Capitulo 46 Lo que hiciste, nadie lo perdonará.

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Y reacciono.

La voz profunda de su padre lo hizo despertar de su trance.

Y de alguna manera se paralizó de los nervios.

Con los ojos rojos y una expresión de angustia, volteo el rostro y miro al hombre parado bajo el marco de la puerta.

Y no supo qué decir...

El hombre mantiene una expresión un poco confundida. No sabe lo que acaba de suceder por la mente de su hijo, así que le observa esperando a que Decker hablé.

Pero no lo hace, solo agacha la cabeza y regresa su mirada hacia la luna.

—¿Qué haces en este lugar? —Hablo con su típica voz profunda de siempre y dio unos cuántos pasos al frente —¿Qué buscas encontrar viniendo a este lugar?

Y la pregunta la toma por sorpresa. Realmente no lo sabe.

¿Por qué había ido a ese sitio?

¿Nostálgica? ¿Melancólica? ¿Inercia? ¿Culpa...?

—Aquí... Aquí cometí mi peor error —Hablo el gran alfa mientras guiaba sus manos al borde de la ventana —Realmente me arrepiento...

Murmuro con la voz rota y dolida.

—Te juro que no fue mi intención, enfurecí, me afectaron sus feromonas, los celos, el miedo a perderlo y yo...

Para este punto, los ojos del alfa derramaron lágrimas.

El hombre, que siempre mantiene un rostro duro y firme, parece un poco sorprendido. Su hijo, que durante meses se mantuvo al margen lo mejor que pudo, estaba allí, llorando, como un niño arrepentido.

Y Farkas, por primera vez en mucho tiempo, ablando su corazón y mostró su lado paternal.

Dio unos dudosos pasos hacia el frente, se detuvo a medio camino, pero sintió dolor en su pecho al imaginar lo que su hijo estaba sintiendo. Él jamás podría vivir sin su esposa, y solo allí encontró el valor necesario para seguir avanzando.

Cuando llegó frente a su hijo, este mantenía la cabeza agachada, como si esperara un castigo o sermón por parte de su padre. Pero aquel castigo jamás llegó, en su lugar, unos cálidos brazos se enredaron en su cuerpo y la barbilla del antiguo alfa quedó sobre el hombro izquierdo de Decker.

El alfa no supo cómo reaccionar, así que levanto los brazos con absoluto asombró y trato de formular una respuesta en su mente.

—Padre...

El antiguo alfa no dijo nada y se mantuvo en silencio mientras le abrazaba.

El alfa, que es cinco centímetros más alto que su progenitor, enrollo sus brazos en el cuerpo de su padre y acepto el abrazo.

—Fuiste un total idiota, hijo...

Le murmuro al oído

—Lo que hiciste, nadie lo perdonará. Y por más que llores y te lamentes, él jamás volverá...

El gran alfa, al escuchar las sinceras palabras de su padre, sintió como su corazón se amargó e hirvió en furia, creyó que su padre lo estaba regañando.

—No quiero escuchar lo que ya sé —Gruño.

Al su padre no le importo el comentario y siguió hablando:

—Pero no puedes seguir de esta manera, ¿Acaso deseas morir?

La pregunta se contesta por si sola. Es un rotundo; SI

—Quiero dejar de sufrir...

"Quiero dejar mi puesto" —Aquellas palabras se atoraron en su garganta con un profundo deseo de libertad.

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now