Capítulo O26.

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Kannon se divide en distintos rangos dependiendo de la capacidad de cada Tate, una parte de la población es capaz de transformarse y viven su vida de una manera sencilla. Si se pudiera poner en palabras, eran como los humanos de una época antigua mezclado con fantasía.

Gina sostenía en sus brazos a Reich y TaiYang se sujetaba a su brazo debido a la nieve que le dificultaba el caminar.

Incluso con el clima helado, había puestos en las calles y eran especialmente animados. Había varios niños corriendo de aquí y allá. De vez en cuando, alguno se detenía para mirar hacía Reich con curiosidad, sin embargo era un vistazo, al observar el rostro en blanco de Gina volvían a jugar entre ellos.

⎯ ¿Qué necesitan comprar? ⎯ Preguntó Gina. Aunque se había ofrecido, no sabía que necesitaban en verdad. Si hubiera ido sólo, podía haber comprado todo lo que encontrará, pero como TaiYang vino con él, prefirió preguntar.

TaiYang miró alrededor. ⎯ ¿Hay una tienda de ropa?, quiero comprar un par de atuendos para Reich.

Gina asintió, miró alrededor, y después de unos de unos segundos caminó en una dirección determinada.

Era un edificio de tamaño mediano, Gina abrió la puerta y le indicó que entrará.

⎯ ¡Bienvenidos!, ¿En qué puedo ayudarlos?⎯ Al entrar, una chica con el cabello negro los recibió con una sonrisa rígida.

TaiYang casi pensó que se trataba de una humana, si no hubiera visto las escamas negras que cubrían sus mejillas. Miro su expresión y le pareció curioso lo tensa qué se veía.

Él sonrió. ⎯ Estoy buscando ropa para mi hijo.

Los ojos de la encargada brillaron y volteo a ver a Reich. Al verlo no pudo evitar decir con emoción. Su sonrisa se veía más natural: ⎯ ¡Un cachorro tan lindo!, sus ojos parecen cristales preciosos.

Reich se sintió avergonzado, cerró los ojos y escondió la cara en el pecho de Gina. La encargada no pudo evitar reírse. ⎯ Hay unos trajes hechos de cryseal que tienen un diseño muy hermoso. Nuestro diseñador se inspiró en los trajes hechos por los humanos.

TaiYang se sorprendió. ⎯ ¿Inspirado en trajes humanos?

La encargada pensó que estaba sorprendido, ella le explicó. ⎯ Si. Es un nuevo diseñador que patrocina nuestra tienda, aunque hemos tenido percances con los humanos, no podemos negar que son criaturas muy ingeniosas, ¿no? Sobre todo al crear vestimentas para sus cachorros humanos, ¡como podríamos perder una oportunidad tan fabulosa!

Tomó uno de los trajes en los percheros y se lo mostró a TaiYang. ⎯ Cómo están hechos de Cryseal son un poco más caros, ¡pero puede usarse hasta que el cachorro sea juvenil!

Esta explicación sonó casi en automático. Al parecer era algo que siempre decía.

TaiYang miró el traje en mano. Era como el pijama de una sola pieza de dinosaurio que le había comprado antes a Reich, es solo que este era un traje de un panda rojo, la cola se veía especialmente mullida.

⎯ ¡Me encanta!⎯ TaiYang se olvidó del asunto de los humanos y se interesó en los atuendos creados por los Tates.

Su calidad, diseño y creatividad para recrear los trajes y ropas de la humanidad era miles de veces más grande que la de los humanos.

Vio muchos trajes y ropas que le hacían ilusión, pero al final sólo tomó unos pocos atuendos para que pudiera cambiarse entre semana. Aún recordaba que el dinero no era suyo y que este tipo de ropa era bastante cara.

⎯ Bebé, ven y pruébate esté traje. ⎯ TaiYang tomó a Reich en brazos y tomó un pequeño traje azul marino con bordes blancos.

Gina miró como TaiYang había seleccionado sólo dos pares de ropas para Reich y uno para si mismo, y se volteo hacía la encargada de la tienda.

⎯ Empaca un juego de cada ropa y zapatos de ahí. ⎯ Gina señaló aquellas prendas que TaiYang había codiciado para Reich junto con la encargada.

Los ojos de la misma brillaron de emoción, ¡Era una gran compra! ¡cumplió el objetivo!⎯ ¡Enseguida!

⎯ Oh, y una copia para él también, de aquí a allá. ⎯ Gina volvió a señalar una sección diferente, sin embargo estos eran para TaiYang.

Los ojos de la encargada estaban entrecerrados de la alegría. ¡El esposo de este cliente era muy rico!

Cuando TaiYang salió del probador con Reich, Gina ya había pagado todo.

⎯ Vamos. Hay otra tienda cerca donde puedes comprar las cosas necesarias que les faltan. ⎯ Tomó en sus brazos a Reich, quién parecía un pequeño soldado.

TaiYang miró confundido. ⎯ ¿Pero y las cosas?

⎯ Le he dado la dirección. Todo será entregado a la casa. Así que no te preocupes y sigamos adelanté. ⎯ Gina apoyó su mano contra su espalda mientras lo guiaba hacía la salida.

⎯Oh, es así. Entonces vamos. ⎯ TaiYang se sonrojo. Gina siempre estaba cuidando de él como un niño, le hacía avergonzarse un poco. Viéndolo sostener a Reich así, casi parecían una pequeña familia.

⎯ ¡Adiós, vuelva pronto!⎯ La encargada vio como la familia se iba y se despidió especialmente.

⎯ ¿A dónde vamos ahora? ⎯ Inhalo del viento helado para enfriar su cara. Unos segundos después, retomó su actitud anterior.

⎯ Por aquí. ⎯ Gina guio a TaiYang a través de todo el pequeño mercado y por algunas tiendas grandes, comprando todo lo necesario para decorar su hogar. TaiYang también se dejó llevar en algún momento y le decía a Gina que era necesario y que no, que no comprara indiscriminadamente.

Pasaron toda la mañana de esa forma, cuando reaccionaron, ya era más del mediodía.

Reich palmeo el hombro de Gina. ⎯ Tengo hambre.

TaiYang, que estaba a su lado, lo escucho. ⎯ Es cierto. Hemos pasado aquí toda la mañana. ¿Hay un lugar donde vendan comida?

Gina, a quién Reich le estaba mordiendo el hombro para moler sus dientes, y para distraerse del hambre, negó con su cabeza.

⎯ Hay un puesto donde venden carne, pero es carne cruda. ⎯ Gina había visto que toda la comida de TaiYang y Reich era cocinada, así que había tirado al fondo de su cabeza que también podían comer carne cruda como los Tates normales.

TaiYang asintió. ⎯ Compremos un poco y luego volvamos a casa a cocinar. Reich, no muerdas a Gina, cariño.

Extendió la mano mano para pellizcar la mejilla de Reich. A este tipo le gustaba poner sus dientes sobre Gina cada vez que podía. ⎯ Tú también, no dejes que te muerda todo el tiempo.

Gina asintió obedientemente, una sonrisa cruzó por sus ojos por un momento, pero fue efímera. Si no hubiera guardado su cola, quizás ya estaría moviéndose de un lado a otro. 

La Receta Para un Matrimonio Interestelar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora