Capítulo O56

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Para cuando Andrew y el resto de ejércitos llegaron al planeta de Corcoba la situación ya se había neutralizado. La fuerza abrumadora de los Tates no era solo un decir, sus cuerpos gigantes y robustos eran suficientes para romper la coraza de los Zerg's, y ellos solos eran capaces de golpear a más de uno. Sin mencionar que también había Tates de alto rango, aunque solo eran unos pocos era más que suficiente para reprimir al ejército Zerg's hasta huir despavorido.

Gina observó como los Zerg's se retiraban rápidamente y su vista quedo fija en las alas de huesos de los Zerg's superiores. No los persiguieron al verlos huir. Eso no estaba dentro de los planos acordados, y ningún Tate quería correr a por una comida con mal sabor a propósito.

*Hic.... Wuu... Huu..

De repente, un llanto reprimido desde su hombro comenzó a sonar suavemente. Gina quedo en blanco por un momento, confuso por el repentino lloriqueo hasta que luego de unos segundos sé acordó que cuando aterrizó por primera vez, golpeó al Zerg' de alto rango en este lugar y saco un pequeño cachorro humano de las ruinas.

Lo había estado cargando todo este tiempo mientras golpeaba insectos.

El pequeño pudo haber estado traumatizado por la movida y solo comenzó a llorar hasta ahora.

Gina dirigió su mirada en blanco y bajo a la cachorra humana al suelo con cuidado. La pequeña que antes vestía un hermoso vestido de princesa ahora estaba cubierta de polvo por haber caído antes, incluso tenía unos pequeños raspones de sus heridas anteriores, pero no había sangre alguna en su cuerpo a pesar de estar en medio de la batalla, Gina tampoco tenía una sola mancha en su cuerpo y se puede notar enseguida qué fue obra suya.

La pequeña humana estaba muy concentrada en llorar para notar la atención del contrario.

Los grandes ojos rosados soltaron lágrimas mientras su garganta se ahogaba en sollozos. Gina la observó en silencio unos segundos y agachó su cuerpo para poder estar a su altura, estiró su mano y frotó la esquina de sus ojos con cuidado, limpiando aquellas lagrimas saladas.

Gina no tiene el interés en los cachorros de su propia especie, mucho menos de otras, pero fueron solo esos ojos rosados qué se le hacían tan familiares lo que provocó su sumo cuidado y atención.

Sin embargo el pequeño sol que antes brillaba no dejaba de llorar al recordar el cuerpo inerte de su madre en el suelo.

Entonces se dio el siguiente acto en donde el pequeño derramaba lagrimas y el grande las limpiaba pacientemente.

Esa fue la escena qué vio Andrew al acercarse a la escena. Sus ojos azules brillaron al observar al "hombre" frente a sus ojos.

Aunque tenía una apariencia humana, cualquiera que lo vea sabría enseguida qué no es humano realmente. Aquella altura de casi dos metros, orejas puntiagudas, una piel pálida, pero sobre todo por aquel par de ojos blancos.

El llanto de la pequeña parecía tener una especie de atracción para estas criaturas. Aquellos que estaban dispersos se acercaron de repente hacía el par en el suelo y observaron a la niña de no menos de 7 años llorar.

Todos eran altos, incluso las mujeres parecían medir alrededor de 1′80 cm. No obstante, este grupo de cinco se puso en cuclillas y convenció a la niña para que dejara de llorar, pero eran torpes y estaban confundidos sobre sus lágrimas.

"¿Este es un comportamiento normal?, ¿Es que acaso los Tates no lloran?, ¿eso les causa curiosidad o un corazón blando?" fue un pensamiento que paso por su cabeza, y la verdad, no estuvo alejado de la realidad.

Los Tates no lloran. Los cachorros de su etnia incluso rara vez lloran a excepción de cuando son recién nacidos, y aún así son muy silenciosos. Ver a un cachorro humano tan pequeño y similar a los suyos llorar tan suavemente los hizo curiosos por un momento, aún sabiendo que este no era un cachorro de los suyos.

Era también muy evidente que no tenían la menor preocupación por esta "guerra", ni siquiera tenían la ropa arrugada.

Pero esto no era motivo para no preocuparse. Hace media década los Tates también intervinieron en una guerra humana contra los Zerg's, pero causaron problemas para ambos lados y el imperio perdió a su anterior Mariscal.

Ahora, nuevamente volvían a intervenir en una guerra y ya no eran solamente bestias, sino que también tenían una apariencia similar a los humanos. Esto solo significaba qué habían evolucionado. Sus armas no eran capaces de hacerle frente a sus cuerpos robustos, ¿tienen siquiera una oportunidad frente a ellos ahora?, recordando como acababan tan fácilmente con los Zerg's de alto rango el rostro de Andrew era oscuro y su energía estaba en completa guardia para un ataque en cualquier momento.

Gina y el resto ya habían sentido la presencia de los humanos, pero no les importaba. Sin embargo aún recordando las palabras de Taiyang, Gina cargo a la niña y se acercó hacía ellos.

Andrew lo observó con recelo.

Cuando estaban frente a frente lo primero que vio fueron esas espeluznantes pupilas casi completamente blancas qué se encogían como una aguja mientras lo observaban. Fue horrible, como una potencia de clase 3S no había nada que pudiera hacerlo sentir amenazado, pero cuando fue observado por aquellos ojos su cuerpo entero se sintió reprimido y no podía moverse.

Si embargo esa sensación solo estuvo en su cuerpo por unos segundos y luego desapareció como si nunca hubiera estado.

⎯ Queremos negociar con ustedes. ⎯ Declaró con arrogancia.

Andrew sintió que solo estaban avisando, sus palabras decían venir a negociar pero su actitud no les daba la oportunidad de negarse a esta "negociación"

Observando sus acciones miles de pensamientos corrieron por su mente para luego declarar su opinión.

⎯ Entonces, por favor. Síganme. ⎯ Antes de continuar quiso tomar a la niña en sus brazos, pero Gina fue más rápido y lo esquivo.

Andrew tenía sus brazos extendidos y observó como la otra parte entregaba la niña a sus asistente. La expresión en su rostro casi se quebró. "¿Tenía algo contra él?"

Si no fuera por el rostro inexpresivo de la otra parte, y que no tenían ningún rencor, pensaría que es personal, pero después de ese acto inexplicable el grupo de cinco integrantes de Tates de alto rango los siguieron obedientemente.

Antes de subir al mecha el asistente le recordó al Mariscal con dudas sobre las bestias golosas aún en el planeta.

Andrew miro a Gina, el que era obviamente la cabeza de este grupo.

Gina miro a un Tate particularmente corpulento y este entendió de inmediato.

⎯ No voy. ¿A quién le interesan sus charlas aburridas?⎯ Después decir eso se dio la vuelta y comenzó a gritarle a algunos Tates cercanos.

Al parecer él iba a encargarse de que todos se fueran de regreso. El asistente del Mariscal se veía un poco incómodo, pero no dijo nada más y llevo a la niña para buscar a sus familiares.

La Receta Para un Matrimonio Interestelar Where stories live. Discover now