Capitulo 78. La mejor victoria es vencer sin combatir

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Edison perdió desde el momento en el que vio a Decker tan tranquilo y aun así le ofreció piedad y rendición.

Olvidó algo tan importante como:
"Si tu enemigo se toma las cosas con tranquilidad, no le des tregua".

Fue tan idiota de su parte querer tomar las cosas bajo amenaza. Las amenazas no sirven contra la estrategia.

Cuando se dio cuenta, ya era muy tarde.

Levanta la mirada y la sostiene contra Decker. El rostro de ese hombre se ve frío, helado, como si no fuera capaz de sentir emociones o empatía. Es la mirada de un hombre que ha visto y hecho cosas terribles.

Cuando vio que la alta figura de ese monstruo se acercaba, sintió nervios. Tiene toda la ventaja de ganar. Pero de ordenar un ataque, perderá a su hija. Es como una balanza, de un lado está su hija, y del otro lado la victoria.

—¿Estás seguro de lo que quieres hacer? —El gran alfa le miro fijamente, con los ojos ligeramente entrecerrados, mientras soltaba feromonas de la más alta calidad, buscando someter al bastardo que se creyó capaz de alcanzar la cima. —¿Alguna vez has presenciado una guerra...?

Edison no respondió ante la pregunta, todo lo contrario, se quedó callado. Para Decker fue como una falta de respeto. Le está haciendo una pregunta, no está en posición de ignorarle. Así que enfureció.

[¡Zas!]

Un golpe llegó directamente al rostro de hombre con el cabello canoso y lo desestabilizo. En cuanto el escuadrón que lo "respaldaba" vio aquello, levantaron sus armas contra Decker amenazando con fusilarlo al instante. Las armas estaban demasiado cerca de su rostro, casi encajándose en su piel. Y ni siquiera se inmutó a tenerle miedo.

—¿Seguro que quieres matarme? En cuanto lo hagas, tus peores pesadillas se cumplirán... —Sabiendo que Edison no hará nada estúpido mientras su hija este bajo su custodia, empujó una de las armas que le apuntaban directo a la cara. Le es molesto saber que alguien se atreve a faltarle al respeto de tal modo.

—Atrás todos, no se atrevan a disparar ni una sola bala. —Edison puro una nueva orden a sus soldados alejándolos de Decker. El hombre que ahora tiene el control.

Sabiendo que posiblemente todo acabará pronto, decidió que lo mejor era darle una verdadera lección al hombre que se cree tan capaz de gobernar un territorio tres veces más grande.

—¿Sabes cómo se ve la guerra? —Pregunto con la mirada fría —¿Sabes cómo huele la sangre de las personas que murieron de formas horribles? Sabes que se asustaron tanto que incluso defecaron en sus pantalones—Se acercó y tomo a Edison del cuello de su estúpido traje negro y lo sostuvo con fuerza —Cuando el hombre que te entrena es un jodido sádico de mierda que condena a los traidores a un foso dónde los osos se comen a los hombres vivos... Te das cuenta de lo horrible que es el mundo fuera de un lugar al que consideras seguro.

El trauma sigue intacto. La imagen y el horrible olor a sangre yacen impregnadas en su mente. El primer trauma derivado de su entrenamiento a los once años dirigido por su propio abuelo materno es un recuerdo terrible del cuan terrible puede ser el ser humano.

Un hombre inclinado hacia las guerras, un hombre sádico amante del olor a sangre y los días de caza. Un hombre que jamás tuvo piedad con sus enemigos...

La primera lección a la cual fue sometido Decker fue tan simple como observar ejecuciones. Ejecuciones de hombres que habían traicionado al rey esperando encerrados durante semanas con el único propósito de ser devorados por los osos con el objetivo endurecer el carácter de un niño asustado por el nuevo mundo que se le presentó.

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now