Ignorando el cuerpo tembloroso de Jin, Ilya avanzó.
Wow, Parece que realmente estas tratando de congelarme hasta morir.
Aunque me queje por dentro, lo segui en silencio. Cada vez dolía más y más, no sólo la cabeza sino también los huesos de las extremidades.
¿Quién hubiera pensado que, con poco más de veinte años, tendría sentido decir que le dolían los huesos?
Caminaron sin detenerse a lo largo de la pared roja. Las maldiciones permanecieron en la punta de mi lengua, preguntándome cuánto tiempo más tendría que caminar.
En ese momento, estaba usando tenis, no botas, así que cuando caminaba, la parte interior se mojaba y me dolían los dedos de los pies.
¿Es este un nuevo tipo de tortura? ¿Qué hice mal? ¿Estaba tratando de congelarme antes de que llegue mi próximo celo?
Cuando mis dientes comenzaron a castañear por el frio, no pude aguantar más.
"¿No puedes mejor disparar y matarme de una vez?"
Olvide los límites. Incluso mi mente estaba nublada. Quería llorar de solo pensar que de verdad podía morir, ya que mi cerebro se sentía como si estuviera congelado.
"¿Qué?"
Ilya miró hacia atrás y frunció el ceño al ver que Jin lo miraba fijamente, casi suplicante.
Tal vez ese bastardo se había vuelto loco después de no verlo por unos días. ¿O le dispararon en la cabeza mientras miraba a su alrededor? Aparte de eso, no había nada que pudiera explicar lo que había escuchado hace un rato.
"No sabía que estabas tan ansioso por morir".
"¿Qué quiero morirme? ¿Quién quiere morir? Si vas a matarme, te pido que me mates de una vez".
"¿Quién dijo que te matara?"
"Estoy a solo un paso de morir congelado".
¿A punto? Después de exhalar en vano, Ilya miró detenidamente a Ryu Jin. Estaba temblando, sosteniendo la parte superior de su cuerpo con fuerza con ambos brazos. Sus labios se habían vuelto azules.
Las palabras 'voy a morir' no sonaron como una mentira.
"Solo con este frío..."
Ryu Jin era muy débil contra el frío. Hoy ni siquiera era un día muy frío para el clima invernal en Moscú.
Ryu Jin estaba tan furioso cuando escucho esas palabras.
"En Corea, son pocos días que son tan fríos, ¿No es así? No se puede comparar con la gente de aquí que ha estado acostumbrada a este frío desde la infancia".
"Tan ruidoso."
Ilya soltó un gruñido antes de acercarse a Jin y meter su mano dentro de su abrigo de piel.
Ah... así que cuando te pedí amablemente que me mataras, realmente me vas a disparar con tu arma... ¿Eh?
Ilya se quita el abrigo de piel y lo puso sobre los hombros de Jin.
Jin se sobresaltó y sus ojos quedaron estupefactos.
"Si lo arrastran por el suelo, te matare". Advirtió en voz baja y sus ojos color esmeralda brillaron con frialdad.
En ese momento, Jin recobró el sentido y agarró el dobladillo del abrigo de piel con las manos.
Ah
Cuando miré hacia abajo, me di cuenta que el abrigo me quedaba largo. No tenía una baja estatura en Corea, pero al lado de Ilya, era tan alto como su abrigo. Era algo atractivo.
