Capítulo O14.

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TaiYang camino con normalidad por el mismo camino que uso el pequeño asistente antes.
En el camino se topó con algunos soldados.

⎯ ¡Hey, tú!. ⎯ El par de guardias se detuvo frente a TaiYang.

El corazón de TaiYang dio un saltó, pero disimulo. ⎯ ¿Qué sucede?

⎯ ¿Has visto a un sujeto sospechoso cargando con un bebé?, mira, se ven así. ⎯  El soldadito sacó su terminal y le mostró una fotografía de ambos.

TaiYang, el prófugo con el rostro pintado, respondió. ⎯ No los he visto. He estado cambiando las sábanas de las habitaciones.

TaiYang tartamudeo, la verdad es que no hacía falta disimular. Del nervio ya estaba temblando⎯ ¿S-son peligrosos?.

El soldadito negó con la cabeza para no alertar: ⎯ No, pero evítalos y avísanos de inmediato.

El otro soldadito comentó: ⎯ Anda con el restó, hay que hacer un aterrizaje de emergencia.

TaiYang asintió, incluso si el otro soldado no lo mencionó, sabía que iban a revisarlos por sí había algún infiltrado entre los auxiliares.

TaiYang siguió su camino hasta la lavandería, evitando a los soldados lo mayor que pudo hasta su destino. Actuó cómo si fuera a dejar las sábanas sucias dentro del ropero, y se escondió en el punto ciego de la cámara, aprovechando para esconderse dentro de la habitación de lavado.

No había cámaras aquí.

Debido a sus excelentes sentidos, podía escuchar el bullicio fuera de la habitación, en el pasillo. No sabía que los había instado a aterrizar, sin embargo era su oportunidad perfecta para escapar.

⎯ ¿Mamá?.. ⎯ En ese momento, Reich qué estaba escondido en las sábanas despertó.

⎯ Hey, buenos días bebé. ⎯ TaiYang besó su carita.

Al parecer, ya no le importaba con qué título Reich se dirigiera a él. Mamá o Papá, da igual. Es un padre soltero luchon de todas formas.

Reich seguía adormilado y no entendía donde estaban, no fue hasta después de unos minutos que reaccionó.

⎯ ¡los hombres malos!

TaiYang se río: ⎯ Estamos escapando de los hombres malos. Tienes que guardar mucho silenció, ¿esta bien?

Reich asintió y se cubrió la cabeza con las sábanas nuevamente.

Unos minutos después, sintieron cómo se agitó el acorazado de tener un aterrizaje un poco forzado.

TaiYang se asomó por la ventana, estaban rodeados de pura naturaleza. La bajada desde la ventana hasta el suelo era un poco de unos 4 a 5 metros.
Sabía que su físico era más fuerte que el de un humano, pero no sabía hasta cuánto podía aguantar, no podía permitirse el lujo de experimentar ahora.

Reich vio su dilema y obedientemente recordó: ⎯ Mamá, garras.

Dicho esto, extendió sus pequeñas manos carnosas y las puntas de sus uñas se volvieron afiladas en un santiamén.

TaiYang: ¡¡!!

Sin embargo, aún tenía sus dudas: ⎯ ¿Es posible realmente?

Reich respondió insertando su pequeña mano directamente en la pared como si fuera papel.

TaiYang: ¡¡¡!!!

⎯ ¡Estoy convencido, vámonos!

TaiYang se acercó a la ventana, y al igual que la puerta, la golpeó con fuerza hasta romperla. A diferencia de la puerta, al romper la ventana inmediatamente sonó una alarma.

La Receta Para un Matrimonio Interestelar Where stories live. Discover now