Kimberly Danvers, hermana de la famosísima Carol Danvers también conocida como Capitana Marvel, se queda sola en la tierra luego de la explosión de la gema de espacio. Atrapada en sus poderes de electricidad, pasa 18 años congelada.
Salvada por Pet...
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Kimberly se siente tan... abrumada. Tan enojada, tan decepcionada y tan triste. ¡Y ni siquiera encuentra la razón por la cual está así! Mientras sube las escaleras dándose cuenta que había dejado a sus compañeros y a su novio solos, sus poderes se encienden en sus manos y ella intenta desactivarlos. Quiere golpear, romper todo, llorar hasta más no poder... ¿pero por qué? Al llegar a la habitación, Michelle la mira raro y Kimberly se tapa con las sábanas. Lágrimas se escapan por sus ojos y su corazón sube hasta su garganta. Así, hasta que se queda dormida.
Al próximo día, la despierta la alarma de Michelle y se da cuenta que se había dormido en traje de baño.
- Buenos días - la saluda la morocha, ya cambiada con su uniforme para el Declaton. Kimberly se rasca los ojos para verla mejor. - Ya es hora de irnos.
- Bien, ya me cambio.
Se dirige al baño y se coloca unos jeans azules con una remera cómoda. Luego se observa al espejo para verificar que le quedara bien el amarillo de su chaqueta. Da igual, se dice a ella misma y sale con Michelle del cuarto para encontrarse con más ni menos que Liz.
- ¡Ah, ya están listas! - exclama, feliz. - ¿Preparadas para ganar?
- Seguro - dice Michelle con un tono despreocupado y la rubia sólo asiente.
- Kim, ¿podrías hacerme un favor?
¿Justo a ella?, se maldice. De todas formas, le dice:
- Claro, ¿qué necesitas?
- Peter y Ned todavía no salieron de la habitación y debemos irnos ya... ¿podrías decirles nuevamente?
- Está bien.
Suerte que la habitación de sus amigos está a cinco cuartos más lejos. Ella toca la puerta pero no escucha nada. Insiste y los llama:
- ¡Peter! ¡Ned!
Nadie le contesta. Y ahí es cuando recuerda que está peleada con su mejor amigo...
- ¿Pueden salir? - cambia su tono de voz a uno más de reproche. - Debemos irnos ya.
- ¡Ya voy! - le responde Ned al fin.
- ¿Tú solo? ¡Dile a Peter que se despierte!
- Eh... Yo... Él...
- Ned... - Kimberly se queda pensando. ¿Y si Peter se ha ido solo? Sería capaz. Debía averiguarlo. - Abre la puerta o la derrumbo.
- ¿Qué...? - se sobresalta el moreno.
- ¡Abre la puerta o la derrumbo!
Ned de inmediato le hace caso y la deja pasar. Kimberly lo mira con desaprobación y examina la habitación. Revisa el baño, abre los roperos y se agacha para observar debajo de la cama. Pero Peter no se encuentra allí.
