CAPÍTULO 15: Pincel y Lienzo.

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Aparecimos en Fénix, ninguno pronuncio una palabra, ninguno se atrevió a tocarme. Solamente Gemma cuando me coloco el praesidium sobre mi frente. En una procesión silenciosa me seguían, sin siquiera adelantarse, dejando que yo encontrara la salida de este laberinto repleto de pinos.

El olor a sangre penetraba la nariz. Me encontraba entumecida, intentando comprender lo que acababa de suceder.

El único que se mantenía cerca, era Eamon. Desde que habíamos salido del apartamento, no se había alejado de mí como un perro guardián. Podía percibir su mirada acechando mi nuca, esperando la primera palabra que saldría de mi boca.

Amy —mi voz, pero sus palabras hacían eco en mi mente—. Amy por favor, háblame.

La tierra comenzaba a pegarse sobre la sangre fresca en mis botas, y yo no podía dejar de mirarlas. Su color carmesí se había quedado ahí como un recordatorio, de algo mucho más grande que mi dolor. Habían encontrado un camino directo hacia a mí, hacia Loki. Lo habían masacrado con el propósito de lastimarme, de quebrarme hasta el punto de rendirme. Ahora la destrucción de mi casa ya no tenía tanta importancia como el cuerpo inerte y sin vida de Loki siendo llevado por Jayden.

Lo único que me mantenía en movimiento, además de la brisa que corría por el bosque, era la idea de que el culpable, fuese Drahceb o cualquiera de sus secuaces, también vería el dolor gracias a mis manos.

Drahceb había asesinado a mi hermano, mi madre había desaparecido luego de ello, hecho que probablemente estuviese vinculado al retorcido de mi tío. Y ahora Loki. Drahceb había logrado llevarme hasta la cima del precipicio, y realmente no me conocía, si no sabía que yo era capaz de saltar en busca de represalia.

Mis pies conocían la salida del bosque mejor que mi propia mente, estábamos parados sobre la misma entrada que habíamos traspasado horas atrás. Solamente que ahora la unión de los árboles había sido cortada y cada una de sus ramas se mantenía en la misma posición, como si nunca la magia las hubiese tocado.

Brandon, que no se había unido a la misión, esperaba por nosotros al final de la calle. Debía escoltarnos de vuelta al castillo sin ser vistos. En cuanto poso sus ojos en mis manos y mi ropa repleta de sangre, sus ojos se ensancharon y comenzó a correr a gran velocidad hacia a mí. Ben y Eamon adelantaron su paso y se colocaron en cada uno de mis lados. En la periferia note como Ben negaba su cabeza, pero Brandon y sus ojos azules buscaba una explicación en mi rostro, hasta que choco con la imagen de Jayden dentro del bosque.

Me volví hacia ellos, mirando mucho más allá, donde los pinos ocultaban el mar. No quería ver a Loki así, mis huesos y mis ojos no podían soportarlo otra vez, pero tampoco podía llevarlo al castillo.

—Por favor dejen el cuerpo. Aquí es donde quiero enterrarlo.

El dolor latía fuerte, como la sangre de venganza que bombeaba mi corazón. Aunque quería huir —esconderme debajo de una manta y llorar hasta que no me quedara ni una sola lágrima que derramar— no lo haría. Ellos habían visto el caos desatarse gracias a mi don. Un don que vivía oculto debajo de mi humanidad. Sus cabezas debían estar enmarañándose de preguntas, imaginándose de lo que podría llegar a hacer con él una vez que volviese a ser la Amy que vivía aquí años atrás.

Mi guardia y pronto, probablemente todo Alba sabría mi secreto. Por eso justo ahora, era el momento donde no podría dar el brazo a torcer. No podía mostrarme débil, debía vivir a la altura de lo que esperaban de mí. Incluso en mi dolor. Aunque me encontrase caminando por la oscuridad, sin saber cómo manejarlo.

Sus miradas, se escuchaban alto, me analizaban, expectantes de mi próximo arrebato. Se escuchaban tan claro como el sonido de las olas chocando con la playa. Gemma y Ben sobre los demás, podía notar en sus ojos como sentían mi demostración de poder como una traición, sabían que les había mentido. Se habían dado cuenta de ello, justo en el momento en que la destrucción que atraje se asentó en mi rostro como si fuera lo más normal del mundo. Como si fuera un lunes más en mi vida, donde me dedicaba a destrozar la casa donde había crecido.

La Pieza Inquebrantable (#1 EL MUNDO OCULTO)Where stories live. Discover now