CHAPTER 078

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Luego de que MJ y Ned llamaran nuevamente a Kimberly y Peter para contarles que, al parecer, el hombre eléctrico también conoce al Lagarto pues son del mismo universo, ellos les avisan que se quedaran a arreglar el desastre causado por el caos. Se quedan hasta la mañana temprano cuando la rubia se deja caer en el césped, exhausta, pensando en lo que harían.

- Después de que Mysterio nos hubiera engañado con que el venía de otra tierra, había perdido la esperanza de la existencia del Multiverso - le dice a Peter. - Pero, mira, aparentemente deben haber otros yo y otros tú volando por ahí.

- Es extraño y emocionante a la vez - concuerda él. Su teléfono suena y él lo toma para llevarlo a su oreja. - ¿May?... ¿Qué?... ¡No, no! ¡Quédense ahí, ya vamos!

Kimberly se incorpora, acercándose a él.

- ¿Qué sucede?

- El Duende Verde está en F.E.A.S.T con May y tus padres.

Los dos héroes no tardan mucho en salir disparados por las calles de Nueva York, desesperados. Peter ni se ha preocupado en ponerse la máscara. Al llegar, comienzan a preguntarle a la gente sentada en el comedor público si han visto a May y a Kristen y Paul Beckett. Ambos corren hacia la cocina, abriendo la puerta estrépidamente. 

Se detienen en seco cuando ven a un hombre de unos cincuenta o sesenta y tantos comiendo junto a sus familias tranquilamente. Kimberly y Peter se observan de reojo, alertas.

- Qué suerte, ¡ya llegaron! - exclama la tía de Peter.

El padre de Kimberly les extiende la caja de donas.

- ¿Quieren una?

El corazón de la rubia parece querer escapar de su pecho, los latidos se vuelven incluso más fuertes que las propias voces.

El hombre vestido con una sudadera y una chaqueta los mira a ambos con el ceño fruncido, confundido.

- Norman, él es mi sobrino, y ella es Kimberly.

- ¿Norman Osborn? - pregunta Peter ante la inmovilidad de su mejor amiga. - Creí que estaba...

- Vi a Spiderman en el anuncio de este refugio, y pensé que podías ayudarme - habla tan amablemente con una voz seca y grave que sorprende a los dos adolescentes. - Pero no eres tú, y a ti no te conozco, ¿tienes una nueva compañera?

Kimberly traga saliva, nerviosa.

- ¿Cómo? ¿Quiere que lo ayude Spiderman? - cuestiona el morocho.

- Es que él acaba de llegar - responde la madre de Kimberly.

Un silencio repentino se crea en el ambiente y Kimberly intenta apartar las imágenes de clarividencia de su mente. ¿Ese hombre estaba allí? ¿Él era Norman Osborn? ¿Él era el Duende Verde?

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