspiro pesado y se sacudió la ropa.

Había estado tirado en el suelo boca abajo durante el enfrentamiento, sirviendo de apoyo y disparando, estaba lleno de tierra.

—Oye... Había demasiados —Esta vez, Andréy se puso muy serio. —Son demasiados como para un simple secuestro.

—No venían con intenciones de secuestrar a nadie —Respondió Erick —Ellos venían a matar a la familia Raxton.

Ante esta terrible declaración, todo se volvió distinto. El evento lunar se había vuelto una noche de caza.

Una luna sangrienta.

Luego, los dos hombres se dieron la vuelta y juntó a los demás miembros de la caravana, observaron lo que había hecho.

Cincuenta y siete bajas en quince minutos.

Casi toda la caravana de protección de los Raxton había Sido destruida. Casi todos fueron asesinados, a excepción de unos cuántos que se quedaron cerca del auto de los Raxton y los defendieron como pudieron.

Varios lobos murieron protegiendo a los antiguos alfas, y evitaron a toda costa que el auto explotara. Usando sus cuerpos como escudo evitaron la explosión.

Realmente, lo que hicieron fue un suicidio, y lograron un milagro.

Mientras los hombres, en silencio, observaron el caos, y sintieron las sangre caer sobre sus manos sin culpa alguna.

El lobo de ojos verdes y profundos, camino lentamente hacia ellos, se relamió el hocico y siguió caminando, como si el hecho de que hace unos segundos arranco cabezas y brazos no fuese nada del otro mundo.

Algo sin importancia...

Fletcher se acercó paso a paso hasta los soldados de rango alto y les miro sin ningún sentimiento en los ojos.

—Vengan, debemos llegar con los Raxton y sacarlos de allí —Andrey y Erick no perdieron ni un segundo cuando ya se habían abalanzado a ayudar.

El auto en donde están Emilia y Farkas está casi destruido en su totalidad. El auto está volcado, desprende líquido verde y aceite que se derrama sobre el suelo a una velocidad impresionante.

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now