El tiempo pasó sin detenerse.
Después de confirmar que la presión arterial de Jin se había estabilizado después de la transfusión de sangre, viajaron hacia la mansión.
Sin embargo, pasó otra semana sin cambios.
El médico tratante de la organización, revisaba el estado de Jin tres o cuatro veces al día, pero no había signos de que despertaría pronto.
'¿Podría ser que realmente tuvo muerte cerebral?'
Los miembros de la organización murmuraban en silencio entre ellos. Sin embargo, nadie se atrevió a decirlo frente a Ilya.
Además, había muchas cosas que debían resolverse, como reparar la mansión y ocuparse de las secuelas del conflicto con Imran.
Aparentemente, Ilya había regresado a su rutina normal, pero cuando lo veían, los miembros de la organización se paralizaban y nadie podía respirar con normalidad.
Por primera vez, sintieron la esencia sanguinaria de su jefe.
En el pasado, a veces el aire alrededor de su jefe se volvía gélido, pero normalmente era un jefe tranquilo y racional. Todos sabían que era una persona que no era buena en expresar sus emociones.
Incluso Andrei y Natasha no sabían cómo enfrentarse a él.
Después del trabajo, Ilya regreso a revisar el estado de Jin, como si fuera algo natural.
<¿Cómo está?> Le preguntó a Natasha, quien estaba al lado de Jin durante el día.
Natasha apretó sus labios secos y sacudió la cabeza.
Después de su respuesta, el aire alrededor de Ilya volvió mucho más pesado.
<En Corea... ¿Necesito contactar a alguien?>
<¿Corea?>
<Me refiero a la familia de Jin. En su información nunca vi la palabra huérfano>
Ilya solo se rió de sus palabras.
La información de Ryu Jin estaba llena de agujeros.
Claramente no era un huérfano. Era un estudiante normal que no ganaba nada de dinero. Pagaba costosas matrículas universitarias y la casa en la que vivía era demasiado grande y lujosa para que un huérfano viviera ahí.
Definitivamente tenía familia.
Sin embargo, después de que Ryu Jin fue secuestrado, no hubo investigación policial ni movimiento de los medios para encontrarlo. Después del secuestro, observó la situación en Corea, sin encontrar un solo reporte de desaparición.
<Incluso si muere, no hay nadie que llore por él>
Ilya chasqueó la lengua. Esas palabras sonaban bastante hipócritas, por lo que Natasha se rió amargamente.
<¿Ah?>
Natasha se volvió de Ilya a Jin y sus ojos se abrieron como platos.
<¡Se movió! ¡Lo vi, su dedo, su dedo se movió!>
Tan pronto como terminó de hablar, Ilya fue hacia la cama donde estaba acostado Jin y miró su rostro pálido. Sus párpados, que habían estado bien cerrados y sin movimiento en los últimos días, ahora temblaban.
"Ugh"
Jin dejó escapar un gemido bajo y lentamente, muy lentamente, levantó los párpados.
Frunció el ceño, como si la luz fuera muy intensa y lastimara sus ojos.
