Kimberly Danvers, hermana de la famosísima Carol Danvers también conocida como Capitana Marvel, se queda sola en la tierra luego de la explosión de la gema de espacio. Atrapada en sus poderes de electricidad, pasa 18 años congelada.
Salvada por Pet...
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Kimberly está inmóvil en su lugar y sus ojos se iluminan de alegría. Una enorme sonrisa se forma en su rostro y el Capitán América se acerca a ella con el mismo gesto. La rubia respira hondo y se tranquiliza.
- No me equivoco, ¿verdad? - le pregunta levantando su mentón. - ¿Marvel Girl?
- S... Sí... Ob... Obvio... - contesta un poco nerviosa y se da cuenta de lo nerviosa que está. El Capitán América se pone el escudo en su espalda y Kimberly dice: - ¿Qué hace aquí?
- Bueno... Digamos que te vimos por las calles... - explica el Capitán. - Nos pareces una persona dispuesta a ser alguien más. Queremos que vengas al Cuartel General de los Avengers - antes de que Kimberly pudiera desmayarse de la emoción, el Capitán continúa: - Te hemos estado observando, Kimberly, sabemos quién eres.
La rubia se queda con los ojos como dos platos para luego decir:
- ¿Saben quién soy?
- Sí - asiente él con aire de soldado. - Te necesitamos.
- ¿Por qué estás hablando en plural? - pregunta ella haciéndose la tonta. Ya sabe que se está refiriendo a los Avengers pero quiere que él lo diga.
- Todos nosotros, los Avengers.
De repente, un auto llega a toda velocidad. Es blanco y reluciente. Al bajar la ventanilla, se puede ver a un hombre regordete morocho con barba del mismo color. Se corre los lentes y se dirige al Capitán:
- ¿Estamos listos?
- ¿Vienes? - le pregunta el Capitán a Kimberly y a ella le late el corazón a toda velocidad. Se queda dudando unos segundos. - Kimberly...
- ¿Y mis padres? - suelta ella y, Steve Rogers, bajo la máscara, se queda boquiabierto. Mira al hombre y él dice:
- Bueno, iremos a hablar con ellos.
- ¡No! - exclama la rubia con desesperación. - No puedo irme así... Ellos necesitan una explicación... Y mi mejor amigo... ¿A él también lo llamaron?
- Ahora te necesitamos a ti, Kimberly - sigue y deja su escudo en el baúl. - ¿Tus padres no saben tu identidad?
- Claro que no - niega la adolescente y se empieza a comer las uñas. - Yo quiero ir con ustedes pero... Esperen, lo llamaré a Peter y que él los llame a mis padres.
Se aleja unos metros y coge el celular con las manos temblorosas. Casi se le cae pero ella marca rápidamente el número de su mejor amigo. Vamos, Peter, atiende, susurra.
- ¿Kim?
- ¡Peter! Oye, escúchame... Necesito que le digas a mis padres que comeré en lo de una amiga y que después llegaré tarde a casa... Dile que no se preoc...
