CAPÍTULO 13: Frágil.

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Agua llena mis botas, en cada esquina, enfriando mis pies. Mi columna comenzó a sacudirse por reflejo, lo que asusto a Eamon y me envolvió en sus brazos, utilizando su cuerpo como mi escudo personal.

—Creo que habíamos hablado del espacio personal.

Gemma elevo una de sus cejas y le guiño el ojo a mi vecino, que en ese instante me dejo ir como si tuviese lepra. Reacomodo su cuerpo irguiendo su espalda y estiro su remera en el proceso. Sus mejillas apenas se habían coloreado de rojo.

— ¿A dónde estamos? —pregunte preocupada.

El agua se mantenía inamovible debajo de mis pies. Afuera era de día, el sol brillaba en lo más alto, pero nosotros nos manteníamos ocultos gracias a un bloque de cemento sobre nuestras cabezas evitando que los rayos tocaran mi piel. El hedor a putrefacción llego rápido hacia mi nariz y la arrugue por instinto. Era olor a barro y musgo mezclándose, podía reconocerlo de mis caminatas alrededor del lago de Central Park.

—Debajo de un puente su alteza —contesto Kimberly asqueada acercando su cabeza por debajo del paredón—. Si me lo permites Hayes, me gustaría liderar el camino.

Había algo en el tono de su voz, que no me agradaba, aunque no podía distinguir el porqué.

—Está bien Kimberly —le respondió mi amigo—. Sera mejor que te fijes que nadie nos vea saliendo de este lugar.

Vi como su cabellera dorada atada en una cola alta, se sacudía de un lado al otro mientras observaba sobre sus hombros si había alguien a la vista. Después de unos segundos, nos hizo una señal con su cabeza, y avanzamos.

Empujar el agua era fácil, lo difícil era el barro que me atraía hacia abajo gracias a los tacones que había decido usar. Sentí su cálida mano en lo bajo de mi columna ayudándome avanzar, y la mirada furtiva a lo lejos de Jayden observando nuestros movimientos.

La luz pego de lleno en mis ojos, obligándome a tapar mi rostro con el brazo. Los días soleados eran pocos últimamente en Nueva York, pero sabía que estábamos en Central Park, lo sabía tanto como las células de mi piel reconocían a Alba.

—Que hermoso día en Manhattan —comento Sophia ofreciéndome una sonrisa.

El agua nos había llegado hasta la cadera y no había explicación lo suficientemente rápida ni lógica para justificar porque habíamos salido debajo de un puente. Sin embargo, esto era Nueva York y un grupo de personas con las piernas embarradas era el grupo menos extraño que podrías encontrarte. Cómo amaba esta ciudad.

— ¿A dónde iremos primero? ¿O cuál es el plan realmente?

Una piedra se había metido en mis zapatos. Me saqué una de las botas y cuando estuve a punto de inclinarme sobre un árbol, la mano de Eamon me encontró a medio camino y me ayudo a sostener. Nos quedamos allí, devorándonos en los segundos que transcurrían.

—Primero a Blue's, tenemos que hablar con Cade, y encontrar una excusa lo suficientemente creíble para explicar nuestra repentina ausencia.

Ben sacudió su cabeza claramente afligido, no tenía que decírmelo, esta situación seria difícil para ambos ya que nos agradaba Cade.

—Eso iba a suceder eventualmente —cada vez que Eamon hablaba su voz era melodía para mis oídos y no podía evitar observarlo embelesada como un encantador de serpientes— Solo que mucho antes de lo que pensábamos.

—No entiendo porque debemos darle una explicación al humano —añadió Lexi mirándose las cutículas. Todos los gestos de su cuerpo indicaban que prefería estar haciéndose una lobotomía antes de estar allí conmigo—. No se merece nuestro tiempo.

La Pieza Inquebrantable (#1 EL MUNDO OCULTO)Where stories live. Discover now