Capítulo O33.

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A la mañana siguiente, el último en despertar fue Taiyang. Sentía su cuerpo envuelto y firmemente agarrado, pero debido al clima helado del planeta, se sentía muy cómodo como para pensar en moverse.

Entrecerró sus ojos, negándose a despertar por completo. Sin embargo, sus sentidos estaban mucho más despiertos que él.

Lo primero que notó fue que el colchón bajó su cuerpo se había vuelto mucho más duro. La mano libre tanteó el duro colchón, la sensación no era dura completamente pues el tacto era suave y firme. Su curiosa mano se hizo un camino hacía arriba hasta que tocó un bulto mucho más blando que el resto.

Por un momento, recordó la sensación de amasar y sus manos se apretaron. El colchón bajó su cuerpo se puso rígido por un momento.

Rígido.. ¿Rígido?

Ahora fue el turno de Taiyang de volverse rígido.

En ese momento, la voz de Reich sonó en la habitación.

⎯ Mamá, ¿Qué estas haciendo?

Taiyang abrió los ojos de golpe. La imagen era claramente distinguible ahora.

El colchón duro que sentía era el cuerpo de Gina, ¿en que momento se había subido?, su cabeza casi se nublo y miró la masa en su mano.

Gina anoche se había puesto una túnica negra con bordes plateados, pero debido a que se durmió no mucho después de que empezará a jugar con Reich, Taiyang no aprecio su apariencia con atención.

Ahora, no sólo estaba apreciando la belleza directamente sino que incluso la estaba manoseando. La mano inquieta estaba sobre el pecho blanco, apretando ligeramente. Su cuerpo anteriormente había estado recostado encima del otro y su ropa era desordenada. Taiyang tenía una visión completa del paquete de cuadros de su abdomen e incluso creía ver una línea de líquido trasparente en ellos.

Inconscientemente, se llevó una mano a su boca.

Reich miró a su madre y luego miró a Gina, quién había estado mirando al techo durante un tiempo.

Taiyang obviamente se dio cuenta de que estaba despierto y su vergüenza fue mayor. ⎯ ¡No mires!

Gina respondió. ⎯ Soy ciego. ⎯ Y volvió a cerrar los ojos en cooperación.

Taiyang volteo la cabeza y Reich aprendió de Gina, cubriéndose los ojos y volteando hacía la pared. ⎯ ¡Se fue la luz!

Con el rostro ardiendo, se levantó rápidamente y camino hacía el baño para lavarse ignorando a los dos en la habitación.

¡Estaba muy avergonzado!, pero la sensación en sus manos fue de primer nivel..

En la habitación, Reich se acercó extendiendo sus brazos mirando a Gina, quién se había sentado en la cama. ⎯ Yo también quiero.

Gina levantó el pequeño cuerpecito y lo sentó en su regazo. ⎯ ¿Qué quieres tú también?

Reich extendió sus pequeñas manos maliciosas y tocó el pecho grande de Gina. Antes de poder reaccionar, sintió una sensación familiar en su pecho: un mordisco.

Gina: ....

Mirando al pequeño enano que aprovechaba toda oportunidad para darle un mordisco, se preguntó si Taiyang también tenía esa costumbre.

No se enojó, pero revolvió el cabello del pequeño maleante. ⎯ ¿Qué haces mordiéndome?, ¿afilas tus dientes contra mi pecho? ⎯ Los dientes de Reich eran afilados, aunque Gina solo sintió un piquete.

Reich solo mordió por unos segundos. La piel blanca sobre su pecho tenía una marca de dientes visible.

Contento, palmeo su obra maestra y le dijo en reproche. ⎯ Tú olor es muy fuerte. No me gusta.

La Receta Para un Matrimonio Interestelar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora