3 computadoras y 5 monitores.
Fue lo que pedí que prepararan y en menos de una hora. Un escritorio entró en la habitación e instalaron la computadora y el monitor más modernos.
"Ahora, dime qué harás"
El jefe Ilya hablo mientras estaba sentado en la cama con la pierna cruzada.
"Aunque la moneda virtual es la más volátil, también es fácil ganar mucho dinero en un corto período de tiempo. Incluso si no lo explico, sabrá que cuanto mayor sea la inversión, mayor será el dinero que ganará".
"¿Vas a recuperar el dinero que perdiste invirtiendo en moneda virtual?"
Las comisuras de los labios de Ilya se elevaron bruscamente. Era natural ser escéptico ya que había perdido una gran cantidad de dinero en criptomonedas.
"¿Qué tipo de fraude planeas hacer esta vez?"
Su tono era cínico, como si estuviera diciendo que lo intentara, pero si cometía algún error, moriría.
"Fue una estafa. Ya no quiero meterme en problemas"
Los ojos color esmeralda me miraron, como si tratara de captar otras intenciones, pero no evite su mirada fría y le devolví la mirada.
Nuestros ojos se encontraron y los pocos segundos que pasaron, se sintieron sofocantemente largos.
Tal vez sea porque su color de ojos que no era común en Corea.
Cada vez que los observaba, era como mirar una estrella, captando la luz y brillando como una canica.
Aunque luce una mirada amarga que nunca podría llamarse hermosa; si lo observas, era como caer en una trampa.
Si alguien lo escuchará, pensaría que es una locura afirmar que los ojos de su jefe son bonitos, comparados con el hombre que se encuentra como jefe de la mafia rusa. Pero no pude evitar que mis ojos siguieran cayendo.
"Haz lo que quieras. No sería una mala idea tratar de hacer lo mejor que puedas mientras estés vivo".
Es más absurdo burlarse que decir abiertamente que quieres matar a alguien.
Pero no tengo tanta suerte como para señalar eso, así que simplemente me encogí de hombros y sonreí con picardía.
Ilya se levantó de su asiento y se acercó.
A medida que la distancia entre nosotros se acortaba, el dulce aroma se hacía más y más fuerte.
Mis cejas se arrugaron involuntariamente mientras mis ojos bajaban ante el aroma único que era diferente del perfume. Estaba a punto de reírme, pero ya era demasiado tarde.
"¿Tienes alguna queja?
Tengo muchas quejas'
He sido secuestrado y llevado al otro lado de la frontera ¿Cómo puedo no tener ninguna queja?
Además, estoy siendo detenido, amenazado de muerte e incluso sometido a trabajos forzados.
'¿No tendrías ninguna queja si fueras como yo?'
"¿Cómo podría tener alguna?"
Es una pena que no pueda expresar mis verdaderos pensamientos.
Yo también crecí sin inclinar la cabeza ante nadie... Bueno, eso fue hace algunos años.
Bajé la mirada porque la amargura estaba a punto de estallar, pero escuché un sonido chirriante.
Sus dedos largos se extendieron para agarrarme la barbilla y levantar mi cara. Gracias a él, obligué a mis ojos a encontrarnos de nuevo.
