Naruto: El Hijo de los Sannin

Capítulo 128: El Juubi: El cataclismo viviente

¡Vamos Jinchurikis!

Konoha, Torre del Hokage

Durante las últimas semanas, la oficina del Hokage había estado vacía. Si bien el personal administrativo continuó trabajando como de costumbre sin Jiraiya y la mayoría del personal ninja, ninguno de ellos pensó en usar la oficina reservada para el comandante más alto de Konoha.

Entonces, una ráfaga de humo sucedió aparentemente de manera espontánea, y la oficina ya no estaba vacía, ya que del humo emergieron Jiraiya y Tsunade.

"Bien, estamos aquí", dijo Jiraiya, mientras se movía hacia el escritorio y comenzaba a buscar algo dentro de los cajones. "Está bien, ¿dónde está esa cosa ..."

"Lástima que no pensamos en decirle a los sapos que crearan una puerta de entrada al cuartel general de la Alianza Ninja", dijo Tsunade, mientras se frotaba los brazos mientras Jiraiya buscaba cualquier objeto que estuviera tratando de encontrar. "Va a tomar mucho tiempo para llegar a donde está Naruto."

Poco después de la derrota final de Orochimaru, Kosuke volvió a contactar con Jiraiya. Resulta que, después del ataque a la isla Genbu, Shima había estado vigilando a Naruto por petición de Jiraiya y Tsunade, y tanto él como sus compañeros Jinchurikis habían sido emboscados por Obito y un montón de reanimaciones. No hace falta decir que los dos decidieron unirse a Naruto y los demás para ayudarlos, pero estaban demasiado lejos de su posición.

Afortunadamente, estaba el Jutsu de Invocación Inversa. Como lo hizo hace muchos años, Fukasaku puso un sello temporal especial en Tsunade que le permitió ser convocada hacia el Monte Myoboku. Luego, usando la piscina de Gamamaru a la oficina del Hokage, regresaron a Konoha. Y ahora, se dirigirán hacia el norte, para ayudar a Naruto. Solo necesitaban su posición exacta.

"¡AHA!" Dijo Jiraiya, sacando lo que parecía ser un mapa de las Naciones Elementales. Dejando a un lado algunos de los documentos y suministros de oficina, colocó el mapa en el escritorio e hizo un sello a mano. Tres símbolos aparecieron en el mapa, los tres en la Tierra del Fuego. Dos de ellos parecían estar juntos en la parte central del país, y el tercero estaba en la parte noreste, cerca de la frontera con la Tierra de las Aguas Termales. "Muy bien, aquí está Naruto. Y estos dos son Kaida y Hagane. Es bueno ver que los tres están bien."

"Me había olvidado de esos sellos de rastreo que les pusiste a los niños antes de que Naruto fuera a su primera misión fuera de la aldea", dijo Tsunade, mirando el mapa. "¿No dijiste que los ibas a eliminar después de que se convirtieran en Chunin?"

"Supongo que dije eso, pero lo olvidé un poco. Han sido unos años bastante ocupados, sabes", dijo Jiraiya, mientras rodaba el mapa y se lo ponía en un bolsillo. "¿No te alegra que no lo haya hecho?"

"Viva el olvido conveniente", dijo Tsunade inexpresivamente. "Vamos, vámonos. Nuestros hijos nos necesitan".

Jiraiya asintió y los dos salieron de la oficina por la ventana.

Sitio de la batalla final

Naruto, Hinata, Fu y Killer Bee observaron horrorizados la abominación colosal que se cernía sobre ellos. Su enorme tamaño hacía que los Bijuus y el Avatar de Kalika de Hinata parecieran insignificantes en comparación. Ninguno de ellos sabía cómo iban a luchar contra algo tan grande, incluso con el poder que tenían los cuatro juntos.

"Entonces ... ¿esa cosa es el Juubi?" Preguntó Fu, su voz temblando un poco. "Wow ... su tamaño es un poco preocupante."

"Esa cosa es la combinación de varios de nuestros hermanos, por supuesto que iba a ser grande", respondió Chomei. "Y ni siquiera está en todo su poder, todavía le falta Gyuki, la mitad de Kurama y a mi."