CAPÍTULO 14: NADA.

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—Recuerda, por más pequeña que seas, el mundo no puede sacudirte. Solo tú puedes Seren.

—Dime Amy, sabes que no me gusta ser llamada Seren. Solo la abuela lo hace.

Los bordes de mi memoria eran borrosos, solo podía verlo a él. Ni siquiera sabía dónde estábamos. Pero incluso con mi corazón dentro de un huracán de emociones, sabía que Christian podía calmarme. Bajarme a la tierra, aunque fuese un camino largo y complicado. Su sonrisa podía iluminar hasta la habitación más oscura. Sus ojos eran un faro de esperanza, no solo para el pueblo de Alba, sino también para mí. Christian era mi ancla cuando me inquietaba.

Abrí mis ojos nuevamente, volviendo a la realidad, luego de haber sido arrebatada de ella una vez más.

Había comenzado a caer la tarde, las nubes fracturaban el cielo, fresco era el aire que jugaba con mi cabello. Las lágrimas ya se habían secado, Ben no había dicho nada, y los demás no habían preguntado. Difícil hubiese sido contestar, ya que tampoco había abierto mi boca desde que habíamos dejado Blue's.

Los abrazos de Gemma me reconfortaban, no como la memoria de Chris recorriendo mi mente, pero ayudaban. Ella, Eamon y Ben caminaban a mi lado. Y el resto de mi guardia me seguían con sigilo, algunos caminando unos pasos adelantes, otros por detrás. Siempre presentes, sin ser vistos. Mis fantasmas.

Como un jingle pegajoso, un interrogante merodeaba mi cabeza y era lo que me mantenía ocupada. Me daba un propósito fuera de lo surreal que me parecía todo. Fuera de lo que ahora entendía. Un mes, tan solo un mes para convertirme en lo que realmente era, un mes para despedirme. Y un mes para averiguar quién era la bruja que me había hechizado, tal vez lograría que me sacara de este encantamiento que vivía debajo de mi piel. Tal vez volviendo a ser la Amy que una vez había sido, no sufriría más por la Amy que era ahora. Tal vez no tendría que esperar un mes para descubrirlo, y lamentar por lo que dejaría de ser, proyectando mi futuro constantemente. Atemorizada por él.

El apretón de Gemma sobre mi mano me hizo saber que ya habíamos llegado. Comprendía mi silencio, y verdaderamente agradecía por ello, ni siquiera sabía dónde ponía mis pies y de no ser por ella hubiese tropezado.

Me alegraba saber que pronto vería a Loki y podría llevármelo a Alba conmigo. Donde verdaderamente pertenecía. No quería dejar a mi compañero atrás. Había sido testigo de cada lágrima, cada risa, cada dolor que habíamos experimentado en aquella casa. Y quería que ahora fuera testigo de lo que vendría.

La chispa que vivía en sus ojos color miel era la que solía animarme el alma.

Sin embargo, mi alma se encontraba distinta ahora, en una nebulosa oscura. Como si estuviese oculta debajo de una rama en Fénix. Esperaba en el acecho, con miedo, porque la sensación se encontraba ahí de nuevo. A flor de mi piel, preparado para perder los sentidos de nuevo y perder el control.

Me quede inmóvil justo en los primeros escalones de mi casa, la puerta doble se alzaba ante mí con sus pequeñas ventanas decorados con florecillas de colores. Era una de mis cosas favoritas de la casa, luego de la escalera de caracol.

La calle estaba desierta, el mundo parecía suceder en algún otro lugar.

Edmund, Jayden, Lexi, Sophia y Eamon fueron los primeros en ingresar. Ben, Kimberly y Gemma se quedaron afuera, protegiendo cada uno de mis lados. Luchaba con el impulso de no seguir las órdenes de mi amigo. Cada parte de mi cuerpo lo hacía. Me repetía entre dientes que debía acostumbrarme, de ahora en más, a esta nueva realidad. Una realidad donde un monstruo creado a partir de pesadillas estuviera esperando por mi detrás de la puerta de mi hogar, listo para abrir mi garganta o hacer sangrar mis oídos.

La Pieza Inquebrantable (#1 EL MUNDO OCULTO)Where stories live. Discover now