Apuñalar por la espalda

401 72 2
                                    

El interior de la mansión era como un iceberg que estaba rodeado de una capa delgada de hielo. Todos evitaban hacer algún ruido y hasta temían respirar.

Cuando alguien tocaba algo y emitía un sonido de traqueteo, todos volvían su atención hacia él.

Toc. toc

Andrei llamó a la puerta de Ilya.

No hubo respuesta desde adentro de si podía entrar o no. 

Víktor, de pie junto a la puerta, gimió y sacudió la cabeza.

Entrar ahora no era una decisión muy inteligente. Pero Andrei respiró hondo y giró el pomo de la puerta.

La puerta se abrió y un cuarto oscuro fue todo lo que podía ver. La puesta del sol, había pasado hace mucho tiempo y las luces de la habitación no se habían encendido.

<Es Andrei. ¿Puedo encender la luz?>

Una vez más, no hubo ninguna respuesta. Sin embargo, el aire pesado era sofocante y se podía percibir claramente.

Cuando encendió el interruptor en la pared, vio a Ilya, sentado en una silla grande frente a la ventana, sosteniendo un vaso de vodka.

<Jefe.>

Lentamente giró la cabeza ante la llamada de Andrei.

El escultural rostro, había borrado por completo sus emociones, solo los ojos color esmeralda eran deslumbrantes.

<¿Lo encontraste?>

No hizo más preguntas.

Andrei sintió que se le secaba la boca. Su jefe estaba realmente enojado. Sus ojos y su tono eran tan fríos que podía sentirlo incluso con esa breve oración.

<Esto...>

¡Crash!

Antes de que pudiera terminar de hablar, Ilya arrojó el vaso que sostenía. El vidrio y la ventana chocaron y se hicieron añicos con un fuerte ruido.

Los hombres que esperaban afuera, sabían lo que había sucedido y aún así saltaron sorprendidos. Todos se estremecieron ante el sonido del vidrio rompiéndose.

Andrei suspiró e hizo señas a sus hombres para que se fueran. Antes de que Víktor se fuera, miró a Andrei para comprobar si realmente estaba bien, pero Andrei fingió no verlo.

No había nadie quien pudiera ayudar. Todo sería lo mismo mientras no encontraran a Ryu Jin, quien había desaparecido, como si se lo hubiera tragado el infierno.

Ya que no podía dar la información que quería el jefe, preferiría que todos se mantuvieran fuera de esto.

<Hay algo que debe comprobar.>

Para Andrei, era difícil lidiar con un Ilya que estaba realmente enojado. Pero ¿Cuándo fue fácil de tratar?

Andrei extendió un pedazo de papel frente a Ilya.

Ilya bajo la mirada y revisó el papel.

<¿Qué es esto?>

<Estas son las cantidades que Ryu Jin depositó en la cuenta del jefe.>

¿Qué significaba esto?

Con esa expresión en su rostro, frunció el ceño y recibió el papel. Sin embargo, los ojos de Ilya, que estaba leyendo atentamente, se hicieron más y más grandes.

Pronto, una arruga oscura quedó grabada en su frente.

<¡Ja! Maldito bastardo>

El papel que sostenía se arrugó cuando apretó la mano y venas azules brotaron del dorso de la mano de Ilya. Estaba conteniendo su ira hasta el punto en que sus puños apretados comenzaron a temblar.

¿Será buena idea estafar a la mafia rusa?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt