Capítulo O3O.

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Taiyang esta molestó.

Gina, a su lado, lo ayudó a cortar tiras de carne y lavar las verduras.

Y el brillante delantal rosa está atado con firmeza a la estrecha cintura de Taiyang.

Las cosas han demostrado que tiene una mente muy sucia.

⎯ Están limpias. ⎯ Gina colocó las verduras cortadas en un bol y lo puso a su alrededor.

Taiyang lo miró con el rabillo del ojo. Las manos de Gina son más grandes que las suyas y sus dedos son largos, la punta de sus dedos poseen unas uñas que son ligeramente más largas que las normales, puntiagudas y afiladas, con una belleza cautivadora. Y esas mismas manos que cortan las verduras rodearon su cintura para amarrar el cordón de la ropa. Estaba seguro que si estuvieran envueltas sobre su cintura se sentiría muy bien. Su cabeza volvió a llenarse de desperdicio no apto y no reaccionó hasta que sintió a Gina acercarse nuevamente.

⎯ Tú... Quédate ahí, no vengas tan cerca. ⎯ Había un color rosado en sus orejas que Gina notó, sin embargo recordando el rostro molesto de Taiyang, no dijo nada y obedientemente se quedó en su lugar.

Taiyang tomó aire y se tranquilizó. Admite que parece sentir una ligera atracción hacía Gina, sin embargo su razón le dice que no puede ir demasiado rápido y que debe primero estabilizar su situación. Tampoco está solo, incluso si está interesado, debe pensar en Reich.

Pensando en ello. Por fin estabilizó sus emociones a un nivel normal y comenzó a instruir a Gina para que lo ayudará con las cosas.

Gina es un novato, pero es inteligente y eficiente. Con una pequeña instrucción ya sabe que hacer. Es el ayudante de cocina ideal según Taiyang.

La carne se estaba friendo y el aroma era seductor. Su estómago gruñó, pero estaba pensando en lo que dijo Gina.

Los alimentos normales humanos no lo satisfacen. Recordando a los Tates que se escapaban al territorio humano no pudo evitar pensar que ellos quizás tampoco pudieron resistir la tentación.

Sin embargo, si no pueden encontrar algo que en verdad los satisfagan. ¿Se canibalizaran entre sí hasta la extinción?, Gina le comentó, y aunque fue superficial, él también pudo darse cuenta que este era un problema étnico que era especialmente grave.

⎯ ¿En verdad no existe un método que pueda solucionar el insaciable apetito? ⎯ No era la primera vez que preguntaba exactamente lo mismo, sin embargo Gina no tenía problemas con responder todas y cada una de las veces.

Esta vez lo pensó con atención. Lógicamente hablando, el apetito nunca estará satisfecho, pero la sensación de hambre disminuye bastante y es casi lo mismo. ⎯ A menos que se encuentre un alimento o una forma capaz de estabilizar la energía en el cuerpo de cada tate, es casi imposible. Al menos hasta el momento todavía no se ha encontrado.

Su poco confiable emperador siempre está buscando una forma de lograrlo, pero han pasado cientos de años y aún no hay resultados.

Taiyang asintió en comprensión. Sus manos no se han detenido en ningún momento, pero sus ojos volvieron a caer en el rostro inexpresivo del hombre a su lado.

Debe decir que Gina tiene una apariencia que crece bajo su tipo ideal de pareja. Incluso los músculos abultados pero sin exagerar de su cuerpo lo llaman para que presione y toqué a su antojo.

No, nuevamente. ¿Es un pervertido acaso? ¡Desperdicio!

Gina sintió la mirada, sin embargo su cabeza no daba tantas vueltas y preguntó directamente. ⎯ ¿Se ve bien?

Taiyang pensó que se estaba burlando de él y estaba a punto de decir que no, pero observando los ojos blancos que lo miraban sin ninguna clase de suciedad, no pudo decir nada en contra de sus pensamientos.

