Mientras tenía pensamientos inútiles en su cabeza, escuchó un fuerte golpe.
La puerta se abrió y entró el asistente que había dejado para vigilar a Ilya.
{Ilya Galayev quiere ver a Su Majestad.}
{¿Tan pronto?}
No le sorprendió ya que lo estaba esperando. Aun así, no pensó que vendría tan pronto y solicitaría una reunión tan formal. Pensó que le tomaría al menos tres o cuatro días limpiar y reorganizar la mansión, que se había convertido en un páramo.
{Dile que espere un poco. Pronto le mostraré algo interesante.}
Imran se puso de pie. Los sirvientes que se mantuvieron en guardía desde lejos, fueron a la habitación donde estaba amarrado Ryu Jin y abrieron la puerta.
Tan pronto como la puerta se abrió, el profundo aroma floral se esparció, haciendo que sus ojos se desenfocaran y sintiera un mareo.
"Jajaja" La risa de Imran estalló.
Las feromonas eran tan fuertes que su cerebro estaba latiendo. Sentía que su cabeza estallaría de alegría por haber conocido a un Omega como él. Las ganas de hacer un desastre de Ryu Jin aumentaron.
"Eres terco." Imran lamió la mejilla de Jin con la lengua.
"Ugh" El cuerpo de Jin estaba temblando, pero apartó la cabeza.
"¿Crees que soportaras tu celo?"
Imran agarró el pene de Jin con una mano. Ya había salido una gran cantidad de líquido transparente que había mojado la parte delantera de sus pantalones.
"Me estoy volviendo loco".
Imran le bajó los pantalones y la ropa interior. Saboreó el aroma de sus feromonas que se hicieron más fuertes.
"¿Sabes lo mucho que estoy absteniendome para no tomarte ahora mismo?"
Imran empujó dos dedos entre sus nalgas. Su agujero se abrio tan fácil por el liquido espeso que goteaba y su pared inferior se agitó ante la invasión.
"Puaj..."
Jin apretó los dientes y tragó un gemido mientras sacudía su cuerpo. Sentía mucho, mucho dolor.
Como dijo Imran, no podría soportar su celo sin que nadie hiciera un desastre en su interior.
Su cabeza iba a explotar de tantos pensamientos de querer deshacerse del calor de su interior.
Si abría su boca, rogaría por que alguien lo abrazara. Estaba bastante seguro que se lo pediría a ese maldito bastardo con las piernas abiertas y con las caderas preparadas.
Un omega no era un humano cuando estaba en celo. Solo era un moustro poseído por la lujuria. Pero eso no le importaba ¿Qué otra cosa podría hacer si había nacido de esa manera? Y aunque en el pasado, había vivido de esa manera, ahora... No le gustó.
Ilya, incluso después de su primer celo juntos, nunca lo trato como un monstruo. Sus palabras nunca fueron amigables, pero la mano que lo sostuvo, siempre fue amable.
Nunca lo trató como si fuera un juguete sexual que había nacido para satisfacer a las personas, solo porque era un omega en celo.
Y días después de su celo, cuando lo atacaban las pesadillas, despertaba junto a Ilya.
Una vez, Ilya le había preguntado acerca de sus pesadillas, pero Jin lo negó, aunque Ilya sabía que Jin tenía pesadillas y le prestó más atención en esos momentos.
