¡No Me Lastimes!

Capitulo 21. El lugar donde inicio todo...

Narradora

Durante la cena, el alfa guarda silencio total. Solamente se escuchan los repentinos golpeteos de los cubiertos contra los platos y alguno que otro carraspeó. 

Es incómodo. 

La magia se acabó. 

Roxana está furiosa y Decker destrozado. Edison se mantiene neutro y el ambiente penumbral. 

"¿Es esto realmente lo que quiero?" —Piensa y se pregunta Decker mientras corta un pedazo de jugosa carne termino medio y lo lleva a su boca. 

El alfa sabe muy bien que detesta este ambiente. Su futura pareja está molesta, no le dirige la palabra, es incómodo, le deja un terrible y mal sabor de boca. 

E inevitablemente, recuerda la mañana del trece de octubre, recuerda la sonrisa en el rostro de Max al ver tantos postres y comidas, recuerda como se le iluminó el rostro. ¿Cómo es que un recuerdo puede hacerle tanto daño?. "¿Cómo es que alguien puede ser tan feliz con unos simples postres?"—Piensa inevitablemente. Simplemente no puede olvidar los ojos brillantes, las palabras temblorosas y las manos inquietas de Max al ver tanta dulzura. En el fondo, Decker sabe que no fueron los postres, sino la acción, y eso lo conmueve aún más.

Mantiene un rostro amargo, parece que está a punto de levantarse e ir a buscar Max. 

"Aún no es tarde para arreglar las cosas"— piensa —"Yo..." 

Y siente un terrible dolor en el pecho que le hace doblegarse totalmente. Su cabeza choca contra la mesa mientras instintivamente se lleva las manos al pecho. 

—¡No puede ser! —Grita Roxana horrorizada mientras se levanta de golpe dejando la silla caer al suelo. 

Todo ha Sido tan rápido y repentino. 

—¿Alfa se encuentra bien? —Gabriel se acerca a Decker horrorizado y le toca el hombro —¡Parece que está teniendo un ataque cardíaco! 

—¡Llamaré a la ambulancia! —Edison saca su teléfono y se aleja un poco para hacer la llamada. Le tiemblan las manos y su corazón late al mil por hora. La situación lo tomo por total sorpresa. 

—¡Ugk! —Gruñe Decker mientras se aprieta aún más el pecho —¡Mierda! —Alcanza a susurrar mientras trata de recuperar la compostura. 

Su pecho se contrae de manera horrible y desesperante, el corazón se le acelera. Se le pone rojo el rostro y luego palidece. Pareciera que le están sacando el alma. 

—¿Dónde está Max? —Pregunta mientras se recarga en la silla y respira agitado. 

—Respira, pronto llegará la ambulancia —Se acerca Roxana a auxiliarlo. No puede negar que está preocupada, si Decker muere, su única oportunidad de resaltar en la vida, se irá al carajo. 

—Esto no es un paro cardíaco... —Trata de levantarse, pero es detenido por Roxana. 

—No te levantes, puedes hacerte daño—Luego, es empujada por Decker de manera brusca, como si le produjera asco tenerla cercas. Da unos cuántos pasos hacia atrás y se mantiene en shock. 

—¿Dónde está Max? —Toma a Gabriel del cuello y lo mira con una molestia irracional en los ojos. —¡¿Dónde?! 

—En el hospital —Y el viejo es arrojado al suelo con furia. Se lastima la cadera, y se queja, pero a nadie le importa. Es más importante y aterrador el rostro contraído en furia por Decker.

—¡¿Lo enviaste al hospital?! ¿Para qué? —Se levanta a duras penas del asiento y aprieta su pecho tratando de resistir el inmenso dolor. 

—Buscaba ayudarlo.