CHAPTER 022

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Todos comenzaron a discutir sobre que hacer. Kimberly se muerde las uñas preguntándose que decisión debía tomar. Si firma, todo el mundo sabrá que ella es Kimberly Danvers. Sus padres, sus amigos, al escuela. Todos. Steve la mira ya que sabe muy bien que le cuesta decidir, pero también se da cuenta que solo tiene quince años y, que esto, define todo.

- No necesito tiempo para tomar una decisión - habla Tony apagando el holograma. - ¡Necesitamos que nos controlen! De cualquier forma, yo acepto. Si no firmamos, quedaremos como los malos.

- Pero no lo son... - se atreve a decir la rubia cruzándose de brazos. - No lo somos, ¿o sí?

- Tony, - interviene el Capitán América. -  Si alguien muere a tu cargo, no te rindes jamás.

- ¿Quién habló de rendirse?

- Lo hacemos si no asumimos la responsabilidad de nuestros actos. Y este documento solo transfiere la culpa.

- Perdón - alza una mano Rhodey para tomar la palabra. - Eso, Steve, es peligrosamente arrogante... lo siento pero estamos hablando de la ONU, no del Consejal, de S.H.I.E.L.D, ni de HYDRA.

- No, pero está dirigida por gente con prioridades y esas prioridades cambian.

Natasha se limpia el sudor de su frente mientras que Wanda y Vision se miran de reojo.

- Eso es bueno - sigue el multimillonario. - Por eso estoy aquí. Al darme cuenta lo que mis armas podían hacer en manos equivocadas... cerré y dejé de fabricarlas.

- Tú fuiste quien eligió hacerlo - continua el rubio con un bufido. - Si firmamos esto, renunciamos a nuestro derecho de elección.

Un momento de silencio se produce y Kimberly se sienta junto a Rhodey.

- ¿Y si nos envían a un lugar al que no queremos ir? ¿Si tenemos que ir a un lugar porque es necesario y ellos no nos dejan? No somos perfectos pero es mejor decidir por nosotros.

- Si no lo hacemos ahora, luego nos obligarán. Eso es un hecho y no va a ser nada agradable.

- Dices que vendrá por mí - declara Wanda dando un suspiro.

- Te protegeremos - le asegura el androide.

- Tal vez Tony tenga razón... - da su opinión la pelirroja. - Si tenemos una mano en el volante, aún podemos manejar. Si nos las sacan...

- ¿No eres la mujer que mandó al diablo al gobernador hace unos años? - preguntó Sam, muy indignado.

- Nada más, analizo las posibilidades y el terreno - se defiende ella apoyando sus codos sobre las piernas. - Cometimos muchos errores, muy públicos. Es hora de recuperar su confianza.

Kimberly, simplemente, no puede creer como Natasha quiera satisfacer al gobierno. Es decir, ella es una mujer justa, valiente y, la mayoría de las veces, está en contra de las reglas. Tony, por su parte, parece totalmente atónito y se gira con las cejas alzadas.

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