Capitulo 36. Te lo prometo...

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Los siguientes días pasaron bastante rápido, Alex permaneció en el hospital recuperándose esperando recibir pronto el alta. Y, aunque sus ojos están abiertos y su corazón late con fuerza nuevamente, su cuerpo se niega a cooperar totalmente.

La poca comida que logra entrar en su cuerpo es vomitada y botada de su organismo en cuestión de minutos. Le es difícil dar un bocado sin sentir terribles ahorcajadas. El embarazo y sus náuseas empeoran la situación a un grado alarmante

—Hola... — La cálida voz de Fletcher se adentra en los tímpanos de Alex y lo hacen sonreír —El Doctor Leandro dice que aún no puedes comer bien... ¿La comida no es de tu agrado?

Se adentra en la habitación con un ramo de rosas atadas con un listón Blanco de bordes dorados y una cajita de fresas frescas.

—¡No, no, no, nada de eso! —Levanta las manos y niega rápidamente, no quiere que el doctor Leandro o las enfermeras se metan en problemas —Mi estómago duele...

—Entiendo, ¿Aún no procesa los alimentos, verdad? —Sin el temor de lastimar a Alex con a sus feromonas, se acerca y se sienta en la cama —Me permitieron traerte estás fresas, dijeron que tal vez un poco de fruta te haría bien y... Estás flores, las cultivé yo mismo.

—Gracias, son realmente hermosas...— Toma las flores con ambas manos e inevitablemente las huele, el fuerte aroma a rosas lo maravilla y le hace sonreír cálidamente. Jamás en su vida creyó que llegaría a toparse con un alfa tan bueno que lo tratará tan bien sin esperar nada a cambio.

—Tú eres realmente hermoso... —El halago lo toma por sorpresa e inevitablemente un sonrojo se apodera de su rostro. Lo esconde y trata de ocultar su sonrisa ocultando su rostro detrás del ramo de flores. Fletcher se da cuenta y el calor del momento hace murmurar; —No ocultes tu sonrisa, es hermosa.

—Basta... Jajaja. Me da un poco de vergüenza —Pone el ramo de flores sobre la cama, cerca de sus piernas y acepta gustoso las fresas. Se le hace agua la boca, no puede negarlo, pero... Su estómago es el que se niega a aceptar esa comida.

Abre la cajita de fresas y las observa con aprecio, se ven deliciosas. Son fresas gigantes acomodadas, y alineadas, la cajita es negra y cuadrada, hace que el rojo de las fresas resalte con más fuerza y se vean deliciosas.

Alex toma una fresa con sus dedos y la dirige hacia la boca de Fletcher.

—Prueba una —Sonríe y el Alfa obviamente se niega a rechazarlo, abre la boca y da un mordisco a la punta de la fresa, no puede negar que la fresa es deliciosa, y su boca se hace agua al sentir dulzura y una ligera acides inexplicablemente sabrosa, es de las mejores cosechas del año sin duda alguna —¿Son deliciosas?

—Mmm —Asiente mientras mastica y saborea una dulzura que jamás antes había sentido —Buena... —Termina de comerla y sin poder evitarlo, toma con cuidado la muñeca de Alex y guía la otra mitad de la fresa hasta su boca. Abre la boca nuevamente y muerde la fresa hasta el rabillo de la fruta.

Luego, besa el dorso de la mano de Alex y le deja esencia de fresa en la piel.

—Es aún más dulce de lo que imaginaba... — No puede evitar sonreír con picardía, los labios le pican y tiene una sensación de deseo tan fuerte que lo aturde.

Cuando se da cuenta de que está cruzando la línea, suelta la mano de Alex y se concentra en masticar.

—Pícaro... — Murmura su lobo, que durante mucho tiempo había permanecido callado.

—Miren quien decidió volver a ladrar ¿Ya no estás molesto?—Contesta Fletcher.

—Silencio, regrese por el chico, no por ti —Guarda silencio por un instante y Murmura —Me siento tranquilo a su lado...

¡No Me Lastimes!Where stories live. Discover now