CAPÍTULO 47: Incierto.

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Las estrellas eran las protagonistas de la noche, y podía jurar que cada vez que mi corazón latía, ellas brillaban un poco más en el cielo. Había acompañado a mi hermano a su habitación, asegurándome que nadie lo fuese a molestar. Y ahora, me dirigía decidida a encontrarme con Eamon, quien me esperaba en el jardín de la reina.

Haber hablado con Christian me había esclarecido los pensamientos en mi cabeza, que usualmente se encontraban dentro de una gran tiniebla buscando ese faro de certidumbre que muchas veces no sabía encender, a causa de mis inseguridades. Eamon aún no estaba al tanto de mi decisión, pero después de todo lo que había sucedido con nosotros y la batalla de piedra, estaba completamente convencida de que era él, el dueño de mi corazón. Le había prometido una decisión cuando tuviese mis muñecas marcadas, una vez que encontrara mi rumbo en aquel camino ambiguo en el cual me encontraba. Entre aquel muchacho que me hacía sentir bien o el que realmente hacía que mi corazón bombeara más rápido de lo que jamás hubiese experimentado. Porque no era solo su esperanzadora mirada verde la que me hacía sentir viva, sino el presentimiento de que no importase qué, él siempre estaría a mi lado. Lo había probado más de una vez. Incluso cuando yo había sido cruel con sus sentimientos, y lo había alejado de mí, siendo que Eamon tan solo quería recuperar el tiempo perdido entre nosotros.

Jugaba con mi anillo de plata, aquel con el topacio dorado siendo la representación del don que ambos compartíamos. La telequinesis. El don que me había salvado más de una vez, en situaciones de peligro, tan solo porque la conexión cruda que compartíamos con Eamon había sido más fuerte que el hechizo de Alice, permitiendo con el roce de nuestra piel, el traspaso de dones. Si, al principio me negaba a quedarme en esta realidad y tenía los recuerdos de mi infancia en Alba bloqueados —la infancia que habíamos compartido juntos— siendo aquellos los factores principales que me habían llevado a ser tan ciega. El destino me había dado aquel muchacho leal de bucles cobrizos para demostrarme lo que realmente era y lo amada que me podía sentir.

La verdad es que yo siempre había sido especial ante sus ojos y no podía pedir nada más.

El tintineo de mis tacos contra la loza se oían solitarios, Lloyd usualmente estaba allí haciendo de eco de mis pasos. Él me habría acompañado hasta los jardines y en su silencio, mi ansiedad hubiese disminuido. Debía buscar una manera de averiguar sobre la vida de aquel joven sirviente vampiro que me había ayudado el último mes. Tal vez para asegurarle a su familia o cualquier ser querido, que él había muerto siendo un luchador, ayudándome a escapar. Con el sabor a medias de libertad en su boca.

Apoye dos de mis dedos sobre mi muñeca, ralentizando mis latidos, necesitaba que la angustia disminuyera tan solo un poco. El consuelo de que todo sería un poco mejor mañana era lo único que me tranquilizaba realmente. Yo haría que todo fuese mejor. Para mí, para Alba.

Con las yemas de mis dedos, acaricie la brisa tibia de verano a mi alrededor, utilizar mis diversos dones con otra libertad, se sentía bien. El aroma a pasto recién cortado y rosas de Albus me reanimaban la piel. El calor había causado que mis mejillas se tiñeran de carmín, y mis labios sabían a cereza a causa de un labial que Gemma me había traído de Nueva York. Las luces blancas que habían colocado para mi cumpleaños, aún enredadas alrededor de las ramas de los árboles en el jardín oeste, le daban un aspecto moderno al castillo. A medida que avanzaba hacia las puertas de Albus, el sonido incesante del Mar Eterno apenas rozaba mi espalda.

Toque con la punta de mis dedos las columnas de la galería, bañando aquel blanco inmaculado y puro de un nuevo color. El verde penetrante de la vegetación. Enredaderas de hojas tan grandes como pequeñas ascendieron hasta el techo donde al encontrarse con la pared comenzaron a subir hasta una de las torres. No deteniendo su paso hasta la cúpula. Llenaría de vida esta fortaleza.

La Pieza Inquebrantable (#1 EL MUNDO OCULTO)Where stories live. Discover now