⎯ Se ve bien. Muy guapo. ⎯ Sus orejas ardían con vergüenza, pero Gina estrecho los ojos con placer y la curva de sus labios se alzó revelando su buen humor.

Taiyang no se resistió a abrir la boca nuevamente. ⎯ ¿por qué?, ¿tan contento?

Gina asintió. ⎯ Te gusta, entonces me gusta.

Taiyang decidió no volver a abrir la boca durante el resto del proceso de cocina.

Cuando salió, las puntas de sus orejas no eran lo único rojo. Su rostro también tenía un persistente tono rojizo.

⎯ ¡Mamá! ⎯ Reich había llegado en un momento desconocido. Fue obediente porque sabía que su madre estaba cocinando con Gina, así que espero hasta que saliera por su cuenta.

Taiyang se agachó y tomó a su lindo cachorro en brazos. Antes de poder besar su rostro, Reich ya se había adelantado dándole un sonoro beso ruidoso.

Los ojos se Taiyang brillaron con una sonrisa. Su hijo ahora estaba mucho más dispuesto a ser activo que cuando lo conoció la primera vez.

Correspondió a su beso, revolviendo su cabello negro en el proceso.

⎯ ¿Qué haces aquí? ⎯ Gina era la mano de obra. Mientras padre e hijo tenían un afectuoso encuentro, él llevaba los platos con carne hacía una pequeña mesa.

Al parecer, no tenía la intención de servirlos en la gran mesa grande. Sino darles de comer a las pequeñas alteza en el mismo lugar de la cocina.

Rogué y Rey también estaban ahí, al principio con la excusa de ver cocinar a Taiyang para poder seguir a Reich, pero una vez vieron los platos cocinados olvidaron a su precioso bebé y se sentaron a comer.

Rogué no se olvidó de llamar. ⎯ ¡Bebé, ven a comer!

Reich frunció los labios. Obviamente no dispuesto a dejar a su madre, aunque fuera por comida. Eran unos raros momentos pegajosos.

Taiyang quería reír, su hijo era muy lindo. Antes de poder decirle que fuera a comer con tranquilidad, fue sacado de sus brazos de repente.

Volteando el rostro, fue Gina el perpetrador.

⎯ Ve a comer. ⎯ Solo había sostenido a Reich un par de veces, pero ya era competente en habilidad.

Su voz era baja, aunque su mando era firme todavía había un raro toque de mimos en ella cuando hablaba con Reich, como si lo persuadiera de no ser travieso.

Reich tenía un gusto especial por Gina y no lo repudiaba. Frotó su rostro contra barbilla y obedientemente se fue a sentar con el resto de pequeños golosos.

Taiyang miró con ojos brillantes. ¡Ambos eran muy guapos!, la belleza adorable de Reich frotándose contra Gina, aunque no se parecían físicamente era como ver a un lindo animalito acariciando a un gran carnívoro, poseía una sensación grata de ver.

Y también, Taiyang era capaz de ver el agrado que tenía su hijo por Gina. Al parecer no era el único en los ojos de su pequeño.

Se acercó acercó a Gina y le murmuró. ⎯ Pareces que te llevas bien con Reich, ¿Cómo lo hiciste?

Gina disfrutaba del acercamiento de Taiyang. Ladeo su cabeza en su dirección y respondió. ⎯ Mirándote.

Taiyang se confundió. ⎯ ¿Mirándome?

Gina asintió. ⎯ Le gustas mucho. Eres un excelente padre. Solo estoy imitándote.

Aunque no sabía si era verdad o no las palabras de Gina, le encantaba escucharlo alabarlo sobre su pequeño.

⎯ Está bien, tienes la boca llena de dulce. Me gusta. ⎯ Taiyang decidió ignorarlo por un tiempo, o pronto sus orejas se caerían. 

La Receta Para un Matrimonio Interestelar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora