CAPÍTULO 17: Recuerdo agridulce.

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El ambiente sabía a dulce y pasto recién cortado, una tranquila noche de verano. A pesar de que debajo de mi piel el dolor aun palpitaba incontrolablemente, podía sentir en el aire como el mañana estaba lleno de promesas. Aunque aquellas promesas involucraran algún acto de venganza.

Gemma caminaba detrás de mí en silencio, y ocasionalmente ojeaba sobre mi hombro intentando encontrar algún pequeño indicio que me demostrara que no había enloquecido en los últimos minutos. Algo había sucedido en mi habitación en el momento que mi piel toco su mejilla. Sus ojos ahora resecos me observaban temerosos.

—Lloyd, ¿Por qué tomas este camino? —Pregunte— El salón Lirial está para el otro lado.

Él sacudió su cabeza sin siquiera producir un sonido. A veces olvidaba que ellos tenían prohibido hablarnos, me irritaba saber que eso era una orden de mi abuelo. Sin embargo, debía aprender a elegir mis batallas, así que mantendría el perfil de niña buena que sabe cómo comportarse hasta que llegara mi momento de enfrentarlo.

—Los reyes esperan por nosotros hoy en el jardín del ala este. Creo que te gustara.

Gemma me sonrió, pero sus ojos se mantenían inexpresivos. Un escalofrió recorrido mi columna.

Los pasillos se ensanchaban a medida que caminábamos por el castillo. Los murales blancos e inmaculados de a poco comenzaron a teñirse de color, debido a las enredaderas que ingresaban por los ventanales. La naturaleza se hacía lugar con sus hojas de color verde esperanza, sin intenciones de pedir permiso. En esta ala del castillo, las paredes se encontraban desnudas, sin cuadros de antepasados ni rosas blancas. Solo algunos sillones lavandas con cojines de plumas.

El techo era tan alto que apenas era visiblemente tangente a mis ojos, sabía que estaba allí gracias a unas pequeñas y finas cadenas de las cuales colgaban arañas de cristal que nos iluminaban el camino.

No comprendería jamás la magia que nos envolvía, ya que podía jurar que ese pasillo se hacía cada vez más largo a medida que apoyaba mis pies sobre la loza.

— ¿El jardín está dentro del terreno del castillo? —me mordí una de mis uñas— Hace 15 minutos que caminamos por este pasillo.

—El tiempo aquí fluye distinto.

— ¿Estas de broma? ¿Cierto?

Lloyd afilo sus ojos y me observo desconcertado.

—El castillo tiene su propia... —Gemma revolvió sus ojos—. Alma.

— ¿A qué te refieres?

—Albus puede ser un laberinto si así lo deseas, o el lugar más mágico que jamás hubieses imaginado.

—No me pruebes —le advertí—. Tengo un límite alto de imaginación.

Gemma movió sus tacones con rapidez hasta llegar a mi lado, Lloyd la miro con recelo ya que los sirvientes no tenían permitido caminar a mi lado. Algo totalmente denigrante, como si mi sangre valiese mucho más que la de ellos.

—Albus fue el proyecto de Madelaine por muchos años, ella fue la que decidió lo nombres de cada habitación de este lugar. Ella era una simple humana, pero con la ayuda de Gael crearon este lugar mágico.

Gemma extendió sus brazos rozando invisiblemente las paredes.

—Cada rincón del castillo está pensado para sus visitantes. Puede alargar los pasillos por metros, o incluso acortar los pasajes secretos dependiendo de las emociones de la persona que los transita. Nos ha servido de ayuda en algunos ataques contra el castillo.

Recordé la noche anterior, y como había sentido el aire escapar de mis pulmones al momento en que las paredes se comprimían a mi alrededor, cuando Eamon y yo habíamos tomado ese pasadizo para ingresar a Albus. Estaba siendo sofocada por el mismísimo castillo y mis emociones.

La Pieza Inquebrantable (#1 EL MUNDO OCULTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora